Enhorabuena, Trump… ¿se despertó?

En buena hora. Donald Trump dio aparentemente marcha atrás en su preferencia por el combate contra la recesión por encima de la guerra al coronavirus. Porque sí, hasta ahora dio claras señales de que alguien – el animador de televisión Sean Hannity, o el programa de noticias Fox & Friends, o su cuñado, o su asesor financiero (él) – le había dicho que si las cosas seguían así la empresa va al quiebre. Su mayor sufrimiento diario ocurre a las cuatro de la tarde con las malas noticias de la bolsa de valores, su más preciada mascota.

“Aparentemente” porque con él nunca se sabe cuándo alguien le hará cambiar de opinión. Así que ojo.

Pero hace solamente una semana, había anunciado públicamente que en la Pascua ordenaría “abrir” el país para que la población volviese a sus puestos de trabajo y los negocios, a lucrar. La presión ejercida por la comunidad científica y el Grupo de Trabajo del Coronavirus en la Casa Blanca, además de, principalmente, su hija mayor Ivanka, obviamente hija de Ivana, femenino de Iván, lo llevó a claudicar de esta política, que hubiera causado muchísimas víctimas más. 

En lugar de ello, el Presidente anunció este domingo que la fecha límite para que los estadounidenses se queden en sus casas es finales de abril. Aunque parece que, sin decir mucho, los gobernantes en la Casa Blanca se preparan para junio.

Hace unos días, Trump le ordenó al vicepresidente Pence, encargado nominal de la lucha contra el coronavirus, que no llamara a los gobernadores demócratas que no “expresaran su aprecio” por el Presidente.  

Ahora, ha iniciado una cooperación más seria y enviado asistencia a estados como Nueva York y California en lugar de decirles que se debían arreglar solos y que el gobierno federal estaba “como reserva”. Claro, sigue reclamando la gloria y ufanándose de que todo lo logrado por el gobernador Andrew Cuomo se lo debe agradecer a él. 

Iba a pasar por alto esa bravuconada, pero ¿la verdad? Con tal de que detenga el avance del coronavirus, le cantaremos loas.

Sin embargo, durante semanas, Trump hizo oídos sordos a los reclamos de que aplique la Ley de Producción de Defensa, un resabio de la Guerra de Corea, que le hubiera permitido ordenar a la industria nacional producir lo necesario para el combate al coronavirus. Ahora, Trump accedió a regañadientes. Muy tarde, pero lo hizo.

Tan tarde que cuando anunció por Twitter que estaba obligando a General Motors a producir respiradores, la empresa ya los estaba fabricando.

 

Tampoco es que de pronto el mandatario haya cambiado su manera de ser. No. Todavía implicó este fin de semana falsamente que los hospitales de Nueva York que le pedían 30,000 máscaras seguramente las acaparaban para revenderlas.

Y si bien hizo pública la evaluación de que el coronavirus mataría entre 200,000 y un millón de estadounidenses, también dijo que si fuesen “solo” 200,000 sería muy bueno, porque él mismo “ha hecho un trabajo muy bueno”. 

Al mismo tiempo, al dejar de promover sus bravuconadas de que acá no pasa nada, Trump reconoce que la situación es gravísima. Y que lo peor está por venir en una o dos semanas. Sorprende viviendo de él, pero a regañadientes, pateando arriba y abajo, accedió.

Las políticas federales y estatales se alínean ahora porque la crisis es demasiado terrible. La cooperación es un paso en la dirección correcta. Digamos que el porcentaje de dirección correcta subió de 15 a 25. Es algo.

Pero la sensación todavía es que el país se hunde. Y nosotros con él.

Fundador y co-editor de HispanicLA. Editor en jefe del diario La Opinión en Los Ángeles hasta enero de 2021 y su actual Editor Emérito.
Nació en Buenos Aires, Argentina, vivió en Israel y reside en Los Ángeles, California. Es periodista, bloguero, poeta, novelista y cuentista. Fue director editorial de Huffington Post Voces entre 2011 y 2014 y editor de noticias, también para La Opinión. Anteriormente, corresponsal de radio.
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Founder and co-editor of HispanicLA. Editor-in-chief of the newspaper La Opinión in Los Angeles until January 2021 and Editor Emeritus since then.
Born in Buenos Aires, Argentina, lived in Israel and resides in Los Angeles, California. Journalist, blogger, poet, novelist and short story writer. He was editorial director of Huffington Post Voces between 2011 and 2014 and news editor, also for La Opinión. Previously, he was a radio correspondent.

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