Fundamentos del feudalismo en Cuba
Hoy Cuba está arruinada y suelta los pedazos poco a poco. Su pueblo está sumido en la pobreza y en el atraso social y tecnológico, como si hubiese regresado a la Edad Media. Una nación que en 1958 tenía un ingreso per cápita que duplicaba al de España, e igualaba al de Italia y al de Chile
A mediados de 1975 le pregunté a Blas Roca, el líder histórico de los comunistas cubanos desde los años 30, cuál Constitución había sido más trabajosa y difícil de redactar, si la aprobada en 1940 en la que él había participado decisivamente, o la que estaba en sus retoques finales para ser aprobada en breve y cuya comisión de redacción él presidía.
Blas, que estaba acompañado de su esposa Dulce en el salón de protocolo del aeropuerto internacional de La Habana mientras esperábamos la llegada de un alto dignatario de Europa del Este, con su sonrisa ancha y relajada habitual me respondió que las circunstancias de la confección de ambas constituciones habían sido muy diferentes.
Me dijo que en 1940 cada párrafo o punto importante tuvo que ser negociado “larga e intensamente con los miembros burgueses” de la Asamblea Constituyente. “Sin embargo, –agregó– esta de ahora es más trabajosa porque no queremos copiar de nadie, pero a la vez tenemos que tomar en cuenta las constituciones y las experiencias de otros países socialistas; por ejemplo la de Checoslovaquia nos ha sido muy útil.”
Vale aclarar que la Constitución Socialista de Cuba no fue elaborada por una Asamblea Constituyente elegida democráticamente por el pueblo –como se hizo en 1940 y como se hace en todo el mundo–, sino por una comisión nombrada a dedo por Fidel Castro, quien designó a Blas Roca como su presidente.
Esa comisión no democrática redactó secretamente el texto, que aprobado luego en febrero de 1976 en un plebiscito fulminante se convirtió en la única Constitución comunista en la historia de las Américas y estableció un sistema político cuyo presidente no es elegido por el pueblo, sino por un Consejo de Estado controlado por el Partico Comunista (PCC), una práctica copiada de la Unión Soviética y sus satélites. O sea, que el pueblo de Cuba nunca ha votado por Fidel o por Raúl Castro, quienes dirigen el país desde 1959.
Traigo por lo pelos esta anécdota porque Blas Roca no sólo fue el artífice –sin ser jurista– de la actual “Constitución Socialista” de Cuba, sino también el autor del libro por el que fueron adoctrinados masivamente los cubanos: “Fundamentos del socialismo en Cuba”, que escrito en 1943 se convirtió en libro de texto obligado en las llamadas Escuelas Básicas de Instrucción Revolucionaria (EBIR), a la cual tuvieron que asistir más de 600,000 personas –según datos oficiales– desde 1961 hasta 1968 en que fueron disueltas, cuando ya se impartía marxismo en todos los niveles de enseñanza.
Tan pronto Fidel Castro proclamó el carácter comunista de la revolución, el 16 de abril de 1961, emprendió la más impresionante campaña de lavado cerebral de todo un pueblo jamás conocida en Occidente. Ese día, víspera del desembarco de una brigada de cubanos por Bahía de Cochinos, armada por EEUU pero abandonada por el gobierno de John F. Kennedy a la hora del combate, Castro dejó de fingir y admitió el carácter marxista de “su” revolución. Y en caliente, al mes siguiente, se crearon las EBIR.
‘Solución a todos los males…’
“Fundamentos del socialismo en Cuba”, según escribió el propio autor en la introducción del libro, no fue escrito con pretensiones académicas, sino como “arma de combate”.
“Siceramente –explicó Blas–, proclamamos en nuestro programa que defendemos la liberación nacional y que aspiramos al socialismo como fórmula última de solución a todos los males de la patria. Exponiendo las ideas básicas del comunismo aspiramos a eliminar el ‘coco comunista’ de los reaccionarios”.
Con una marcada manipulación de la historia de Cuba, y aprovechando la coalición de la Unión Soviética con Occidente para combatir al nazifascismo, el libro fue un instrumento para difundir en Cuba las ideas marxistas, influir en los sindicatos para controlarlos, y reclutar militantes, tarea clave para la dirigencia estalinista cubana, pues dicha organización no era popular y tenía una membresía muy reducida.
