La Libreta de Abastecimientos y el socialismo en Cuba
¿Ha habido una cartilla de racionamiento de alimentos que haya durado tanto como la impuesta en Cuba hace casi medio siglo?
Ni como consecuencia de las peores crisis alimentarias provocadas por guerras y catástrofes naturales ha existido jamás algo tan prolongado en el tiempo, al menos en Occidente.
Libreta de Abastecimientos se extingue
La “Libreta de Abastecimientos” , que ahora se anuncia se irá extinguiendo paulatinamente, vio la luz en marzo de 1962 y es la más longeva de que se tenga memoria. Debiera aparecer en el libro de Récord Mundiales de Guinness. Con el eufemístico apellido de “Abastecimientos” vino de fábrica ya con esa trampa semántica de Fidel Castro para no admitir que era una cartilla de racionamiento y presentarla como una respuesta al “bloqueo yanqui” (el embargo fue decretado un mes antes por Kennedy) y para evitar el “acaparamiento de alimentos”.
En realidad fue una vergüenza nacional, una medida inevitable para evitar la hambruna que ya planeaba sobre la isla por la escasez de alimentos que provocaba el dictador al estatizar las tierras de la nación. Al caer la producción agropecuaria Castro implantó el racionamiento para que algo mínimo le tocase a cada familia.
La debacle se produjo porque el Comandante incumplió su promesa del Moncada y la Sierra Maestra de entregar las tierras a los campesinos y los obreros agrícolas y se dedicó a convertir en propiedad del Estado el 80% de las tierras cultivables del país, irresponsabilidad que fue alentada por el Che Guevara.
Hasta Lenin se percató en 1921 de que la estatización y colectivización de tierras eran las causas de la hambruna que estaba matando a millones de personas, y en marzo de ese año dejó a un lado sus remilgos ideológicos y lanzó su plan –calificado de “regreso al capitalismo” por León Trotski y otros camaradas bolcheviques– de la Nueva Política Económica (NEP), que autorizó la producción libre de los campesinos (la propiedad de la tierra siguió siendo estatal) y la creación de pequeñas y medianas empresas privadas industriales y comerciales.
Las cosechas confiscadas
El gobierno ruso comenzó a tomar sólo una parte de las cosechas de los campesinos, que vendían el resto libremente en el mercado y podían contratar trabajadores. Se disparó la producción agropecuaria y se acabó la hambruna. Pero Lenin murió en 1924 y Stalin calificó a la NEP de “traición al comunismo” y la suspendió en 1928. Se volvieron a estatizar las tierras, se crearon sovjoses (granjas estatales) y koljoses (cooperativas forzosas), las cosechas campesinas eran confiscadas. Se desplomó la producción y en los años 30 murieron de hambre 10 millones de personas. De haber continuado la NEP tal vez la Unión Soviética habría derivado por inercia hacia un modelo económico de tipo socialdemócrata, o al menos se le habría adelantado a China en el “socialismo de mercado” actual.
En China, bajo el liderazgo de Mao Tse Tung, a fines de los años 50 se procedió a la colectivización forzosa de tierras. Se crearon comunas gigantescas y las cosechas de los campesinos eran confiscadas. Denominado por Mao el “Gran Salto Adelante”, aquel plan hundió la producción de alimentos y unos 30 millones de chinos murieron de hambre en los años 50 y 60.
Con tan trágica experiencia soviética y china, las “Granjas del Pueblo” –versión tropical de los sovjoses y las comunas– y la estatización de tierras en Cuba fue un capricho irresponsable del tirano.
El resultado fue la “libreta”. Castro percibió que de carambola aquella cartilla era un instrumento ideal para controlar férreamente la vida de los ciudadanos mediante las Oficinas de Control y Distribución de Alimentos (OFICODA).
Sin el documento no se come
Desde entonces el cuño o un documento de la OFICODA son más importantes que el carnet de identidad, un título universitario, o el Premio Nobel si alguien lo obtiene. Sin el visto bueno de esa entidad no se puede comer, obtener el carnet de identidad, hacer una permuta de vivienda, probar que uno vive en la dirección que declara, heredar una residencia, obtener el permiso de salida del país, o emigrar. Ciudadano cubano cuyo nombre no aparezca en la “libreta” no existe.
