La piel que nos cubre

Todos los días, antes de enfrentar las calles, nos ponemos una piel que nos cubra: de las miradas inquisidoras, de las miradas represivas, de las miradas molestas, de las miradas de piedad. Llevamos las miradas pegadas en la espalda. Las afrontamos porque son la armadura que protege a nuestros hijos del prejuicio del otro.

Ser padre de un adulto con autismo, es ser una persona que va por la calle cuidando, midiendo conductas  para que lo inapropiado no moleste. Evitando conflictos. Es una tarea diaria, constante e incorporada.  Un stress asumido. Es como vivir con el otro a cuestas.

El asesinato de French

El 14 de junio fue asesinado Kenneth French en el hipermercado Costco, en la ciudad de Corona, California.  Tenía 32 años. Era un adulto con autismo, no verbal.  Como si importara la causa, como si algo fuera a explicar por qué una persona tiene derecho a matar a otra, los diarios informan que aún no fue aclarado el caso. Los abogados aguardan la liberación del video.  Los padres de Kenneth también fueron heridos en el ataque y están internados.

Se dice que Kenneth esperaba probar la comida de muestra que ofrece el supermercado y empujó a este “oficial del orden” que estaba fuera de servicio, con su hijo en brazos, aguardando su turno. Se dice que French lo atacó sin provocación alguna. Se dice que dejó inconsciente al oficial por unos minutos. Se dice que French había empeorado en su condición y no respondía bien a la nueva medicina. Se dice que el padre de French intentó aclarar que su hijo tenía autismo y que no podía expresarse verbalmente.

Se dice que nada está claro, pero la única verdad contundente es que Kenneth French fue asesinado en un supermercado por agredir a alguien que sintió que su vida estaba en peligro y por eso mató.

La peor pesadilla

Leo la nota escrita por Laura Newberry publicada en Los Angeles Times. Ella la titula “La peor pesadilla para las familias de personas con discapacidad”. La peor pesadilla, porque vivimos con ese temor.

En una sociedad donde la tenencia de armas es masiva, donde el actual presidente se burló en plena campaña electoral de un periodista con discapacidad, donde ser afroamericano, latino o discapacitado es visto por mucha gente como “gente parásita que vive del gobierno”. La pesadilla es que se haya instalado como “norma” la violencia, la agresión. Aceptar como respuesta social adecuada primero la protección individual, después el resto.

Desde el autismo, la impulsividad es casi incontrolable.  Muchas veces estar alerta no alcanza. Un perro puede desatar un griterío. Alcanzar una comida, un desate de ira. Vivimos en la precariedad de un equilibrio que se rompe cuando el esquema mental que dibuja la persona autista, toma una curva inesperada. Como padres estamos siempre alertas, para contener, para cuidar y al mismo tiempo para traducir y explicar a la sociedad que el hijo no es un peligro social.

Los padres de Kenneth French no pudieron hacerlo.

Educar sobre el autismo

Pienso en todas las medidas preventivas que podemos tomar para educar a la sociedad en aceptar las diferencias. Pienso cuanto necesitamos educarnos para entender que “el diferente” no elige agredir, no elige la violencia, sino que la discapacidad lo domina y le coarta su interacción.

De la misma manera, alguien que recibe una agresión y responde matando a su agresor, ¿es un discapacitado?

En estos tiempos, de campos de concentración, de ley de “gatillo fácil”, de priorización del dinero por sobre el ser humano, me pregunto una y otra vez, ¿qué es ser un discapacitado?

Esta terrible noticia nos llenó de miedo y de espanto. Un lugar donde nadie debe quedarse. Quizás por esto estas líneas, para pensar en voz alta, para entender desde el horror hasta dónde nuestra sociedad está afectada. Pero ante todo, mas allá de las explicaciones, de las advertencias y de la educación, generar un consenso humano, básico y necesario: matar no es la respuesta, nunca.

Perfil del autor

Adriana es educadora en el Distrito de San Carlos, California.Tiene una licenciatura en Comunicación Social de la Facultad de Ciencias Políticas, de la Universidad Nacional de Rosario. Madre de Dante, un joven autista de 23 años, Adriana disfruta en escribir crónicas diarias, que ella ha titulado "Fotos con palabras". Sus textos pueden verse en Facebook. También ha publicado en las revistas Urbanave y en Brando, del Diario Nación y Página 12 Rosario.

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