La idea central del libro era que el bienestar económico del pueblo cubano era imposible si no se realizaba una “revolución nacional-liberadora y antimperialista”, y se expropiaba a la “burguesía nacional”, para emprender la construcción del socialismo, régimen “más justo y avanzado” que solucionaría todos los problemas de Cuba y la transformaría en el paraíso en la Tierra que todavía hoy proclama el himno de La Internacional Comunista.
Recuerdo que cuando en marzo de 1962 me “tocó” como trabajador bancario ir a una EBIR, ubicada en la azotea del Capitolio Nacional, el profesor, Leandro Guaty, en la mañana se guiaba por el libro de Blas Roca, el cual en la tarde todos debíamos estudiar y debatirlo en 3 equipos de 10 alumnos cada uno con un “orientador”, uno de los cuales era yo.
El otro texto en las EBIR era “La historia me absolverá”, el proyecto nacionalista escrito por Castro para su autodefensa en el juicio por el asalto al cuartel Moncada en 1953, pero con una reinterpretación socializante y sublimada, para hacer de dicho documento el Génesis bíblico de la revolución castrista.
¿Para qué sirvieron aquellas enseñanzas idílicas? Pues básicamente para inducir a muchos cubanos a apostarle al caballo equivocado y apoyar un sistema inviable, incapaz de generar riquezas y que pisotea los derechos humanos y las libertades individuales tanto o más que los regímenes fascistas.
Hoy Cuba está arruinada y suelta los pedazos poco a poco. Su pueblo está sumido en la pobreza y en el atraso social y tecnológico, como si hubiese regresado a la Edad Media. Una nación que en 1958 tenía un ingreso per cápita que duplicaba al de España, e igualaba al de Italia y al de Chile.
Cuba y Chile ¿qué pasó?
Precisamente Chile es un ejemplo elocuente para Cuba. En 1958 ambos países tenían un Producto Interno Bruto (PIB) casi igual ($2,360 millones Cuba, y $2,580 millones Chile), y un PIB per cápita de $356 en Cuba y $360 en Chile.
Medio siglo después Chile, que no sólo no “expropió a la burguesía”, sino que es el país más neoliberal de Latinoamérica, tuvo en 2009 un PIB de $244,000 millones, y en la Cuba socialista también el año pasado fue de $19,000 millones, o sea, 13 veces inferior, según el Consejo Económico y Social de la ONU (ECOSOC).
El ingreso per cápita de los chilenos en 2009 fue de $14,400 dólares y el de Cuba fue de 1,696 dólares, el más bajo de la región si se excluye a Haití. El año pasado la nación austral exportó bienes y servicios por $54,943 millones y Cuba no llegó a los $4,000 millones, 14 veces menos.
El Chile capitalista y liberal ya fue invitado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) para que ingrese en dicha entidad, que agrupa a las 36 economías más desarrolladas del mundo. La Cuba comunista, en tanto, según el ECOSOC es el país más pobre del continente americano, luego de Haití.
¿Qué pasó en este medio siglo? La respuesta se la dejo a los lectores, que me dirán cuál sistema socioeconómico funciona mejor.
Seguramente muchos de mis estimados colegas de aquellos tiempos del romanticismo revolucionario concuerden conmigo –en forzoso silencio– en que el panfleto de Blas Roca fue la versión cubana de la “Gran Estafa” que plasmara el peruano Eudocio Ravines en su libro homónimo sobre el estalinismo. No fue un soporte teórico para el desarrollo de Cuba, sino para destruirla y erigir sobre sus escombros la primera sociedad medieval en América, afincada en señores feudales y siervos de la gleba tropicales.
Sin duda Blas Roca erró en el título. Debió titularlo “Fundamentos del Feudalismo en Cuba” y hasta podría haber ganado el Premio Nobel de Economía por tan colosal fórmula para retroceder en el tiempo .
Estoy seguro de que eres agente de le Gestapo cubana, o bien voluntario o rentado. A mi ojala me pagaran, pues no gano un cabron centavo con mis colaboraciones luego de que me jubilé. Mira, como sea que te llames (sin dudas me conoces y me gustaria saber quien eres) , aqui el que da lastima y ademas verguenza, eres tu, que sigues defendiendo lo indefendible. Camina un poco por las calles en ruinas de La Habana, la que fue una de las ciudades mas deslumbrantes y con mas sabor del mundo, y reflexiona un poquito en cómo viven en la miseria los cubanos, y luego consulta con tu almohada al acostarte. Si no entiendes nada es que tus neuronas o ya se atrofiaron de no usarlas, o desaparecieron.