Aunque algunos productos han sido excluidos últimamente, o se suprima por completo, esta cartilla es una expresión de la inviabilidad comunista. Durante 49 años quienes no pertenecen a la nomenklatura han recibido raciones per cápita muy por debajo de los niveles proteicos y calóricos que requiere una adecuada alimentación, que a su vez se redujeron aún más desde la desintegración de la Unión Soviética: 6 libras de arroz (equivalentes a 3.2 onzas diarias del principal alimento en Cuba) mensuales, 1 libra de frijoles, 5 libras de azúcar, 1 libra de sal, 1 libra de pastas, 8 huevos, 1 libra de pescado, 1 libra de picadillo de soya “enriquecido”, 1 libra de pollo, media libra de aceite (cuando hay disponibilidad), 3 libras de papas, 5 libras de boniato, 3 libras de plátano y un panecito diario.
Para una semana
Tan exiguo suministro apenas alcanza para una semana o 10 días. El resto del mes hay que acudir al mercado negro, las “shopping”, o los “agros” estatales o campesinos y pagar precios exorbitantes debido a la escasez de oferta.
El régimen, a su vez, al eliminar la cartilla abre una Caja de Pandora: la gente tendrá que conseguir todos los alimentos a precios altos. Como el salario promedio es de $20 dólares (480 pesos) mensuales, cada familia tendrá que “inventar” más que nunca para subsistir. Esto aumentará el robo y también el malestar anticastrista que subyace hasta ahora calladamente.
Porque el estado protector e igualitario, que fue el sostén ideológico del castrismo durante medio siglo, ahora abandona “al pueblo” a su suerte y con dos agravantes: 1) no puede importar más alimentos porque no tiene dinero, y 2) sin realizar tampoco una reforma económica verdadera que permita la producción agropecuaria libre, como ocurre en China o Vietnam. En esos dos países el estado deja que los campesinos produzcan lo que quieran y vendan libremente sus cosechas en el mercado. Para Cuba aún con la anunciada reforma raulista a cada campesino y cooperativa le ordenan lo que debe producir, y tienen que vender al Estado casi todo lo cosechado a precios fijados por el gobierno.
Admiten: todo fue un disparate
La otra cara de la moneda: muy defraudados deben estar quienes seguían hipnotizados por el discurso oficial y creían en Papá Estado y el socialismo como “solución para el bienestar de los pueblos”. Luego de tanto paternalismo estatista marxista-estalinista, maoísta y guevarista, y de repetir que “el futuro pertenece por entero al socialismo” , los Castro de hecho admiten que todo fue un disparate, por no decir un crimen.
No importa que por oponerse a ese disparate decenas de miles de cubanos hayan ido a prisión (y sigan yendo) o hayan sido fusilados, desterrados, o devorados por los tiburones en el Estrecho de la Florida. Ni tiene importancia el hambre, el sufrimiento y las privaciones padecidas por tres generaciones de cubanos, o que casi dos millones hayan tenido que abandonar la patria querida.
En fin, quítese o déjese la “libreta”, la inviabilidad y la inhumanidad del socialismo marxista son tan evidentes que la actual incapacidad de Hugo Chávez para percibirlas pasa al terreno médico.
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Soy colombiana y al ver este articulo me he quedado asombrada de como la propaganda cubana del gobierno de castro ha logrado impedir que estas cosas se sepan. Es increible que en Cuba haya racionamiento de alimentos por medio siglo y nadie dice nada en ninguna parte de America Latina, ni en Europa. Solo al saber que los alimentos estan racionados en un pais que antes exportaba alimentos es suficiente para darse cuenta de que el socialismo no funciona. Es una desverguenza defender a un regimen asi, como hacen ciertos politicos y tanta gente de izquierda que no le importa la suerte del pueblo cubano sino alimentar su ego idelogico marxista o pseudomarxista, da igual.
