Xóchitl Gálvez, la del barrio, vino de visita al sur de California
Lo triste es que la actual oposición mexicana es que no se da cuenta que ya nadie le cree, o no le importa e insiste en usar una fórmula absurda, anacrónica y risible que ya no funciona
Esta es la historia de una niña pobre que sale de su pueblo para salir adelante y, gracias a su esfuerzo, no solo encuentra el amor, sino también el éxito.
No, no es Thalía. ¡.
No obstante, luego de adquirir unos contratos millonarios cuestionables, vivir en una residencia sin los permisos legales y haber plagiado su trabajo final con el que recibió su título, para ella el principal ogro de la historia no son sus corruptas acciones, sino curiosamente el actual presidente de México, quien en las propias torcidas palabras de Gálvez “es un hombre machista que no puede resistir el éxito de una mujer”. Cuán equivocada está la aspirante a una candidatura que se derrumba cada día más.
No importa que en el gabinete de López Obrador, tanto en la Ciudad de México (2000-2006) como ahora en la presidencia, siempre la mitad del liderazgo, y en ocasiones más, ha sido encabezado por mujeres. Y ahora le ha entregado el bastón del mando de Morena a una mujer y, por primera vez, muchos puestos como el de Gobernación han sido representado por una mujer en dos ocasiones.
Pero volvamos al guion de la absurda telenovela que nos quieren vender. Como en cada historia, debe de existir un momento mágico, un momento decisivo en el que la heroína recibe una inspiración divina, o un mensaje del más allá, que le dan claridad a su futuro y la hacen enfrentar los retos.
En el caso de Gálvez, fue una mariposa de muchos colores. Sí, hace varias semanas, la candidata del Frente Amplio por México detalló a una reportera de Grupo Imagen, en una visita a la sierra hidalguense, que de repente una mariposa se le paró en el brazo y esa fue la señal que le hizo buscar la Presidencia y no la jefatura de la Ciudad de México.
Bueno, eso fue lo que dijo al inicio. Pero al no ser bien recibida tal reverenda tontería, incluso por parte de la prensa corporativa donde también se burlaron de la idea, ahora cambia el guion. Gálvez dice que lo que la llevó a postularse por la presidencia fue el hecho de que el presidente López Obrador no le abriera las puertas de Palacio Nacional para dar su réplica sobre los programas de gobierno. Un cambio de postura tan tembloroso como sus propias gelatinas.
Los medios de comunicación en un momento criticaron y tildaron de ridículo y sin ninguna oportunidad para ganar la presidencia a la candidata. Pero ahora cambiaron y dicen que Gálvez es un “fenómeno”. La comparan con la aparición de una “virgen milagrosa” que viene a salvar al pueblo de México de la destrucción. Según algunos columnistas de derecha, esa destrucción la está provocando el presidente López Obrador.
Insufrible es transitar ya por esas veredas descompuestas de los medios informativos tradicionales, que no se han dado cuenta que la mayor parte del pueblo mexicano, incluso quienes se identifican con la derecha, no se tragan más ese tipo de cuentos estilo Cachirulo.
“Es una payasada de Xóchitl Gálvez encadenarse a la silla de presidencia de la Cámara de Senadores… ¿Para qué? Porque ella está en campaña, porque quiere ser candidata del PAN para la Ciudad de México”, dijo Joaquín López Dóriga hace cuatro meses en Radio Fórmula.
Pero hace unas semanas comentó: “Gálvez es… a quien yo he calificado la más formidable candidata presidencial desde Vicente Fox”. Realmente de risa y carcajada ese movimiento de veleta desinformativa que ha sido López Dóriga como “periodista”.
Sin renunciar a su puesto en el Senado, para muchos algo poco ético, Gálvez recorre el país y visita Estados Unidos, con cinco camionetas, según uno de sus voceros, y con más de una docena de personas. Convive por momentos con los campesinos, con los “Dreamers” y con algunos líderes de derecha para traerles su historia de niña pobre, política independiente y mujer exitosa que salió adelante con el puro sudor de su frente. Pero ahora, según ella, “el presidente Obrador la quiere acabar”. ¿Quién le dicta la pauta de sus endebles y nada creíbles discursos? No levantarían ni un voto. Al menos no acá en Estados Unidos. Son realmente de pena ajena.
Muchos de los líderes de negocios, trabajadores y jóvenes estudiantes sin documentos con los que Gálvez se entrevistó fueron expulsados de su país durante el periodo neoliberal a la mexicana, etapa que duró de 1982 a 2018 y cuando se generó una de las desigualdades más profundas en México, por la que millones de personas abandonaron el país.
Durante esa era no se aprobó ni una iniciativa a favor del trabajador mexicano. Además del saqueo y de la corrupción sin parangón, se debilitó al trabajador a niveles paupérrimos, siempre con el argumento de que si se subía el sueldo se desataría una inflación sin precedentes.
Una mentira más que se repitió durante casi cuatro décadas.
En cinco años, la actual administración ha duplicado el sueldo mínimo y se espera otro aumento en enero. Además de incrementar los días de vacaciones de 6 a 12 y de haberse eliminado a su mínima expresión la subcontratación —o el llamado outsourcing—, que permitía la contratación y el despido de los trabajadores sin ningún tipo de derechos, ni beneficios, una medida aprobada durante la época neoliberal.
Pero eso no importa, la candidata por el Frente Amplio por México, quien se dice independiente y que criticó fervientemente la corrupción del PRI, ahora representa a ese partido y al PAN, y los quiere regresar a la presidencia de México. En un video que se viralizó en 2017, Gálvez trata de romper una piñata del PRI, con el canto: “¡Ya llegó, ya está aquí, la que va a chingar al PRI!” Pero ahora, con su lenguaje florido, lo quiere regresar a la presidencia de México.
¿Quién en su sano juicio puede creer en este remedo de candidata?
Ese es uno de los principales problemas de la oposición, que miente como respira. Y lo único que quiere es regresar al poder a costa de lo que sea, pero no para gobernar para todos, sino para beneficiar a algunos cuantos, a la élite de siempre, incluyendo extranjeros, y para servirse con la cuchara grande, como siempre lo han hecho.
Ellos, los dirigentes de los partidos y Claudio X. González, empresario de Kimberly Clark, pero que se presenta como “activista socialdemócrata”, le apuestan a la desmemoria del pueblo de México. Aún piensan que casi 40 años de malos gobiernos se olvidan de la noche a la mañana y siguen la fórmula del desprestigiado y deshonesto publicista Carlos Alazraki: “Mientras más mientas contra Morena, mejor te va”.
Sí, estos ideólogos creen que con el guion similar al de una telenovela van a volver a manipular a la gente. Pero no se dan cuenta de que esa herramienta mediática ya no funciona. O posiblemente sí, pero no les importa, y en la mayoría de las veces no respetan al pueblo y siguen mintiendo. No obstante, no hay que confiarse, ya que la derecha, a nivel mundial, es capaz de todo con tal de regresar al poder. Y todo significa todo.
Una pequeña muestra de que la gente ya no les cree es una de las últimas encuestas realizada por Heras Demotecnia, que corresponde al mes de septiembre, en la que Claudia Sheinbaum, candidata de Morena, arrasa con 68% de preferencias electorales para 2024, contra solo un 14% de Xóchitl, la del barrio.