El resurgimiento de enfermedades prevenibles

Numerosos estados están reportando brotes de enfermedades prevenibles mediante vacunación, como el sarampión y la tos ferina, mientras que los nuevos protocolos para el desarrollo y la distribución de la vacuna contra la COVID-19 privará de la misma a muchas personas el próximo otoño.
Este fue el tema de la conferencia de American Community Media (ACoM) del 30 de mayo, y su moderadora, Sunita Sohrabji, en la presentación dijo: “Hay 35 estados que han reportado brotes de sarampión este año, con un total de 1,079 casos y el número de casos de tos ferina se ha duplicado respecto al año anterior”.
La vacunación, pilar de la medicina
El primer orador fue William Schaffner, profesor de medicina en la Division of Infectious Diseases, Vanderbilt University School of Medicine, quien comenzó explicando: “La prevención, especialmente mediante la vacunación, es uno de los pilares más importantes de la medicina y la salud pública, ya que ha permitido eliminar o reducir enfermedades graves como la polio, el sarampión y la difteria. Sin embargo, el éxito de las vacunas ha hecho que las nuevas generaciones pierdan el miedo a estas enfermedades, lo que ha contribuido al surgimiento de dudas, escepticismo y movimientos antivacunas”.
“Un ejemplo reciente –continuó- es un brote grave de sarampión en el oeste de Texas, especialmente entre comunidades menonitas conservadoras que, aunque no rechazan las vacunas por motivos religiosos, llevan una vida alejada de la modernidad y no vacunan a sus hijos. Esto ha provocado más de mil casos, hospitalizaciones por neumonía y tres muertes. También hay brotes en otras partes de Estados Unidos, incluso entre personas educadas y de clase media que rechazan las vacunas por diversas razones personales”.
En otro momento, Schaffner criticó decisiones del actual gobierno: “El recorte en programas como Medicaid y otros servicios preventivos puede aumentar las desigualdades en salud y reducir la cobertura de vacunación infantil, revirtiendo logros importantes”.
Y como para dar un ejemplo práctico, refirió: “La vacuna contra el sarampión tiene una eficacia del 97 %, y proporciona protección de por vida con las dos dosis recomendadas, aunque pueden ocurrir casos leves en vacunados, que son mucho menos graves que en personas no vacunadas”.
Pero, Schaffner fue enfático en marcar los requisitos para que esto funcione: “Las vacunas no previenen enfermedades. La vacunación previene enfermedades. Hay que sacar la vacuna del refrigerador y distribuirla en brazos”.
Ser antivacunas va contra los valores fundacionales del país
Benjamin Neuman, profesor de biología de la Texas A&M University comenzó su presentación hablando de la importancia del dinero, la nacionalidad y la religión. «Estos tres factores influyen mucho en si una persona se vacunará o no, y ninguno de ellos influye en absoluto en la enfermedad infecciosa contra la que se vacuna. Porque si una persona se contagia, se propaga a la siguiente persona más cercana, independientemente de sus creencias, su religión o su nivel de ingresos”.
También hizo un poco de historia: “Las enfermedades infecciosas han sido un gran problema para este país en el pasado. Podría decirse que nos han frenado considerablemente, y es posible que vuelvan a hacerlo en el futuro. Consideremos cuánto del mundo moderno que disfrutamos solo es posible gracias a la vacunación. Cada día que no estás en el hospital, cada día que puedes cuidar a tus hijos”.
Y luego vino al presente: “La presión actual para limitar el acceso a las vacunas va en contra de lo que fortalece a Estados Unidos. Esto carece de respaldo científico y resulta desconcertante a nivel científico. Los científicos, entre los que me considero uno, nos dedicamos a la realidad. No nos dedicamos a las esperanzas, los sueños ni nada por el estilo, que también influyen mucho en la política. Actualmente, no hay ninguna razón válida para la resistencia a las vacunas, al menos a nivel científico. Todo esto viene de otro ámbito, un ámbito donde los datos, gráficos y estudios científicos no parecen penetrar muy bien.
