Ketanji Brown Jackson y su batalla en el Senado

Para las audiencias los miembros republicanos del Comité de Asuntos Judiciales del Senado preparan una andanada de preguntas dirigidas, más que a la candidata, a la base del partido

Este lunes iniciarán las audiencias en el comité de Asuntos Judiciales del Senado para la confirmación de Ketanji Brown Jackson como jueza de la Suprema Corte. 

Brown Jackson sirve desde el año pasado en el Tribunal de Apelaciones de los Estados Unidos para el Circuito del Distrito de Columbia, la instancia más importante después de la Corte Suprema, porque bajo su jurisdicción están el Congreso y numerosas agencias federales. Anteriormente, desde 2012 estuvo en el Tribunal federal del mismo distrito.

Desde antes de que comenzaran las audiencias, políticos y medios de comunicación republicanos ya se habían pronunciado en su contra. Y dedican el tiempo a buscar un tema que los unifique para tratar de echar por tierra la nominación. 

En su búsqueda se enfocan en el trabajo de Brown Jackson como abogada de defensa criminal. Es precisamente en este rasgo de su pasado donde se diferencia de otros jueces, que iniciaron sus carreras como fiscales. 

Específicamente, apuntan a su trabajo en representación de los sospechosos de terrorismo en la Bahía de Guantánamo, alegando que se dedicó a esta tarea con “demasiada dedicación”, lo cual significa que la critican precisamente por hacer su trabajo.

La acusación es tan absurda que varios senadores republicanos la rechazaron. No importa, la búsqueda de algo con que tergiversar y empañar la imagen de la jurista sigue a toda marcha. 

En realidad, esta oposición se debe a dos motivos. Primero, porque para preservar un mínimo de unidad interna, los congresistas republicanos tienen como axioma oponerse a cualquier cosa que venga de la Casa Blanca. Y segundo y más indignante, es porque se han opuesto de principio, aún antes de conocerse la candidatura, a la decisión del presidente Biden de proponer para el cargo a una mujer afroamericana – cumpliendo así una promesa electoral de hace dos años- llegando al absurdo de tildar la decisión de racista. 

Para las audiencias, que durarán cuatro días, ya se sabe que los miembros republicanos del Comité de Asuntos Judiciales del Senado preparan una andanada de preguntas dirigidas, más que a la candidata, a la base del partido.

Es que hay entre ellos al menos tres con aspiraciones presidenciales: Ted Cruz, Josh Hawley (sí, quien congratuló con el saludo nazi a los asaltantes del Congreso el 6 de enero) y Tom Cotton, así como el apologista de Trump Lindsey Graham.

Al mismo tiempo y para consumo mediático, portavoces republicanos como el líder de su bancada senatorial Mitch McConnell insisten en que su actitud será respetuosa, que solo quieren conocer la filosofía jurídica de Brown Jackson, y que lo harán con mente abierta y sin dejar de lado la posibilidad de que finalmente la apoyen. 

Es imposible confiar en que cumplan esa promesa, tanto en el comité como en el plenario del Senado. Es probable que toda la bancada republicana vote en contra.

Y como existe en el Senado una paridad de 50 miembros por cada partido, alcanza con que un sólo demócrata se les sume para echar por tierra la oportunidad histórica de que al fin una mujer afroamericana – cuyas credenciales son, aclaremos, impecables – llegue a este importante puesto. Por lo que trascendió, esta voz en contra podría ser la de Joe Manchin, el mismo senador que logró echar por tierra el plan de reconstrucción económica del presidente Biden hace unas semanas. 

Ketanji Brown Jackson no solamente está cualificada por su formación y por su experiencia. Sus años en los principales tribunales del país mostraron que no se la puede encasillar como perteneciente a una etiqueta política, ya que en repetidas ocasiones ha apoyado posiciones consideradas conservadoras. 

Pero esto, a los oponentes porque sí, no les importa. 

 

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