No naci en Cuba, pero mis padres son cubanos y vinieron a principio de los 60 y casi no se acuerdan de la triste libreta de racionamiento. Me he quedado fria de ver la cuota miserable que le dan a cada cubano mensualmente. Si no fuera tan tragico pareceria una broma de mal gusto. Los negros esclavos en la epoca de la colonia se alimentaban mejor, al menos comian diariamente tasajo u otro tipo de carne. Como alguien como el cardenal Ortega o el gobierno de Espana pueden congraciarse con un regimen que mata de hambre a su propio pueblo
Estimado amigo Jose Manuel, aprecio muchisimo su ultimo comentario. Hemos sido los tres victimas de ese apasionamiento sanguineo que nos caracteriza casi a todos por igual entre los latinoamericanos. Y como siempre ocurre, luego de la vehemencia con la que exponemos nuestras opiniones, viene el razonamiento mas sosegado. Y como decian Platon y Aristoteles, la verdad nunca esta en los extremos del pendulo, sino en el justo medio.
No solo no siendo cubano podemos intercambiar puntos de vista diferentes, sino que para los cubanos eso significa mucho, pues por lo general nuestra pequena isla y lo que ocurre en ella no le importa a casi nadie en este mundo, empezando por Washington (aunque parezca lo contrario).
Por eso, Jose Manuel, considere desde ahora que tiene en mi a un amigo cubano mas. Me siento honrado de que se haya molestado en escribir dos comentarios al margen de mi articulo, el que escribi con tristeza, pues como a Benitez, a mi Cuba me duele en el alma. De no habernos caido la peste castrista, yo (y mi familia) jamas me habria ido de mi bella y entranable patria, la que llevare a cuestas hasta que me muera.
Un abrazo
Roberto
Sr Roberto, Julio y Andres, quiero antes de todo hacer constar que mi sentimiento no es anticubano, ni que estoy en contra de los cubanos que afincan fuera de su paìs, es màs, uno de mis màs grandes amigos a quien admiro y respeto es un cubano americano y gracias a èl he podido ver de muy cerca la otra realidad cubana. Cuba esta dentro de nuestro imaginario latinoamericano para bien o para mal, aunque suene a mera desfachatez del corazòn en mis años mozos Silvio y Pablo eran un paìs enarbolado vestido de Chè y de esperanza. No quise con mis palabras, y si lo hice me disculpo, entrar en polèmicas sobre quièn tiene o no tiene la razòn, o cuàl paìs està màs en la vìa que el otro, no creo que sea nuestra meta. Ni tanto que queme al santo ni tan poco que no lo alumbre, es verdad que en Colombia no nos han dado solo plomo, pero en la balanza què pesarà màs, la corrupciòn, impunidad, la perdida de valores, narcos, guerrilla, injusticia, desesperanza, guerrerismo, desmantelamiento de infraestructuras, saqueo, venta de recursos, venta de subsuelos, mentalidad armamentista, mentalidad militar, de los dos bandos, sin ànimo o ganas de dar un paso al costado para que la sociedad civil se levante de la lona, y del otro lado què hay, intentos, logros, una infinidad de desplazados Quiero pensar que no siendo cubano, o en este caso no siendo ustedes colombianos, podamos intercambiar opiniones por diferentes que sean.
En Cuba es muy popular una frase:” NO SE PUEDE IR A BAILAR A CASA DEL TROMPO”, algo asi como que no se puede dar lecciones de algo a alguien que es maestro en la materia en cuestión.
El amigo Jose Manuel Rodriguez, a quien agradezco su participación en este debate, obviamente tiene todo el derecho de mundo a expresar libremente lo que piensa, algo que por cierto, no puede hacer ningún cubano que resida en la isla. Pero yo no me atrevería a darle lecciones a Jose Manuel sobre su propio país. Ocurre que para opinar sobre El Salvador, Colombia, o cualquier otro país primeramente hay que informarse primero un mínimo sobre el tema en cuestión. Pero aquí se presenta un problema: un cubano puede conocer de El Salvador o Colombia mucho más que lo que un salvadoreño o colombiano puede conocer sobre la realidad de Cuba. ¿Por qué?, pues porque lo que conoce el mundo entero sobre la realidad cubana es la versión edulcorada, aséptica y celestial que da el propio régimen cubano de sí mismo, debido que ABOLUTAMENTE TODOS LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN son propiedad del gobierno. Y los corresponsales o periodistas que visitan la isla son sometidos a una censura férrea censura que les impide reflejar la verdad de los hechos y solo pueden enviar al mundo lo que el gobierno les permite decir, es decir, informan sobre una realidad que NO ES REAL y valga el absurdo.
