2020 Sudamérica en la nueva década: Perú, Uruguay, Venezuela (III)
La idea de hacer una semblanza de cada uno de los diez países latinoamericanos en Sudamérica es presentar al lector la posibilidad de hacer un estudio comparado que facilite la comprensión de la actual realidad política, social y económica de la región en general y de cada estado en particular. En la primera entrega se detallaron los casos de la Argentina, Bolivia y Brasil. En la segunda parte, Colombia, Chile, Ecuador y Paraguay. Finalmente, Perú, Uruguay y Venezuela
La idea de hacer una semblanza de cada uno de los diez países latinoamericanos en Sudamérica es presentar al lector la posibilidad de hacer un estudio comparado que facilite la comprensión de la actual realidad política, social y económica de la región en general y de cada estado en particular.
Lee la primera parte: Sudamérica al terminar 2019: Argentina, Bolivia, Brasil
Lee la segunda parte: Colombia, Chile, Ecuador, Paraguay
Perú
Un país interesante. Cuna de la cultura incaica que data cinco mil años AC.
Esa milenaria cultura fue dominada por la fuerza de las armas de los conquistadores españoles que aprovecharon la debilidad surgida de las diferencia entre los hermanos incas Huáscar y Atahualpa, que terminaron por dividir el Imperio.
Un territorio muy rico en oro y plata fue un irresistible foco de atracción para la Corona española, sus conquistadores, adelantados y colonizadores. El Virreinato del Perú era la joya de la Corona.
La independencia se proclama oficialmente en 1820. El General argentino José de San Martín, después de varios combates victoriosos con tropas españolas, conversa con el Virrey La Serna buscando una salida negociada pero no encuentra respuesta. Copta para sus fines a José Bernardo de Tagle, el Marqués de Torre Tagle, luego se instala en Lima y se proclama Protector del Perú.
En 1822, San Martín acude a Guayaquil a reunirse con Bolívar para hablar de la guerra. De ahí sale con una sorprendente decisión: entrega el mando a una Junta presidida por el general peruano José de La Mar y parte para Europa.
Se produce un motín del ejército que destituye a la Junta y nombra presidente a José Riva Agüero, mientras que el Congreso designa a Torre Tagle presidente, aunque este titubea, razón por la que procede a convocar al venezolano Simón Bolívar, pide que se haga cargo de la guerra y lo nombra dictador del Perú.
El Marqués de Torre Tagle traiciona la causa y se refugia con tropas españolas en el fuerte de El Callao. Corre el año 1824 y el Libertador Simón Bolívar, derrota a los realistas en la Batalla de Junín el 6 de agosto, y cuatro meses después, el 9 de diciembre de 1824, el general venezolano, José Antonio Sucre, obtiene para el Perú y América una contundente victoria que elimina el último bastión militar español en Sudamérica.
Lo que sigue políticamente en Perú es una sucesión de gobiernos militares y aristocráticos. Sólo mencionaremos para ilustrar al lector, el del General Mariano Ignacio Prado Ochoa en 1879, presidente en los inicios de la Guerra del Pacífico con Chile (1879).
El presidente Prado marchó a Europa para comprar armas y no regresó, por esta razón el presidente que lo sigue, General Nicolás de Pierola, lo declara reo de traición a la Patria.
La leyenda dorada dice que con el dinero provisto por el gobierno compró dos barcos. Uno llego al Perú y otro fue embargado por deudas, mientras la leyenda negra relata que pidió colaboración de joyas y dinero a la alta sociedad peruana y se fue con el botín.
Entre 1948 y 1956, gobierna el general Manuel Odría, tenaz represor de apristas y comunistas. En 1963 es electo presidente Fernando Belaunde Terry quien luego es derrocado (1968) por el General Juan Velasco Alvarado que decreta la Revolución de las Fuerzas Armadas. Comienzan a tomarse medidas nacionalistas.
