Crisis de fórmula para bebés: entre los padres y el oligopolio
Por increíble que parezca, en el país más rico del mundo falta un alimento básico, crítico: fórmula para bebés. Hay escasez, y el gobierno federal tuvo que tomar las riendas aplicando una ley legislada para épocas de guerra para hacerse del control de la producción.
Similac, de Abbott, cerró una planta en Michigan, investigada por un problema de contaminación que enfermó de infecciones bacteriales a cuatro bebés, dos de los cuales murieron. Eso desató la crisis de producción, exacerbada por los problemas en la cadena de suministro, como falta de mano de obra, transporte y materias primas en la era del COVID.
Los fabricantes dicen que les llevará meses volver al suministro normal.
Solo cuatro corporaciones dominan el 90% del mercado estadounidense: Abbot (Similac) con 48%, Mead Johnson, Reckitt y Nestlé (Gerber). Solo el 2% de las ventas son importadas.
Este mercado es por definición un oligopolio y lo ha sido por décadas, a pesar de que a comienzos de los 90 hubo una ola de demandas federales, estatales y corporativas por “usar su control de la industria para fijar los precios». La mayoría de los juicios fueron resueltos o, en algunos casos, ganados por las empresas”
Además, WIC, el Programa de Nutrición Suplementaria del gobierno federal, compra más de la mitad del suministro. Por ley solo compran de estas corporaciones. Eso es solo parte de las reglas y regulaciones diseñadas para proteger las industrias, lo que excluye a productores más pequeños. Hasta ahora, los fabricantes no tenían exceso o carencia de producción porque el mercado es sumamente estable y la demanda fluctúa muy poco.
La competencia prácticamente es inexistente.
Otro impedimento es la lista de marcas utilizadas en toda Europa pero prohibidas aquí por el FDA por tecnicismos como los estándares de etiquetado que no están en inglés, o porque los ingredientes se enumeran en un orden diferente.
Además, las cuotas de importación permitida desde Canadá son muy bajas, en virtud del nuevo Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá.
Por todo esto, los padres no tienen más alternativa que comprar de ellos, y éstos a su vez no temen que los consumidores se vayan.
Los principales consumidores de la fórmula son la gente de color: latinos y afroamericanos.
La crisis ha creado alarma para millones de familias. Quienes pueden permitírselo, gastaron cientos de dólares para ordenar unas pocas unidades desde otro estado. Quienes viven cerca de la frontera conducen hasta Canadá o México a comprarlas.
Se desarrollan problemas adicionales de acaparamiento por especuladores y manipulación de precios, especialmente por vendedores privados en línea que en algunos casos son estafadores.
El gobierno federal ha comenzado a tomar medidas enérgicas. El presidente Biden
invocó la Ley de Producción de Defensa, y esta semana llegaron en aviones militares, 78,000 libras de fórmula de Alemania, que pueden alimentar a 27,000 infantes por una semana.
Pero no es suficiente.
Nuestros gobernantes no aprendieron las lecciones de los años 90 y permitieron que estas empresas controlaran el mercado. Este es el resultado. Tiene que haber un cambio mediante un acto del Congreso, para estimular la competencia y reemplazar la consolidación del mercado por mercado libre.
Entre otras medidas, permitir la exportación anulando las actuales tarifas de 17.5%..
En la Cámara de Representantes, la semana pasada se aprobó por 414-9 la propuesta HR7791, que autoriza al Departamento de Agricultura (USDA) tomar medidas contra emergencias como esta, que afectan a WIC.
Pero para la HR7790, Ley de Asignaciones Suplementarias de Fórmula Infantil, que da $28 millones a la FDA para responder a la escasez, 192 republicanos votaron en contra para seguir culpando al gobierno actual de la situación.
Otras propuestas razonables en el Congreso son incluir la fórmula infantil en la Reserva Nacional Estratégica y poner en manos de la FDA la supervisión de todos los componentes de la fabricación: lactosa, aceite vegetal, etc. para evitar la escasez antes de que esta ocurra en el futuro.
Finalmente, médicos y funcionarios alientan a las mamás a amamantar después de décadas de negligencia. Y esa no es una solución para todas.
Lo importante es tomar acción para que nuestros bebés estén bien alimentados, porque son prioritarios, y luego, para prevenir que esto vuelva a ocurrir.