Y ahora, ¿dónde pondrán el odio a los inmigrantes?

Texas se contradice: demuestra que los indocumentados generan menos crimen que otros

«Si viniste aquí ilegalmente bajo Joe Biden, volverás al lugar de donde viniste bajo Donald Trump», dijo el congresista Jim Banks de Indiana. 

Kari Lake, una conocida extremista que se postula nuevamente, ahora como candidata a senadora por Arizona, dijo en la Convención que “apenas la semana pasada, Rubén Gallego (congresista demócrata y también candidato) votó para permitir que los millones de personas que llegaron ilegalmente a nuestro país emitieran su voto en estas próximas elecciones”, por lo que Gallego “ha entregado el control de su estado y de la frontera a los cárteles de la droga».

Y según el senador Ted Cruz, “todos los días mueren estadounidenses: asesinados, agredidos y violados por inmigrantes ilegales que los demócratas han liberado” de la prisión.

Los inmigrantes, repiten los participantes de la Convención Nacional Republicana, son criminales, traficantes de drogas. Traen consigo enfermedades como el COVID. Inundan nuestro país con fentanyl, causando 300,000 muertes de estadounidenses. La lista sigue y sigue. Se pueden ver más falsedades hechas discursos en «El Gran Lider y sus súbditos en el Congreso Nacional Republicano» en este mismo sitio (HispanicLA).

Demonizar a la comunidad migrante

La deshumanización de la familia migrante es y ha sido una herramienta fundamental en el declive del espíritu democrático de la nación estadounidense. Ha sido condición sine qua non para que el gobierno emprenda la brutal campaña de separación de familia, bajo la cual arrancaron a miles de niños de sus padres que estaban aquí pidiendo asilo. Pasaron cuatro años y no existe todavía un número concreto de niños que desaparecieron de esa manera, pero se calculan entre 100 y mil. 

Respecto a la acusación de que los inmigrantes son criminales, existen múltiples estudios que lo refutan, demostrando que la criminalidad es mayor entre nacidos en el país que los que nacieron en el extranjero. 

En 49 estados no existe un mecanismo para rastrear el crimen según el estatus migratorio. Pero resulta que Texas – cuna de las prácticas más brutales contra los inmigrantes, incluyendo el desafío de órdenes del gobierno federal – es el único estado que hace eso: rastrea el crimen por estatus migratorio.

Las estadísticas refutan las mentiras republicanas

Elliot Spagat escribe para la Prensa Asociada (AP) que “Un estudio publicado por la Academia Nacional de Ciencias, basado en datos del Departamento de Seguridad Pública de Texas de 2012 a 2016, encontró que las personas que se encontraban ilegalmente en los EE. UU. tenían “índices de criminalidad sustancialmente más bajos que los ciudadanos nativos y los inmigrantes legales en una variedad de delitos graves. «

No solo eso: como son los únicos, son la fuente de información estadística para estudios nacionales, suponiendo que los resultados son al menos similares. O sea, les salió el tiro por la culata a las autoridades texanas ansiosas de demostrar su axioma de que los recién llegados son criminales por naturaleza. No lo son.  

Dice al respecto PNAS, la revista de la Academia Nacional de Ciencias: “Nuestros hallazgos nos ayudan a comprender por qué los programas de expulsión de inmigrantes más agresivos no han cumplido sus promesas de reducción del crimen y es poco probable que lo hagan en el futuro”. Porque está claro: declara que busca solucionar un problema, pero el problema no existe. Lamentablemente, lo último que quieren los encargados de poner en marcha la estructura represiva para la deportación de los inmigrantes es que estas cosas se sepan. Y es una cadena: para que no se sepan, se restringirá la información y nos inundarán de noticias falsas. 

Y dice sobre los datos del estado de Texas la oficina de Programas de Justicia en la Secretaría federal de Justicia: “En comparación con los inmigrantes indocumentados, los ciudadanos nacidos en Estados Unidos tienen dos  veces más probabilidades de ser arrestados por delitos violentos, 2,5 veces más probabilidades de ser arrestados por delitos relacionados con drogas y más de 4 veces más probabilidades de ser arrestados por delitos contra la propiedad”. 

Entonces, ya sabemos: Texas, al ordenar que se clasifique a quienes cometen delitos por estado migratorio, buscaba difamar al migrante. Salió al revés. La mentira está a la vista. 

Aquí están los cuadros con datos,. compilados a lo largo de seis años, 2012-2018 según tipos de crímenes: crímenes violentos, crímenes a la propiedad, violaciones de drogas, y violaciones de tráfico, y luego, homicidio, asalto a mano armada, robo, acoso sexual, asalto a domicilios, robo simple e incendio provocado. 

Si faltase confirmación, está el estudio del Instituto Cato – una institución conservadora por excelencia, que determina con base a números de 2021 que: “en Texas en 2019, los inmigrantes ilegales tenían un 37,1% menos de probabilidades de ser condenados por un delito que los estadounidenses nativos y los inmigrantes legales tenían aproximadamente un 57,2%  menos de probabilidades de ser condenados por un delito que los nativos. Las tasas de condenas y arrestos de inmigrantes ilegales fueron más bajas que las de los estadounidenses nativos, pero más altas que las de los inmigrantes legales. Este resultado es válido para casi todos los tipos de delitos, incluidos el homicidio, los delitos sexuales, el hurto y la mayoría de los demás delitos”.

Que es lo que queríamos demostrar.  

 

Autor

  • Fundador y co-editor de HispanicLA. Editor en jefe del diario La Opinión en Los Ángeles hasta enero de 2021 y su actual Editor Emérito. Nació en Buenos Aires, Argentina, vivió en Israel y reside en Los Ángeles, California. Es periodista, bloguero, poeta, novelista y cuentista. Fue director editorial de Huffington Post Voces entre 2011 y 2014 y editor de noticias, también para La Opinión. Anteriormente, corresponsal de radio. -- Founder and co-editor of HispanicLA. Editor-in-chief of the newspaper La Opinión in Los Angeles until January 2021 and Editor Emeritus since then. Born in Buenos Aires, Argentina, lived in Israel and resides in Los Angeles, California. Journalist, blogger, poet, novelist and short story writer. He was editorial director of Huffington Post Voces between 2011 and 2014 and news editor, also for La Opinión. Previously, he was a radio correspondent.

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