Yo puedo ya morirme tranquilo. Mis hijos y nietos no tendran que avergonzarse de mi. De ti no puerdo decir lo mismo. Y si tienes cojones deberias dar la cara y no esconderte detras de pseudonimos, como hago yo con este mensaje. Yo ni conozco a ningun Yoandry, ni te llamas así. La vieja tactica de descalificar al mensajero y no el mensaje siempre lleva al mismo punto: no hay argumentos para rebatir razonablemente NADA. No tienes cómo tapar el sol gigante con tu dedito enano. Yo, como bien dices, crei en la utopia revolucionaria, como tantos hombres a lo largo de la historia humana, Pero mis neuronas funcionaron mejor que las tuyas, pues me di cuenta de que viajaba en el tren equivocado. Y tuve los cojones de admitir que estaba equivocado. Tu, o no los tienes, o eres subnormal
Roberto
Muchos de los seres humanos aborrecemos la mentira, parece que este es un espacio para los que no comparten este sentimiento, da pena que pases tanto trabajo inventando historias como esta, en ves de utilizar todo ese esfuerzo para difundir verdades que son más importantes, un profesional se gun planteas con tantos años de esperiencia y tanto conocimiento deberia respetarce más y no estar ganandose la vida segun su capacidad de crear historias y de contar lo sucedido de otra manera, se que te pagan para que hables asi, y tambien me imagino que si lo haces es porque como periodista en un mundo real no tienes muchas posibilidades, en realidad me moleste al leer tu articulo pero ya pensandolo bien siento lastima o pena no se definir bien, porque se que muchos se tienen que aferrar a la soga que le tiran para poder vivir, de todas formas cuba seguira siendo grande, aunque algunos com tu digan lo contrario, tambien es facir ver que eres una veleta «siempre estas a favor del viento», porque estube revisando algunos articulos tuyos de cuando eras periodista en cuba y no planteabas estas ideas, despues abandonas el pais en su momento más dificil «Periodo Especial», porque no lo hiciste en los 80, cuando todo era distinto, ah pero en cuanto se te apreto la soga enseguida saliste hechando, eso pasa, segun un refran «De los cobarde no se ha escrito nada» y con esta generacion de nuevos periodistas que se venden por algunos medios para poder vivir, yo diria que de los cobarde no se ha escrito nada porque ahora son ellos los que escriben.
A YOANDRY
Estoy seguro de que eres agente de le Gestapo cubana, o bien voluntario o rentado. A mi ojala me pagaran, pues no gano un cabron centavo con mis colaboraciones luego de que me jubilé. Mira, como sea que te llames (sin dudas me conoces y me gustaria saber quien eres) , aqui el que da lastima y ademas verguenza, eres tu, que sigues defendiendo lo indefendible. Camina un poco por las calles en ruinas de La Habana, la que fue una de las ciudades mas deslumbrantes y con mas sabor del mundo, y reflexiona un poquito en cómo viven en la miseria los cubanos, y luego consulta con tu almohada al acostarte. Si no entiendes nada es que tus neuronas o ya se atrofiaron de no usarlas, o desaparecieron.
Yo puedo ya morirme tranquilo. Mis hijos y nietos no tendran que avergonzarse de mi. De ti no puerdo decir lo mismo. Y si tienes cojones deberias dar la cara y no esconderte detras de pseudonimos, como hago yo con este mensaje. Yo ni conozco a ningun Yoandry, ni te llamas así. La vieja tactica de descalificar al mensajero y no el mensaje siempre lleva al mismo punto: no hay argumentos para rebatir razonablemente NADA. No tienes cómo tapar el sol gigante con tu dedito enano. Yo, como bien dices, crei en la utopia revolucionaria, como tantos hombres a lo largo de la historia humana, Pero mis neuronas funcionaron mejor que las tuyas, pues me di cuenta de que viajaba en el tren equivocado. Y tuve los cojones de admitir que estaba equivocado. Tu, o no los tienes, o eres subnormal
Roberto Alvarez Quiñones
Excelente artículo, y también reflexión de lo que ha pasado con Cuba. La analogía con Chile es muy válida y necesaria. La dictadura de Pinochet terminó en el 90. Y a partir de ahì, una coalición de partidos de izquierda (moderada y sensata) ha enrumbado a Chile a la modernizaciòn en este mundo globalizado. 4 presidentes tuvieron esa tarea (Aylwin, Frei, Lagos y Bachelet). Y ahora la tiene Piñera. Que bueno es para un país (Chile) saber que su desarrollo fue fortalecido por diferentes liderazgos, entre ellos una mujer. Volvamos a Cuba y saquemos la cuenta, cuantos Presidentes de Cuba que se perdieron en el anonimato en estos 50 años?? En una democracia seria, 10 presidentes de Cuba? Puede ser. 10 hombres, o quizas alguna mujer, que se perdieron en la historia, pero ahi pueden estar, dormidos en esa larga noche y con pesadilla, y esperando que suene el reloj despertador de la democracia y que puedan despertar.
