Increíble: El Idiota de Dostoievski cumple 150
Las novelas de ficción rusas del siglo XIX tienen una relación poderosa con los relatos antiguos, incluyendo la Biblia. Más aún en el caso de Fyodor Dostoievski, que era un apasionado cristiano que deseaba preservar la fe.
Descendiente de Don Quijote
La novela El Idiota vio la luz en 1868, hace 150 años. Como la describió el mismo Dostoievski en una carta, «intenta representar a un ser humano completamente hermoso». Por eso, muchos ven en el príncipe Myshkin (el protagonista), un descendiente ruso de Don Quijote. Es decir, un personaje lleno de bondad pero rodeado de situaciones y entornos malvados, reales o ficticios, que lo atacan.
Recordemos que este relato fue escrito cuando Dostoievski vivía en el extranjero. Esto, a diferencia de sus novelas anteriores. Estaba en medio de una gran depresión personal, ocasionada por la muerte de su joven hija. Por esa razón el escritor comenzó con sus ataques epilépticos y manifestaciones suicidas. Aquí, fue muy importante el apoyo de su segunda esposa, Anna Grigoryevna.
El mismo Fyodor reconoce que los momentos de creación fueron tortuosos. Esto se refleja en la trama y en los personajes, que están en un estado de caos fluido y volcánico. El buen príncipe es una mezcla intermitente de santo y demonio. Ello corrobora que Dostoievski parece no tener una idea clara de cómo proceder. Así, se deja llevar por los personajes hacia caminos fantasmagóricos y divagantes.
Una obra maestra
Esta particularidad lleva a El Idiota a ser una obra maestra. Tal vez sea complicada, tediosa y exagerada, como muchas obras maestras. Pero no envidia en nada a Los Hermanos Karamazov. Lleva al príncipe a mostrar su grandeza de carácter en una serie de poderosas confrontaciones con la muerte.
La historia nos muestra un contrapunto entre el asesinato y la ejecución, en su forma más poderosa e insoportable. Logra que el personaje se mezcle con el lector, enfrentando con horror la certeza de estar a punto de morir. Describe emociones inimaginables, que solo la autoridad de Dostoievski puede hacer. Recordemos que él mismo fue condenado a muerte y luego perdonado, por un capricho imperial, mientras se encontraba en la fila detrás de un amigo que acababa de ser ejecutado.