Fumar no es un placer: el contrabando de tabaco
A pesar de las prohibiciones y de la “discriminación” a que son sometidos los fumadores, su numero aumenta en el mundo día a día. Según los datos más recientes, una quinta parte de la humanidad fuma por lo menos un cigarrillo al día, es decir que en el mundo hay 1.500 millones de fumadores, que consumen mas de 5 billones (millones de millones) de cigarrillos al año, una cifra difícil de imaginar y hasta de escribir: un cinco seguido de doce ceros. De este numero, el 30% de los fumadores son mujeres y el 20%, menores de edad.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha denunciado recientemente variados intentos de la industria tabacalera por captar nuevos mercados. Como ésta no puede hacer negocio en los países desarrollados donde las campañas antitabaco cada vez calan más hondo en la población, y a medida que en los países industrializados la gente deja de fumar, en los países subdesarrollados crece la cantidad de fumadores, porque aumentan las campañas publicitarias de las tabacaleras.
La paradoja del tabaco es, quizás, una de las mayores controversias de nuestros tiempos, ya que pasa lo mismo que con las drogas o el alcohol: nos hemos acostumbrado a culpar y a penalizar al pequeño consumidor, al fumador adicto, mientras que los verdaderos culpables recaudaron 200.000 millones de dólares en 2009 en ventas, de las cuales el 70% es de impuestos estatales y nacionales. Claramente, gobiernos del mundo no quieren perder estos ingresos. Gobiernos y empresarios del tabaco navegan, en realidad, en un mismo barco. A ninguno de los dos le conviene que la humanidad deje de fumar, pero venden la falsa moral antitabaco, para crear el espejismo de un interés real por nuestra salud. Para las tabacaleras y para los gobiernos que nos dirigen, la solución va en contra de sus bolsillos.
El negocio del cáncer
Donde crece la corrupción, existen arreglos entre gobernantes corruptos y tabacaleras, que para no pagar impuestos al estado, decidieron falsificar sus propios cigarrillos y sobornar a los gobernantes que les autorizan la venta. El tráfico ilícito de tabaco es un negocio de billones de dólares, alimentando el crimen organizado, la corrupción y el robo a los gobiernos del dinero de los impuestos necesarios, y estimular la adicción a un producto mortal. Tan rentable es el comercio del tabaco en el mundo, que es la mercadería más contrabandeada, ya que hay falsificadores en China, Rusia, Pakistán, Latinoamérica y África del Norte.
Es decir que los mismos gobernantes que deberían cobrar impuestos, permiten el contrabando, mientras parte de ese dinero vaya a sus bolsillos.
El Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación, (al que pertenece el autor), encontró que la producción y venta legal de cigarros del mundo fue disminuyendo en casi un tercio de en los últimos diez años, mientras el numero de fumadores aumentaba. Entonces surgió una simple pregunta:
¿Donde se producían los cigarrillos que fumaban estas personas?
Un equipo de reporteros comprobó, con miles de documentos de la industria tabacalera, que las principales empresas del tabaco están produciendo y vendiendo cigarrillos en forma ilegal, de común acuerdo con redes delictivas para desviar cigarrillos al mercado negro y de esa forma evadir el pago de impuestos y ganar mas del doble en la venta por cajetilla. Estas investigaciones ayudaron a los gobiernos europeos, a promover un tratado mundial para tomar medidas enérgicas contra el comercio ilícito de cigarrillos. Dos de las principales empresas tabacaleras, Philip Morris International y Japan Tobacco International, han acordado pagar un total de $ 1.650 millones de euros a la Comunidad Europea para resolver los litigios que tienen por su participación en el contrabando de cigarrillos.
Del mismo modo, las dos mayores compañías de cigarrillos de Canadá, Imperial Tobacco Canadá y Rothmans Inc., se declararon culpables de contrabando y pagaron un total de $ 1.120 millones, la más grande sanción económica impuestas en la historia de Canadá.
Pero el negocio es tan gigantesco, que las multas y arreglos representan poco para su gran volumen, porque la multa por contrabandear tabaco es diez veces menor que la del contrabando de droga, así que al menor riesgo mejoran los beneficios, ampliadose con nuevos jugadores, nuevas rutas y nuevas técnicas.
Transformando el tabaco en armas
Todo viene de China, hasta los cigarrillos de contrabando. Los falsificadores chinos han imitado los hologramas de Marlboro a la perfección, y las fábricas rusas producen ésta y otras marcas, que introducen de contrabando a Europa Occidental. En Canadá, la participación de una serie de bandas criminales subió las incautaciones de tabaco de contrabando 16 veces entre 2001 y 2009.
El problema es que desde los sindicatos del crimen organizado, hasta grupos como el Talibán en Afganistán se basan en el contrabando de cigarrillos para ayudar a financiar sus actividades ilegales. Los expertos estiman que quedan en manos de los contrabandistas más de 70.000 millones de dólares al año, y que los gobiernos del mundo pierden 40.000 millones de dólares anuales en ingresos fiscales. Y el negocio es para cualquiera, ya que una cajetilla de una marca líder occidental, que cuesta $1 en un país de bajos impuestos como Ucrania, puede venderse en $10 en el Reino Unido. Estos beneficios potenciales ofrecen un fuerte un incentivo para los contrabandistas.
Pero si el humo del tabaco legal mata a quien lo consume, y a quienes lo rodean, el tabaco ilegal mata aun más… esta economía subterránea es compatible con muchos de los actores más violentos en la escena mundial, porque a los ya mencionados sindicatos del crimen organizado y los grupos terroristas como los talibanes y Hezbolá, el contrabando de tabaco les facilita ganancias para financiar sus actividades, comprando armas en otro mercado negro. Sólo en Canadá, la policía cree que hay mas de cien grupos de delincuencia organizada dedicados al comercio ilícito de tabaco, incluyendo las bandas de motociclistas y la mafia italiana. Estas organizaciones criminales «están haciendo más que contrabando de cigarrillos», señala John W. Collado, quien supervisó los programas internacionales de contrabando de tabaco en el Servicio de Aduanas de EE.UU. entre 1999 y 2002. «Estas bandas tambien se dedican a los medicamentos humanos, y el tráfico de armas.»
Un negocio ilícito que pagamos todos
Quizás aún más preocupante es el impacto que el contrabando tiene en la crisis de salud pública causada por el tabaco. Uno de cada 10 adultos en el mundo muere prematuramente a causa de enfermedades relacionadas con el tabaco, como cáncer de pulmón, enfisema, enfermedades cardiovasculares y accidentes cerebro vasculares. De continuar la tendencia actual, para 2.030, el tabaco matará a cerca de 200 millones de personas, entre fumadores activos y pasivos, es decir un promedio de 10 millones de muertes al año, y como los cigarrillos se comercializan en gran medida en los países más pobres, el 80 por ciento de esas muertes serán en el mundo subdesarrollado. Expertos estiman que mil millones de personas morirán por esta causa durante este siglo, sin importar si el tabaco es legal o ilegal…