Yo me pregunto qué puede saber cualquier latinoamericano acerca de la vida miserable de los cubanos si solo reciben información manipulada por el gobierno y censurada.
Pongo solo un ejemplo. Imaginémonos que todos los medios de comunicación y los servidores de Internet en Estados Unidos fuesen propiedad del gobierno federal. ¿Cómo podría alguien criticar a Obama o al “imperio” sin saber nada de lo que aquí ocurre, sin tener información veraz, independiente del gobierno, que obviamente sólo daría una visión formidable de este país?
Estimado José Manuel. Yo sé lo que es vivir en el Tercer Mundo. El de los comunistas y revolucionarios. Allí viví casi cuarenta años de mi vida. Cuando uno escribe, casi siempre lo hace tendenciosamente, al igual que tú. Lo que nosotros, los que estamos acá y los que se liberaron del miedo allá no comprendemos no es la pobreza ni el abuso de otros países latinoamericanos. En eso te equivocas. Los hechos que yo menciono no son generalizaciones sino hechos reales y concretos mientras tú asaltas con respuestas generalizadoras, como que los pueblos han recibido bombas nada más. Los pueblos están formados por sus habitantes y tu país de origen, pese a los terribles males y abusos, hoy goza de mejores índices de educación. Está entre los seis o siete de América Latina en resultados académicos. Se ha reducido el analfabetismo y aunque hay probreza también ha disminiuido el número de pobres. Al menos, eso me he enterado por su desarrollo. Muchos países latinoamericanos con sus más y sus menos también. Resulta que Cuba ha retrocedido. Te invito a buscar las estadísticas. Y si no confías en ellas pues te diré lo mismo que tú me has indicado que se esconden muchas cosas. ¿Cuántos muertos ha habido en CUba por el sistema COmunista? Hay cifras. Pero son reales? Esas son las documentadas. Yo no hablo de generalizaciiones basadas en mi tendencia política. Tú sí. Ya estoy acostumbrado, porque es el mismo lenguaje de los de allá en el poder en la isla. Lo que nos jode a nosotros, los cubanos libres, es la complicidad con los criminales que gobiernan mi país. La simpatía por ellos es repugnante. Yo no siento lo mismo por todos los dictadorzuelos ni los «demócratas» que apoyan los paras. Esa es la diferencia, amigo mío.
Se ve que el amigo Jose Manuel Rodriguez no es cubano, ni vive en Cuba. Dice que Benitez y el autor cargan la mano cuando de definiciones se trata, pero no se da cuenta de que eso que afirma el de que los gobiernos del Tercer Mundo (?hay en verdad tres mundos o CINCO por lo menos?) solo alimentan con plomo a los pueblos es mas que una exageracion la repiticion de una consigna de barricada de la izquierda mas radical y extremista que abunda en la reion latinoamericana. Si se va a opinar con seriedad hay que ser serios en lo que se dice. Ademas, sabe el Sr. Rodriguez cuantos cubanos han sido alimentados con plomo o empuijados indirectamente a la muerte en guerras africanas e intervenciones de guerrillas, o empujados a los tiburones en el Estrecho de la Florida?, pues mas de 14,000 documentados todos, mas los que no han podido ser documentados pues desaparecieron en el mar y no hay registro de su muerte ni en Cuba ni en ninguna parte del mundo.
Si el gobierno de los Castro no hubises convertido en estatales las tierras cultivables del pais, que estatizo hasta en un 82% del tgotal nacional, el pais no tenbdria que importar hoy hasta el 84% de los alimentos que consume, porque como dice Benitez, hasta las frutas han desaparecido. Mis hijos jamas comieron ni un nispero, ni un caimito, ni un anon, pues mas nunca se vieron por ninguna parte desde fines de los anos 60.