Respecto a la afirmación del secretario de Salud, Robert Kennedy, de que se remplazarían las revistas científicas por revistas creadas por el propio departamento, el Dr. Neuman dijo que «un cambio en estas revistas de alto perfil probablemente tenga como objetivo degradar la ciencia, lo cual es una pena, porque en esto Estados Unidos ha sido realmente bueno. Es una de nuestras grandes exportaciones al mundo en términos de ideas, productos y servicios. Socavar eso debilita un sector importante de nuestra economía, que es la base sobre la que se sustenta el resto de la economía en este momento. Francamente, es muy preocupante ver que eso suceda. El recorte de fondos a USAID forma parte del mismo procedimiento»
El médico continuó su evaluación diciendo: «Hemos cerrado o suspendido la financiación de Gavi, el programa mundial de vacunación. Y, a modo de antecedente, Estados Unidos fue el mayor contribuyente a Gavi. Financiamos el 13 % de sus recursos cada año. ¿Qué sucede cuando cerramos un programa de distribución de vacunas tan importante, un programa de distribución global?»
«Obviamente, los resultados son malos. Creo que esto se relaciona en parte con algunos de los cambios que el secretario Kennedy ha dicho que le gustaría implementar. Uno de ellos es cambiar la forma en que se aprueban las nuevas vacunas y exigir ensayos con un grupo placebo, personas que deliberadamente no se vacunan, algo que ya se ha hecho. Y volver a exigirlo para cada nueva actualización de una vacuna añadiría algunos meses y potencialmente significaría que no se vacune hasta que la temporada del virus haya pasado, lo cual sería muy lamentable. Programas como este deben implementarse en lugares donde el virus es endémico, porque de lo contrario, no se puede obtener una prueba precisa de la eficacia de la vacuna. Se puede administrar a tantas personas sanas como se desee, pero si se está en un lugar donde no hay riesgo de un patógeno en particular, no se puede conocer la eficacia, solo la seguridad.
La moderadora le preguntó cuál sería el impacto de la eliminación de Gavi en la salud estadounidense y si creía que enfermedades tropicales como el ébola y la malaria podrían aparecer en EE. UU.
«El mundo es un lugar peligroso. El sarampión solo mata a unas pocas personas al año en Estados Unidos. Pero a nivel mundial, mata a más de 100,000 personas cada año», respondió el Dr. Neuman. «Es un mundo peligroso debido a estas desigualdades económicas, de nacionalidad, de religión y de conciencia que influyen en la decisión de si una vacuna estará disponible y se utilizará. A corto plazo, probablemente solo habrá un pequeño aumento de estas enfermedades. El riesgo es que alguna de estas enfermedades se inicie y se propague, y sea imposible de detener».
Finalmente, Neuman fue categórico en su crítica a la actual administración de Donald Trump: “Los virus nos roban la vida, nos quitan la libertad y hacen que la búsqueda de la felicidad sea absolutamente imposible. Ser antivacunas se opone fundamentalmente a los principios fundacionales de esta nación. La libertad comienza con la ausencia de enfermedades. Y, en esencia, escuchar cualquier otra cosa de los funcionarios es inadmisible”.
Los anuncios oficiales confunden
Luego fue el turno de Peter Chin-Hong, profesor de medicina y director del Immunocompromised Host Infectious Diseases Program, University of California, San Francisco, quien se refirió específicamente a los cambios en el esquema de vacunación contra el COVID-19 y las vacunas ARNm, que son las que trabajan con el genoma del coronavirus. Al respecto, empezó explicando: “Se están produciendo cambios importantes en las vacunas contra la COVID-19, especialmente en las de ARNm. La nueva versión de la vacuna estará disponible a finales de agosto o principios de septiembre, pero solo será ofrecida a mayores de 65 años o personas con comorbilidades, excluyendo a embarazadas sanas, niños pequeños sanos y trabajadores de la salud menores de 65 años. Esto genera preocupación, ya que los menores de seis meses y las embarazadas son grupos vulnerables a formas graves de COVID-19”.