Fui uno que paso la EBIR que estaba en un aula del antiguo colegio
Maristas de la Vibora antes que cayera en manos de los criminales
de la seguridad del Estado, y estudie el libro de Blas Roca de
memoria que pintaba un futuro maravilloso socialista y ponia a la
historia de Cuba como si todo el mundo hubiera sido comunista antes
de 1958. Eso era una gran mentira porque los comunistas nunca
pasaron de cuatro gatos la gente los rechazaba porque los dirigian
desde Moscu. Me alegro mucho que el articulo dice que el libro de
Blas fue la gran estafa y que el socialismo lo que hizo fue
destruir a Cuba y a los cubanos.
Estimado Roberto. Como siempre pienso que es mejor reirse de
nuestras propias desgracias que llorar por el tiempo perdido.
Gracias nuevamente por ofrecer testimonio de ese mundo decadente
que algunos todavia elogian con ese estilo incisivo y profundo que
te caracteriza. QUe titulo mas genial. Asi se golpea la mentira.
Julio Benitez
Con su acostumbrada incisiva pluma Roberto Alvarez Quiñones plantea una realidad aplastante en cuanto al inicio y desarrollo del actual sistema socio-político-económico, que desgobierna a Cuba desde hace más de cincuenta años, enarbolando banderas de odio, envidia, expropiación de bienes, supresión de derechos humanos, represión y miseria ciudadana.
Lo preocupante del caso es que, a pesar de estar más que probado el fracaso del socialismo, tanto en Cuba como en otros países, y más que demostradas las secuelas de miseria, terror y odio que deja tras de sí; existan aún tontos útiles, que en su ciega e insustancial estupidez aún insistan en servirlo.
Adelante, amigo Roberto, artículos como estos son los que hacen falta para aclarar la mente de muchos desconocedores y olvidadizos, a la vez que sirven de base para frenar los razonamientos de los «sembradores del odio rojo».
Tony Ruano.
Este articulo esta muy bueno porque ademas que refleja el desastre del comunismo en Cuba le recuerda a los cubanos que tenemos mas de 60 anos el libro nefasto de Blas Roca con el que empezaron a lavarnos el cerebro hace casi medio siglo. estoy de acuerdo que el libro fue una Gran Estafa y que tergiverso descaradamente la historia de Cuba.
Lo que mas me gusta es comparar a Chile capitalista con Cuba comunista, como cuando se compara a Corea del Sur con la hambrienta del NOrte. De no ser por el comunismo los cubanos tendrian un nivel de vida parecido al de los chilenos que se acerca al mundo mas avanzado. Le agradezco mucho a Quinones sus articulos, pues son buenisimos
Edgar
Además de agradecer el comentario de Aurelia Fierros quiero felicitarla. Aurelia plantea una verdad con más fuerza que un huracán, que resulta irrefutable filosóficamente hablando, y que bien debieran tener en cuenta los simpatizantes del «Socialismo del siglo XXI» de que hablan Hugo Chávez y Evo Morales: «fundar un sistema socioeconómico basado en la redistribución de la riqueza, versus uno basado en la creación de la misma, lleva una desventaja implícita e inexorable: todo lo que se redistribuye, consecuentemente, se acaba».
Este es un aporte fundamental de Aurelia Fierros a mi artículo y se lo agradezco en nombre del pueblo cubano, víctima de ese sistema contranatura incapaz de crear riquezas.
Como siempre, puntual y agudo en tus razonamientos. Sin duda, a esos llamados ‘románticos’ que aun defienden los ideales de la revolución castrista se les pasó analizar el importantísimo detalle de que fundar un sistema socioeconómico basado en la redistribución de la riqueza, versus uno basado en la creación de la misma, lleva una desventaja implícita e inexorable: todo lo que se redistribuye, consecuentemente, se acaba. Y sin duda, aun no se han dado cuenta de que el sistema mismo, ya se les ha agotado. Gracias Roberto por compartir tu anécdota en este texto, que es esencialmente un valioso testimonio.