En 1975 el General Francisco Morales Bermúdez asume la presidencia y, cuatro años, después declara concluida la Revolución y convoca a elecciones presidenciales para 1980. Gana nuevamente Belaunde (1980-1985). Luego sobreviene la primera presidencia de Alan García (1985-1990) del APRA que termina en una grave crisis inflacionaria y lo sucede Alberto Fujimori (1990-1995) quien aplica medidas económicas neoliberales y se acoge al Consenso de Washington. Fujimori disuelve el Congreso (1992), lo que produce una crisis constitucional de la que se sale con una nueva Constitución.
Fujimori es reelecto (1995-2000) y su gobierno continúa su política económica pero debe enfrentar la guerra guerrillera y terrorista de Sendero Luminoso y otros movimientos de ultra izquierda. El año 2000, Fujimori se presenta por tercera vez como candidato y es electo presidente en unas cuestionadas elecciones que provocan generalizadas protestas sociales.
El 14 de septiembre del 2000, Fujimori se va al Japón y desde allá renuncia a la presidencia, lo que no acepta el Congreso quien además responde inhabilitándolo políticamente por 10 años y nombra a Valentín Paniagua que convoca a elecciones presidenciales para abril de 2001. Triunfa Alejandro Toledo sobre Alan García.
El gobierno de Toledo, a quien apodan El Cholo, estuvo teñido de acusaciones de corrupción y, aun hoy, Toledo es requerido por la justicia peruana pero permanece protegido por el gobierno de Estados Unidos.
En 2006, gana la presidencia Alan García, también terminó denunciado por corrupción y recientemente (2019) requerido por la Justicia; cuando lo fueron a detener se mató de un disparo en la sien.
En 2011, fue electo presidente el ex militar Ollanta Humala quien ahora está detenido bajo acusaciones de corrupción. En 2016, sale victorioso Pedro Pablo Kucynski, pero también fue sometido a acusaciones por corrupción y renunció; en la actualidad está preso.
Así llegamos al 2018, año en el que el Vicepresidente de Kucynski, Martín Vizcarra, asume la presidencia del Perú y este mismo año disolvió el Congreso.
Este recuento lo hacemos para poner de relieve como los intereses políticos internos y los acomodos geopolíticos hacen que los dirigentes desde sus altos cargos se exhiban como ejemplos de demócratas, respetuosos de la división de poderes, limpios administradores y buenos gobernantes, justamente lo que no son.
Es por ello que en el Perú se reúne el llamado Grupo de Lima para dictar pautas de buena conducta a otros países, ¡cosas veredes, Sancho amigo!
Económicamente, el Perú es otra cosa. Es poseedora de minería de oro, zinc, plomo, estaño, plata, cobre, manganeso, hierro. Desde el área rural produce papa, arroz, maíz, maca, trigo, quinua, café, también algodón y lana de alpaca, así como minerales y metales. Es el primer productor del mundo de harina de pescado. La inflación actual está 3,22%. Su renta per cápita es de US$12000 y tiene el puesto 46 a nivel mundial. El salario mínimo es de US$290.
Según el FMI su economía crece y es estable.
El turismo es la tercera industria del país. Impacta con el 7% el PIB y emplea el 11% de la fuerza de trabajo. La población del Perú era de 31.237.385 habitantes para el 2011 y el 10% emigró a Estados Unidos, España, Argentina, Italia, Chile, Japón y otros países. La estimación actual de la emigración es de 3,5 millones.
La inversión extranjera ha sido atraída al Perú por su minería y la manera laxa como se tolera su explotación sin la debida protección ambiental. Eso no es bueno. Tampoco lo es la manera como está estructurado el mercado laboral de 17 millones de peruanos porque sólo el 28% pertenece al trabajo formal, el restante 72% se dedica a la buhonería.
Eso denota que las empresas intensifican el uso del factor capital sobre el laboral, lo que puede ser una derivación de los avances tecnológicos, es cierto, pero también demuestra el poco acceso social a la educación profesional y técnica. Eso es una desigualdad que a la larga pasa factura a los sistemas políticos que ayudan a exacerbar al capitalismo salvaje con todas sus iniquidades.
Esto es un mal indicador para el futuro del Perú que puede estar sentado en un polvorín y no por culpa del Foro de Sao Paulo, el cabeza de turco últimamente más aludido por la derecha recalcitrante.
