Facturas falsas en México, por Samuel Schmidt
Cuando yo era director del Colegio de Chihuahua, un auditor me dijo que si yo tenía un gasto, por ejemplo de un millón de pesos y lo solventaba con una factura, entonces estaba cubierto, quiere decir que el auditor lo único que buscaba era ese sustento, una factura, sin averiguar si la factura era falsa o no, y ahí entendí parte del mecanismo del despojo que sufrió México bajo el prianato.
Las facturas falsas no son cosa nueva. Conozco gente que así se ganaba la vida, alguno cayó en la cárcel, hasta que “se arregló” para salir, porque la cosa no era sanear la hacienda pública sino facilitar el ingreso económico ilegal para funcionarios públicos y de paso para muchos causantes. Tampoco se les puede acusar de que no hayan democratizado la corrupción.
Un industrial me respondió cuando le pregunté si le preocupaba la corrupción y dijo que no, ese era un costo fijo, sabía cuánto le daría al funcionario de Hacienda y como todos los costos, lo integraba en el precio. Otro industrial prefirió callar cuando le pregunté como solventaba el 30%-40% que tenía que dar durante el peñato, yo creo que solamente con facturas falsas.
Las facturas falsas es tal vez el sector de la economía con mayor crecimiento bajo el PRIAN y se convirtieron en un componente estructural de la economía mexicana, por eso alcanzan el valor de 48,000 millones de pesos que acusa el presidente de la república.
Cada año Hacienda hacía público el monto de la evasión provocada por las facturas falsas pero al parecer nada hacía para eliminarlas, tal vez porque como me informó un funcionario, el mayor cliente de facturas falsas era el gobierno.
Eso es lo que están encontrando los auditores: empresas fantasmas que ayudaron a gobernantes al saqueo del país y que gozan de aquiescencia gubernamental y que las autoridades voltearan la mirada a otra parte. Como siempre, lo más conveniente era hacer mucho ruido, muchísimo, y asegurarse de que hubiera pocas nueces. Es parte de la legislación simbólica mexicana, muchas leyes, pocos resultados. De repente leíamos que habían apresado a unas dos o tres personas (factureros) y no le dábamos seguimiento a su castigo o si se “arreglaron”.
Las facturas falsas están conectadas con la evasión fiscal y son una fuga de capital importante para la hacienda pública. Su arreglo es fundamental.
La estrategia de López Obrador ha sido de dos fases. Primero hubo una reforma legal para equiparar el fraude fiscal a crimen organizado, con lo cual, se castiga con cárcel al facturero y a la empresa.
Imagínese usted que el presidente del consejo de administración de una corporación, de esos que no pagan impuestos acostumbrados a sostener largos litigios, lo aprehenden, encarcelan y le dicen que ahí seguirá hasta que termine el litigio que sigue contra el SAT. O bien que puede “arreglarse” restituyendo el daño causado, o sea, pagar. Al parecer la directora del SAT le hizo ver esa posibilidad a varios empresarios, de esos acostumbrados a tocar la puerta presidencial para intercambiar favores y que ahora sabían que esa puerta está cerrada.
Ahora entendemos por qué algunas cámaras empresariales protestaron con energía cuando se aprobó la ley. Entre esas voces están las de funcionarios de esos consorcios, o la molestia del presidente vitalicio de COPARMEX (se reelige como Porfirio Díaz) acusado de grandes adeudos en el pago de agua en Baja California. Esas mismas voces son las que han llegado al extremo de propiciar un golpe de Estado y anunciar su participación abierta para remover al presidente. Esta amenaza es un recurso para ablandar al presidente y que no les cobren lo que deben. Son ladrones de cuello dorado.
México estaba a la merced de un esquema para esquilmar. Se robaba en todo lo posible, energía eléctrica, petróleo, agua, impuestos, y ahora encontramos una fuerte coincidencia de nombres entre los beneficiarios del saqueo. Ese milagro de tener una proporción desmedida de participantes en la lista de ricos de Forbes, habría que completarla con una de los más buscados.
La justicia está llegando de a poco. Dos pillos están en proceso de deportación desde Madrid, otros han doblado las manos y están pagando y seguramente entrará en vigor ese dicho, si las barbas de tu vecino ves cortar, pon las tuyas a remojar, por lo pronto el SAT ya invitó a los que tienen cuentas pendientes que pasen a arreglarse, ahora legalmente y por la buena.
Ojalá que hagan caso. Para la hacienda pública será una magnífica noticia.
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