En el Día Mundial del Asma el gobierno ignora a los asmáticos
En medio de la histórica crisis del COVID-19, es común olvidar la existencia simultánea de otras enfermedades crónicas, graves, incurables. Este 4 de mayo, precisamente, se señala en el mundo el Día Internacional del Asma. Aunque a causa del coronavirus se cancelaron los eventos para incrementar la conciencia sobre este temible mal.
El Día Mundial del Asma
Se trata de una iniciativa reciente de varias entidades. La Organización Mundial de la Salud, el Instituto Nacional del Corazón, Pulmón y Sangre y los Institutos Nacionales de Salud en Estados Unidos. Su colaboración se plasma a través de GINA (Global Iniciative for Asthma).
Hay en el mundo más de 235 millones de enfermos de asma. Tiene especial prevalencia entre niños y en la población de bajos recursos. Además, los asmáticos sufren mayor riesgo de contraer el COVID-19 y de padecerlo de manera más severa.
Es por eso que el Centro de Control de Enfermedades dedica información específica para enfermos de asma. En el contexto de la presente pandemia da consejos sobre las medidas extra de precaución que deben tomar.
“La gente con asma moderada o severa estaría en un riesgo más elevado de enfermar gravemente del COVID-19”, dice esta agencia del gobierno federal. El COVID-19, agrega, puede causar un ataque de asma, neumonía y una enfermedad respiratoria aguda.
Se han diagnosticado en Estados Unidos 25 millones de casos de asma. Según la Fundación de Asma y Alergia de EEUU, aquellos que viven en áreas de alta contaminación tienen mayores riesgos de morir del coronavirus. Su advertencia se basa en un estudio de Harvard del mes de abril 2020.
Causas y consecuencias del asma
El asma causa una inflamación de las vías respiratorias. Es causado por una combinación de factores genéticos y del medio ambiente incluyendo la exposición a la contaminación del aire. Numerosos casos de asma se registran en niños nacidos y criados en proximidad a fábricas que producen contaminación. En no menor medida, de plantas generadoras de electricidad. Las peores de ellas son las de combustión de carbón. Generan dióxido de carbono (CO2), dióxido de sulfuro (SO2) y óxido de nitrógeno (NOx).
En la última década se han producido avances en Estados Unidos que llevaron a una reducción en las emisiones y notablemente, una baja en los nuevos casos de asma debidos a la proximidad a centros de contaminación.
Es por eso que, en este Día Internacional del Asma, debemos seguir la lucha para que los gobiernos adopten medidas eficientes para un aire limpio. China y Estados Unidos son las mayores economías y los peores contaminantes del mundo. Son la fuente de casi la mitad de las emisiones mundiales. Y desde fines de marzo, han suavizado sus controles del medio ambiente supuestamente por la crisis del coronavirus, flexibilizando el cumplimiento de las normas.
La medida está de acuerdo con las tendencias políticas de este gobierno desde que asumió el poder en enero de 2017: debilitar las normas de protección, liquidar la supervisión y especialmente, ignorar la ciencia. Los estudios científicos son ignorados, archivados, desmentidos. Los científicos que trabajan para el gobierno son despedidos, silenciados o calumniados, o todo eso junto. Todo en una combinación sin precedentes de fracaso en su principal función que debería ser proteger a la gente, cinismo y mentira como principal arma de desinformación y crecientemente, apelar a medidas antidemocráticas o que tienden a destruir el estado democrático.
Entonces, es urgente demandar que se restablezcan esas normas recordando que el asma, si bien es fácilmente tratable, no tiene cura y causa 380,000 muertes por año en todo el mundo y 10 cada día en Estados Unidos.
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