Uruguay
Los españoles tienen presencia colonial en la llamada Banda Oriental del Río de La Plata desde 1572 con el asentamiento San Lázaro fundado por Sebastián Gaboto. Los portugueses, cuyos conquistadores no sólo violaban indias sino también tratados internacionales, transgrediendo el de Tordesillas, bajaron desde Brasil y fundan la Colonia del Santísimo Sacramento frente a la ciudad de Buenos Aires.
Esta es la simiente de muchos problemas posteriores entre portugueses y brasileños, de una parte, con argentinos y uruguayos, de la otra. Ya en 1749, la Corona de España crea la Gobernación de Montevideo, dependiente del Virreinato del Perú y tiempo después del Virreinato del Río de La Plata.
Cuando se produce la Revolución de Mayo de 1810, encabezada por Buenos Aires, y se levantan las provincias del Río de La Plata, Montevideo permanece fiel al Reino de España, pero al interior de la gobernación se gesta un movimiento libertario dirigido por José Gervasio Artigas que desertó de las tropas españolas donde servía como Capitán y, en 1814, es proclamado Protector de Pueblos Libres.
En 1820 portugueses y brasileños invaden y toman la ciudad de Montevideo, Buenos Aires y el ejército de la Banda Oriental le declaran la guerra al invasor que estaba apoyado por el gobierno de la Corona Británica. No fue sino hasta el año 1828 cuando se creó la República del Uruguay luego de la derrota y salida de Brasil y Portugal de sus territorios.
Estos últimos acontecimientos no contaron con la intervención de Artigas que, sometido al ostracismo, residía en el Paraguay, donde falleció en 1850. Desde 1831 y hasta 1872, se sucedieron guerras civiles y conflictos internos, e intromisiones de Argentina y Brasil. También golpes de estado que llevaron al Uruguay a participar en la costosa guerra de la Triple Alianza contra el Paraguay.
En 1870, España reconoce la independencia del Uruguay y después de tres décadas de dificultades políticas, a fines del Siglo XIX y comienzos del XX, se consolida la democracia bajo el liderazgo del presidente José Battle y Ordoñez.
Uruguay se convierte en modelo de Sudamérica. Educación gratuita, obligatoria y laica; voto femenino; aprobación del divorcio. Ya para 1928, tenía industria manufacturera para satisfacer su mercado interno, excelente infraestructura de salud y de educación en niveles iguales o superiores al europeo, universidades públicas, servicios públicos de electricidad, teléfono, gas, tranvías y agua corriente.
El motor de su crecimiento era la exportación de lana y carne de ganado. No obstante, la depresión económica de 1929 y las dos guerras mundiales las afectaron. Cayó el ingreso fiscal con malas consecuencias políticas.
Para la década de los sesenta, el deterioro social aumentó la agitación gremial de izquierda y propició la aparición de grupos revolucionarios armados (Tupamaros y otros). En 1973, el presidente Juan María Bordaberry ejecuta un autogolpe de estado, disuelve el Congreso e instaura una dictadura cívico militar que dura hasta 1985 cuando, después de elecciones, asume la presidencia Julio María Sanguinetti.
Jorge Battle gana la presidencia en 1999. La situación económica en el Uruguay es difícil y el gobierno a pesar de que recibe ayuda crediticia del FMI, no logra solventar la crisis. El gobierno recurre a truculencias políticas que a la postre no logran evitar la salida de Battle. Las elecciones convocadas las gana el Frente Amplio y el presidente es Tavaré Vasquez. Lo sucede José “Pepe” Mujica y después retorna Tavaré para un tercer período del Frente Amplio que acaba por perder las elecciones en noviembre de 2019 frente a Luís La Calle, candidato del tradicional Partido Nacional.
Como la diferencia de votos entre los contendores era ajustada hubo necesidad de un recuento y los candidatos que fueron al balotaje, Martínez por el Frente y La Calle por la oposición acordaron reconocerse por más pequeña que resultase la ventaja. Así fue. Los partidarios esperaron cívicamente la semana que se tomó el árbitro electoral para dar el veredicto y después festejaron sin que ocurriese ningún hecho que lamentar.
Una lección de madurez democrática de este país, el más pequeño de los hispanoparlantes de Sudamérica en tamaño (176.215 Km2) y con una población de 3.286.314 habitantes.