A modo de crítica, continuó: “También hay confusión pública, ya que los anuncios oficiales se han hecho de forma poco clara (por ejemplo, mediante un video en redes sociales antes del proceso científico habitual). Esto podría afectar negativamente la aceptación de la vacuna en otoño, especialmente si la gente teme tener que pagar”.
También remarcó: “En cuanto a las vacunas de ARNm, a pesar de ser una tecnología segura y muy útil por su rapidez y adaptabilidad, han recibido atención negativa. Esto ha llevado a un cambio en el etiquetado, reduciendo la edad de riesgo por miocarditis de 18 a 16 años, aunque los casos han disminuido notablemente; una cancelación del contrato con Moderna para la vacuna de ARNm contra la gripe aviar H5N1, lo que implica menos inversión envacunas para futuras pandemias; y un retraso en la aprobación de la vacuna combinada COVID-gripe, a pesar de su efectividad comprobada y ventajas logísticas”.
En resumen, destacó que “los cambios en las recomendaciones y la percepción pública sobre las vacunas de ARNm podrían tener consecuencias negativas en la salud pública, al limitar el acceso y reducir la preparación frente a futuras emergencias sanitarias”.
Finalmente, vaticinó: “Probablemente esperamos un aumento de casos durante el verano. Hay una nueva variante, la NB.1.8.1, presente particularmente en Asia, lo que provoca más hospitalizaciones y más visitas a urgencias”.
Si vuelve el Sida podrían perderse 3 millones de vidas
El último invitado en tomar la palabra fue Jirair Ratevosian, investigador científico en Yale University, quien se refirió especialmente al tema del VIH Sida.
Él empezó aclarando: “El Plan de Emergencia del Presidente de Estados Unidos para el Alivio del SIDA (PEPFAR por su sigla en inglés) es uno de los programas de salud global más exitosos, iniciado en 2003. Ha salvado más de 25 millones de vidas y ha proporcionado tratamiento antirretroviral a más de 21 millones de personas con VIH en más de 50 países. Este tratamiento no solo mejora la calidad de vida, sino que también previene la transmisión del virus. Sin embargo, en 2023, el gobierno estadounidense impuso una pausa de 90 días en la ayuda exterior, que afectó directamente al funcionamiento de PEPFAR. Aunque se otorgó una exención parcial, más de la mitad del programa quedó suspendido, causando cierres de clínicas, interrupciones en el tratamiento, y problemas logísticos y administrativos. Estas interrupciones han tenido graves consecuencias: se estima que pueden producirse hasta 100,000 muertes evitables y decenas de miles de nuevas infecciones por VIH en un solo año. Además, la interrupción del tratamiento favorece la resistencia a los medicamentos, complicando aún más el control del virus”.
En cuanto a la nueva administración, Ratevosian dijo: “La situación se agravó al no renovarse la autorización de PEPFAR en marzo pasado, lo que limita su capacidad operativa y permite que el gobierno actual restrinja el programa sin control legislativo. Aunque PEPFAR ha sido históricamente bipartidista, ahora está en un limbo político, lo que pone en riesgo su continuidad. Según estimaciones, si no se reautoriza, podrían producirse hasta 11 millones de nuevas infecciones y 3 millones de muertes adicionales por VIH de aquí a 2030”.
Finalmente, el investigador advirtió sobre un recorte generalizado del 80 % en los presupuestos globales de salud por parte de la administración y el Congreso: “Estoamenaza no solo los programas contra el VIH, sino también los de tuberculosis, mortalidad materna y supervivencia infantil, con efectos devastadores en la salud pública mundial”.
Y agregó al respecto: “El estancamiento en Washington está en su nivel más bajo, y la propia agenda del presidente es un gran obstáculo. Lo que está en juego para la salud global y la ayuda exterior de Estados Unidos nunca ha sido tan importante. La pandemia de COVID nos demostró que la salud global es salud local”.