Estafa extendida en el mercado inmobiliario
Los estafadores no cesan en su búsqueda de posibilidades novedosas para desarrollar sus labores. Si bien la gran mayoría de los seres humanos conduce su vida por el camino del orden y el acatamiento a las leyes, dándole sentido a su condición gregaria, hay otros en lucha eterna por mantener una vida de dolo y riquezas, aunque eso implique el perjuicio de otras personas y les conduzca a ellos a vivir al margen de la ley durante toda su existencia.
Como si fuese poco lo que sucede en el mercado inmobiliario, últimamente se ha intensificado una modalidad de estafa altamente perjudicial por la forma en que arriba a sus víctimas y el alto potencial que tiene de afectar la estabilidad financiera de los propietarios de viviendas en Norteamérica.
Entre la enorme cantidad de documentos que son firmados al momento del cierre de una transacción inmobiliaria, existe uno en particular que es imprescindible para la futura comercialización de la nota en el mercado secundario. Me refiero al que explica la condición de “mercancía”, que adquiere la nota que garantiza un préstamo, luego de ser firmada por el prestatario.
El susodicho documento se limita a poner en conocimiento de quien obtiene un préstamo, para la compra de un inmueble de carácter residencial, que la nota que garantiza el mismo puede ser cambiada, vendida, en fin, negociada por su tenedor, sin que ello implique un cambio radical en las condiciones establecidas en el préstamo original.
El objetivo es informar, ofreciendo un mejor entendimiento del proceso, a quienes han recibido el beneficio de un préstamo de tipo inmobiliario. Partiendo de este documento se desarrolla la modalidad de estafa a la cual me refiero hoy.
Luego de analizar debidamente los pormenores que conforman un préstamo y de obtener la información necesaria referente a las partes que integran el mismo, quienes realizarán la estafa contactan a quienes efectúan los pagos relacionados con la hipoteca de la propiedad y les proveen nuevas instrucciones para realizar sus pagos.
A vuelta de correo son enviados nuevos talonarios, con cupones de pago; sobres impresos con la información del nuevo destinatario; panfletos, folletos y cartas de explicación, orientación y bienvenida, provenientes de la nueva institución financiera. Realmente una presentación absolutamente exquisita.
Ante esa aplastante avalancha de credibilidad y el agitado ritmo que la vida impone en Norteamérica, son pocos los que se molestan en hacer una simple llamada, a su antigua compañía hipotecaria, con el objetivo de verificar la veracidad de los cambios.
Lo lamentable del hecho es que las personas comienzan a dirigir sus pagos a la nueva dirección y cuando comprenden que han sido estafadas, ya enfrentan demandas y problemas de crédito.
Concluyendo: ante cualquier solicitud de cambio investigue, asegúrese de la certidumbre del requerimiento. Esté siempre en control de sus finanzas.
J. A. “Tony” Ruano es autor del libro “Bienes raíces.
Manual práctico de compra, venta y administración.”
tony@ruanobrokers.com