Perdió el Frente. La alternabilidad democrática es bienvenida porque es saludable que el electorado pueda comparar cómo se comportan y cuál es el legado que van dejando los sucesivos gobiernos.
El Frente Amplio encontró un país en crisis y entrega uno que no está exento de dificultades pero mucho mejor del que recibió. El país tiene pocos recursos minerales pero es rico en agricultura y ganadería con 14 millones de cabezas de ganado. Tiene las industrias del papel, cartón, cemento y una refinería de petróleo. Presenta el nivel más alto de alfabetización en América Latina (AL).
Transparencia Internacional asienta que es el país con el menor índice de corrupción de América Latina y ocupa el puesto 23 del mundo. El PNUD dice que es el tercer país de AL con mayor índice de desarrollo humano y el 56 del planeta. La CEPAL apunta que es uno de los países con más equitativa distribución de la riqueza con un coeficiente de Gini de 0,39 donde cero es la igualdad absoluta. También que es el tercer país de AL con el mayor ingreso per capita detrás de Panamá y Chile.
Para Latinbarómetro es el país más pacífico de AL.
Según la revista estadounidense International Living es el mejor país de AL para vivir y está entre los veinte países más seguros del orbe. The Economist lo ubica entre los veinte países más democráticos del mundo, siendo el único de AL que ejerce una democracia plena.
Para nosotros la clave está en el factor humano. El uruguayo puede pasar por varios niveles educativos porque proporcionar educación es una sostenida política de estado. Es maduro, tiene valores, es disciplinado. Habrá excepciones pero, en general, es así.
A título de ejemplo, traigo el desenvolvimiento de las cooperativas de vivienda de trabajadores (obreros y empleados). Forman una cooperativa con un modesto aporte monetario y con lo reunido pagan el proyecto económico para construir sus viviendas. El estado suministra el terreno y un crédito para la construcción que hay que contratar con terceros porque una parte de las tareas deben hacerla directamente aquellos que tienen habilidades de albañil y quienes no pues como ayudantes. Todos los días al salir del trabajo le dedican un mínimo de tres horas.
Los resultados son magníficos.
Casas y pequeños edificios en medio de parques con jardines y caminarías. Con hermosos diseños y facilidades internas en las viviendas. Hay cientos de estas cooperativas regadas por el país, lo que resuelve las situaciones que se presentan cuando hay necesidad de mudarse. En este caso se dan de baja en la cooperativa original y se inscriben en una de destino que tiene la disponibilidad, pagando la misma cantidad que cancelaron en la primera. Genera derechos hereditarios.
Uruguay es un país de buen futuro. No tenemos dudas.
Venezuela
Fue sede de la Capitanía General del Virreinato de la Nueva Granada, más por su posición geográfica que por otra cosa. Aquí los españoles buscaron sin éxito El Dorado, pero a falta de oro algunos de ellos se quedaron para sembrar la tierra con el trabajo indígena que proporcionaban las encomiendas concedidas por la Corona.
Los principales productos que se llevaba la Metrópolis por ínfimos precios fueron cacao, tabaco y café. Los hacendados, blancos criollos y mestizos, preferían sacarlos de contrabando para venderlo a las islas inglesas, francesas y holandesas del Caribe.
Como casi todo el resto de la América conquistada por España, vieron la oportunidad de zafarse del yugo cuando Napoleón sacó a los Borbones del trono para poner a su hermano José Bonaparte.
Fue así como el 19 de abril de 1810 devolvieron al Capitán General Vicente Emparan a España. Un año después (11 de julio de 1811) ya había Constitución, Gobierno y Ejército. Esta Primera República duró un año y fue derrotada ampliamente.
Simón Bolívar se marcha a la Nueva Granada (Colombia) que tenía en proceso su propio proceso emancipador, hace una brillante campaña para el Gobierno de Bogotá en el área del río Magdalena y luego (1813) entra a Venezuela y derrota sucesivamente en varias batallas a los realistas para entrar triunfante en Caracas.
