Primero de Mayo: Nuevos líderes, nuevas esperanzas
Como ya es tradición, este 1 de Mayo los inmigrantes tomamos las calles de Estados Unidos gritando las mismas consignas y con una debilitada esperanza de que una reforma migratoria se haga realidad en un futuro cercano.
Este año hubo menos gente, pero esto no significa que el movimiento está muerto ya que pudimos comprobar historias que dan esperanzas y nos recuerdan que el movimiento inmigrante sigue en formación. En la ciudad de Madera, ubicada en el Valle Central de California, en los últimos años ha crecido significativamente el número de inmigrantes indígenas del sur de México (grupos de Mixtecos, Zapotecos, Triquis y Purepechas). Allí, la organización de la marcha tuvo como protagonista fundamental a una familia representativa de esta nueva corriente migratoria: la jefa del hogar es una joven indígena oaxaqueña, madre soltera, y sus hijos tienen 5, 11 y 17 años. Tuvo que inmigrar y dejar a su hijo mayor en su pueblo hasta que logró traerlo con ella. Una vez aquí está iniciando su camino de líder comunitario.
Sí se puede
Este 1 de Mayo, aunque en un tono más bajo, se escucharon nuevamente las consignas de «Sí Se Puede», y «Hoy Marchamos, Mañana Votamos». Una vez más los inmigrantes proclamamos que somos seres humanos, que trabajamos, que aportamos a nuestra nueva sociedad y que no somos criminales. Se conmemoró así un año más de la ardua lucha por los derechos de los inmigrantes. Esta conmemoración nos recibió con cierta apatía, sin reforma migratoria, sin licencias de manejar, sin Ley de los Sueños (DREAM Act), con más deportaciones que nunca, con más familias separadas y con «comunidades seguras» —la nueva política del gobierno que ha hecho a nuestras comunidades más inseguras. Y nuestros gobernantes nos siguen pidiendo paciencia, esperar y que los apoyemos en sus campañas políticas, y nos prometen que nuestro turno llegará.
Los activistas del movimiento inmigrante nos hemos congregado pero también nos hemos dividido. No logramos ponernos de acuerdo de cómo exactamente debe ser una reforma migratoria «integral».
Durante estos años de lucha hemos visto a gobernantes ir y venir con la promesa de que el asunto migratorio era parte importante de su agenda. Pero este 1 de Mayo nos enfrenta al hecho de que el tema migratorio no ocupa un lugar importante en el Congreso. Comprobamos así que el electorado latino no ha alcanzado el poder político de los grupos conservadores y antiinmigrantes que han dominado la política y el discurso migratorio desde hace años.
Lucha inmigrante, lucha obrera
Esta lucha, expresada en marchas pequeñas y marchas masivas, ¿es en última instancia una simple lucha por una «legalización»? ¿O se trata de un reclamo de los inmigrantes al reconocimiento y respeto de sus derechos humanos más elementales? Los promotores del movimiento inmigrante elegimos el 1 de Mayo como la fecha simbólica de nuestra lucha por las afinidades con las luchas del movimiento obrero ya que ha sido la necesidad de trabajar lo que ha desplazado a millones de personas, creando un proceso sin fin.
Una reforma migratoria no resolverá el asunto del proceso migratorio. Es tiempo de cambiar el discurso y enfrentar la lucha de los inmigrantes dentro del marco de la defensa de los derechos humanos y laborales. El derecho a tener un trabajo digno, a ser respetado como trabajador, como productor de bienes, a tener derecho a una familia y una vida digna. Es momento de ampliar el movimiento migrante mas allá de los vaivenes politicos —incluyendo las campañas electorales.
Los capitales migran de un pais a otro aumentando sus ganancias sin problemas de «legalización» pero a los trabajadores se los condena al estado de «ilegales» a fin de mantenerlos en la escala social más baja para exprimirlos más y, bajo el temor de ser deportados, alejados de reclamar sus derechos.
Por eso, las luchas de los inmigrantes son largas luchas que van más allá de un estatus migratorio. Mantener esta visión nos ayudará a mejorar nuestras estrategias, por ahora reducidas a marchas y reclamos a los politicos. Y también nos ayudará a crear un amplio movimiento que deberá incluir a distinas organizaciones, grupos étnicos y religiosos y a sindicatos. Es un largo camino por recorrer, pero el surgimiento de nuevos y jóvenes líderes nos dan esperanzas de triunfo.