Por otra parte, eso que ust dice de que su gobierno lo alimenta con plomo usted puede decirlo y PUBLICARLO en su pais y no lo meten en la carcel con una condena de 25 ANOS por PROPAGANDA ENEMIGA. Por decir mucho menos que eso actualmente hayh en las carceles del regimen castrista decenas y decenas de ciudadanos
Amigo Julio y sr Roberto, felicidades por el articulo, medio cargadito y tendencioso, nada sorprendente cuando de definiciones se trata. Al comentario que hace Julio de que los, o muchos latinoamericanos, ignoran ciertas cosas o padecimientos y por eso sienten o piensan aman u odian a Cuba de ciertas maneras, yo pienso igual de los cubanos, o de muchos cubanos, ellos ignoran lo que es vivir en la jauria tercermundista de nuestros paises y por eso a veces, muchas veces, quizas al igual que nosotros a ellos, no nos comprenden. No entiendo lo que es la famosa tarjeta de abas o de racionamiento porque en mi pais el gobierno solo se ha preocupado por alimentarnos de plomo.
Reproduzco un aparte «cartilla abre una Caja de Pandora: la gente tendrá que conseguir todos los alimentos a precios altos. Como el salario promedio es de $20 dólares (480 pesos) mensuales, cada familia tendrá que “inventar” más que nunca para subsistir. Esto aumentará el robo… «, Cualquier latinoamericano, por muy bajo costo, podria darle a los cubanos un cursillo relampago sobre como sobrevivir cuando se tiene todo en contra y nada entre las manos.
Amigo Julio, tu excelente comentario es en realidad una columna breve de una fuerza extraordinaria. Siendo mucho mas breve trasciende mas que el que escribi, y sobre todo deja un saldo diria que dramatico entre los lectores. Los ejemplos que mencionas son harto elocuentes y tu conclusion final es tan contundente y definitoria que quiero reproducirla textualmente en este comentario: «La culpa de la crisis alimentaria en nuestro país la tiene el sistema que destruyó la riqueza que hizo de Cuba un lugar famoso por la fertilidad de su tierra y ahora un lugar calamitoso adonde comerse un simple fruto o un plato de vegetales cuesta horas de trabajo…». ES LA PURA Y TRISTE REALIDAD. Gracias a ti por tu estupendo comentario.
Roberto
Roberto. Muchos latinoamericanos que conozco no tienen ni idea de lo que esto significa. Hablan de la pobreza de sectores, que no pueden siquiera comer algunos de los productos mencionados a un precio mínimo. Así se vuelve santificada, ese instrumento de empobrecimiento colectivo que promovió, como solo aquellos que hemos vivido en Cuba, una cultura del robo, de la ilegalidad en la que casi todo es mundo es cómplice del mercado negro. Mercado negro que ha durado cincuenta años y adonde la mayoría de la población vive, de acuerdo con esa libreta, en virtual estado de indigencia alimentaria. No son grupos marginales. Es toda la población menos un grupito de privilegiados. Y cuando la Unión Soviética se desplomó y los subsidios de chícharos, carne enlatada y embutidos cesó, entonces la hambruna se extendió hasta el punto de producir brotes masivos de conjuntivitis, bajo peso al nacer y muerte por falta de calorías y proteínas. En otros lugares hay pobreza, pero la hambruna racionada que ha vivido nuestros país para casi el 98 por ciento de su población no tiene paralelo en América Latina con todas las excusas que algunos tratan de divulgar. De acuerdo Roberto, que no es el embargo el causante de la producción agropecuaria del país. ¿Por qué hoy apenas quedan vacas, no se produce leche ni siquiera café? ¿Adónde está el azúcar, otrora fuente de riqueza?¿ Existen todavías frutos tropicales como el caimito? ¿Por qué comerse un plátano o un pedazo de raíces como la yuca, el yame, la malanga, que son partes de nuestra culinaria apenas existen o constituyen un lujo? Ese control del estado ha sido la causa de la destrucción del área productiva. Yo recuerdo haber visto cientos de miles de mangos podrirse a la orilla del camino porque los encargados del gobierno no los recogieron. NO se sembraba la papaya porque alguien lo decidió. VI con mis ojos como se podrían los productos de los campesinos, eso sin contar la propia infraestructura en manos del gobierno. ¡Basta de excusas! La culpa de la crisis alimentaria en nuestro país la tiene el sistema que destruyó la riqueza que hizo de Cuba un lugar famoso por la fertilidad de su tierra y ahora un lugar calamitoso adonde comerse un simple fruto o un plato de vegetales cuesta horas de trabajo. Gracias por tu comentario. Julio