Es la llamada Segunda República que también es derrotada por las huestes españolas comandadas por jefes realistas bárbaros y atroces (Boves, Antoñanzas Morales). Es en 1816 cuando Bolívar entra de nuevo al país y reconstruye un ejército teniendo por base a las fuerzas llaneras del General José Antonio Páez.
Hacen campaña militar contra el ejército español que acababa de reforzarse con 16,000 elementos de tropas veteranas españolas que arribaron al mando del General Murillo. Después pasa a Colombia sorteando las frías alturas andinas y cae por la retaguardia española a quienes derrota sucesivamente en tres batallas. Entra victorioso en Bogotá como presidente de la recién creada Gran Colombia (unión de Nueva Granada y Venezuela) en Ciudad Bolívar (Venezuela) el año 1819. Luego regresa a Venezuela dejando al Vicepresidente Francisco de Paula Santander encargado de la Presidencia.
El 24 de junio de 1821, en la llanura de Carabobo Bolívar derrota definitivamente al ejército realista y retorna a Bogotá para alistarse e iniciar la Campaña del Sur que da libertad a Ecuador y se incorpora a la Gran Colombia (1822), libera al Perú (1824) y al Alto Perú que después se fundó como República de Bolivia en 1825.
El 17 de diciembre de 1830 fallece el Libertador Simón Bolívar y se disuelve la Gran Colombia.
Venezuela recomienza su vida republicana con una sucesión de presidentes electos en comicios que no eran universales (voto censitario), combinados con presidentes que llegaban con golpes de estado o tras guerras civiles como fue la Guerra Federal que duró cinco años (1860-1965).
En 1908 otro golpe de estado saca a Cipriano Castro del gobierno y su compadre, Juan Vicente Gómez tomó el poder por 27 años. En 1935 muere el tirano y con el exministro de la Defensa del dictador, General Eleazar López Contreras, se retoma la democracia. Cinco años después se celebran elecciones que gana el General Isaías Medina Angarita, pero a su vez es derrocado en 1945 por una conjura cívico militar encabezada por Rómulo Betancourt y su partido Acción Democrática.
En diciembre de 1947 se celebraron elecciones que ganó el escritor Rómulo Gallegos pero fue derrocado por un golpe militar en noviembre de 1848. Asumió una Junta Militar que más tarde fue disuelta, quedando como único presidente el General Marcos Pérez Jiménez.
El 23 de enero de 1958, el movimiento popular con militares democráticos, expulsaron del poder al dictador y comenzó una era de elecciones universales, directas y secretas que pendularon entre los partidos Acción Democrática y Copei por casi 40 años.
En 1998, gana las elecciones Hugo Chávez Frías denunciando la enorme corrupción de adecos y copeyanos, presentando un programa de gobierno nacionalista, de acción popular y de economía mixta. Además proclamaba la necesidad de refundar la República convocando una Asamblea Nacional Constituyente que redactase una nueva Constitución. En lo internacional se declaraba tercerista, adoptando la llamada tercera vía de Gibbons y Blair.
En nuestra opinión ese fue el perfil que tuvo su gobierno entre 1999 y 2002, cuando un golpe de estado cívico militar lo depuso y tuvo preso por 48 horas con amenaza de fusilarlo. La movilización popular y el determinante apoyo de la jefatura militar con comando de tropas lo devolvió al poder. A pesar de que una vez de regreso al Palacio de Miraflores se dirigió al país perdonando a todos con un crucifijo en la mano, el Presidente en lo adelante cambió. Paulatinamente fue asumiendo posiciones de la izquierda estatizante y simpatizante de la Revolución Cubana cuya situación era completamente distinta a la de Venezuela. Por esa razón no se justificaba ponerla como ejemplo.
Pensamos además que la personalidad narcisista de Chávez, típica de la generalidad de los políticos, creció desmesuradamente hasta transformar a su entorno en un ególatra culto a la personalidad que apuntaba a convertirlo en el sucesor de Fidel Castro en América Latina y el mundo.
En el manejo de los equilibrios necesarios para mantener el poder omnímodo que llegó a acumular, Chávez se apoyó en la tolerancia de la corrupción. Una corrupción que al principio había tratado de contener. Daba su discurso moralizante en programas de televisión titulados “Aló, presidente” con el que incluso daba paso a la acción de la Fiscalía y los Tribunales. Estos llegaron a enjuiciar a numerosos civiles y militares de alto rango, incluyendo Generales y Almirantes.
No obstante, algún tiempo después, el peso de los acontecimientos y su necesidad de figurar como el caudillo que todo lo solucionaba dentro y fuera del país fue propiciando que ampliase el rango de tolerancia hasta confundirse con la complicidad.
El presidente Chávez tenía un Tesorero que llamaba en sus programas de televisión para pedirle dinero con el objeto de ayudar a una persona o una institución, lo que era acatado como una orden a ejecutar en el término de la distancia, como si no existiesen normas y procedimientos legales. Naturalmente, el Tesorero de apellido Andrade, hoy preso y cumpliendo condena en Estados Unidos por lavado de dinero producto de la corrupción, se sintió autorizado y tomaba dinero en su propio provecho, llevándose miles de millones de dólares.
La máxima jerarquía de PDVSA era objeto de requerimientos en mítines y programas de TV con el fin de entregar millones de dólares para construir hospitales y viviendas en otros países con su sola orden, sin cumplir trámite legal alguno.
De nuevo, el presidente y la alta gerencia de PDVSA se sentían apoyados para hacer sus negocios paralelos robando miles de millones de dólares que son del pueblo y no están al servicio del culto a la personalidad ni para satisfacer la avaricia y el latrocinio de quienes adulan al caudillo.
Es verdad que Chávez distribuyó riqueza por canales legales a los venezolanos. Que mejoró los servicios de salud y de educación con las Escuelas Bolivarianas que daban desayuno, almuerzo y merienda a los estudiantes. Que amplió facilidades que permitían adquirir un vehículo y vivienda o añadir línea blanca y marrón al menaje familiar. Incluso se facilitaba viajar al exterior con dólares preferenciales que llegaron a mucha gente y colmaron de gusto a la clase media, pero con los que también funcionarios y sus socios hicieron pingues negocios por miles de millones.
Ahora sabemos que se abrían investigaciones y se sustanciaban expedientes que el propio presidente Chávez mandaba a engavetar con el propósito de mantener control sobre ellos. Era más seguro que buscar a otra persona que le podía salir respondona. Se aplicaba el dicho popular de más vale malo conocido que bueno por conocer.
En lo económico Chávez también nos falló porque la nuestra siempre ha sido una economía que descansaba en la renta petrolera lo que mucho se criticaba.
Su política de aumentar la extracción petrolera para llevarla de tres millones diarios de barriles a cinco millones para el 2018 era más de lo mismo, con el agravante de que se descuido la inversión en las cinco refinerías. Se abandonaron pozos de petróleo liviano para concentrase en el petróleo extra pesado de la Faja del Orinoco.
En la actualidad, la falta de capital por la caída de los precios internacionales del petróleo, la malversación de fondos y la desmedida corrupción, impidieron e impiden hacer las inversiones necesarias para levantar la producción que está en 650,000 barriles diarios.
Tampoco se puede reparar los mejoradores de crudo para la circulación del producto pesado de la Faja del Orinoco, ni poner a producir los pozos de crudo ligero porque el abandono los perdió y ahora son irrecuperables, hay que hacer otros.
Las refinerías están paralizadas y sólo una de ellas, el Complejo Refinador Paraguaná, genera poco más del 10% de gasolina. Las dos petroquímicas están disminuidas a la mínima producción.
El presidente Chávez reflexionó tarde sobre todo esto y probablemente influido por la enfermedad terminal, viendo que se le terminaba el tiempo vital, no crecía la producción petrolera y se aproximaba la crisis, habló de la necesidad de dar un Golpe de Timón (2012).
Sólo que el equipo ministerial no era el adecuado para llevarlo a cabo y él ya no tenía fuerzas para asumir directamente el asunto. Ya en su lecho de muerte, en privado llegó a comentar sobre los errores cometidos en materia económica y eso lo saben las cinco personas que además de sus familiares más cercanos, lo acompañaron en sus últimos días del Hospital Militar.
Su decisión de recomendar –en verdad una orden- a Nicolás Maduro resultó un garrafal error. Con Maduro que es un sagaz político pero ignorante en materia económica, arribó al gobierno el lumpen partidista, lo más atrasado y corrupto que tenemos en el país.
Naturalmente, hay excepciones a este aserto pero lamentablemente muy pocas. La semilla que plantó Chávez comenzó a germinar con él aún vivo. Pero una vez con Maduro en el poder teníamos un frondoso bosque de bandidos robando y haciendo negocios de todo tipo. Desde cobrar comisión por sacarle un pago a un proveedor, obtener un pasaporte, poner a firmar muertos en registros y notarías, extraer comestibles de las cajas CLAP para venderlas, robar armas en policías y puestos militares para negociarlas con el hampa común, secuestrar gente y guardarla en calabozos de sedes policiales mientras negocian el rescate, allanar viviendas para llevarse detenido a alguien y barrer con las cosas de valor, y, por supuesto, los altos funcionarios haciendo negocios grandes de compras con precios abultados o de bienes inservibles y servicios defectuosos.
Dicho sea de paso, la misma oposición hace parte de este festín de la corrupción y realmente hace poco por llevar adelante una política nacional y realista para salir de este mal gobierno. En lugar de ser las marionetas de la política de la Casa Blanca cuyas instrucciones cumplen fielmente porque sus ONGes les suministran dólares para cubrir salarios y gastos operativos.
Naturalmente, a ellos también les conviene que la situación perdure.
Venezuela es un país con una economía en quiebra y una inmensa mayoría de la población que pasa trabajo para comer y tener acceso a medicinas. Los hospitales están en la inopia, la generación de electricidad que por años no recibió las inversiones necesarias está colapsada, el 90% del país sufre apagones de horas diariamente.
En la misma Caracas que es la consentida del gobierno porque es la más volátil para protestar, se sufren apagones localizados en varias zonas para poder darle energía a las grandes bombas que posibilitan la llegada de agua a la ciudad de Caracas que está a casi 1000 metros sobre el nivel del mar.
El Metro de la capital funciona a un tercio de su capacidad rodante, sin aire acondicionado ni escaleras mecánicas.
Las calles y carreteras están llenas de huecos como si las hubiesen bombardeado.
Creció la mortalidad infantil, así como las muertes ocasionadas por el parto. Es una odisea encontrar medicinas para quimioterapia y VIH. En fin, Venezuela, la otrora rica Venezuela, está en ruinas y sus habitantes mayoritariamente en la miseria.
El gobierno insiste en decir que tan difícil situación se debe a las sanciones del Imperialismo. Sin duda hacen daño, pero sólo es desde mediados del pasado año 2018 que se vienen aplicando al Banco Central y otras instituciones públicas que negocian financiamiento externo y utilizan medios de pago de la red bancaria internacional.
También afectan las sanciones que desde la misma fecha castigan las operaciones de PDVSA y empresas relacionadas. Existen otras sanciones que incluso desde la época de Chávez aplica la Casa Blanca, pero no son contra el gobierno como entidad sino más bien están dirigidas a personas naturales que ocupaban y aún ocupan altos cargos y se han enriquecido con la corrupción. En este caso, el castigo consiste en el bloqueo de sus cuentas bancaria personales y de sus compañías.
Además, toda la argumentación que el gobierno hace contra las sanciones para excusar su fallida acción pública y sus quejas de falta de ingreso para justificar el estado de abandono de hospitales y escuelas, carencia de servicio eléctrico y de agua, también forman parte de la motivación que tienen para cometer desafueros con el medio ambiente amazónico con la extracción de oro sin ningún tipo de control que no sea para evitar el robo entre ellos.
Este análisis queda incompleto sin incluir unas reflexiones sobre las desviaciones de la dirigencia opositora de su verdadero rol porque de esa manera se explica mejor cómo es que el gobierno de Maduro aún está en pie. Lo haremos en capítulo aparte en una posterior entrega.
Para cerrar, nos atrevemos a asegurar que el daño que el gobierno de Maduro propina a la revolución socialista es casi irreparable, porque pasarán decenas de años para borrar de la conciencia colectiva el desastre en que convirtió a Venezuela.
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