Addio Pizzo: Cuando un pueblo se cansa de sus mafiosos
“Todo empezó durante un reunión entre amigos en el verano de 2004. Soñábamos con abrir un bar. Pero alguien dijo: ¿qué pasa si nos exigen pagar el “pizzo”?. En Sicilia [Italia] así se le denomina a la extorsión: pizzo. Es el sistema utilizado por la mafia para imponer un “impuesto” y tener un territorio bajo su control. Al día siguiente, Palermo [capital de Sicilia] despertó con sus muros, postes y cabinas telefónicas cubiertas con estos panfletos:
Esta es la introducción en la Portada del Sitio http://www.addiopizzo.org , una iniciativa ciudadana que nace de los autodenominados Hijos de la Masacre, refiriéndose a la etapa de violencia padecida en Sicilia durante la última década del siglo pasado, cuando la Mafia cometió los atentados mas sangrientos de los que la región tenga memoria, incluyendo el asesinato de dos magistrados antimafia, en un lapso de un mes.
Como recuerda el activista Darío Riccobono, en entrevista con The World-PRI. Bono tenía 13 años entonces:
Yo vi con mis propios ojos los horrores de la mafia. Ví como la autopista volaba en pedazos, parecía un campo de batalla. En ese mismo instante me dije a mi mismo, que si no hacía algo al respecto, me convertiría en cómplice de la mafia.
Pero en esa época era imposible siquiera mencionar las palabras Mafia y Pizzo en público, y mucho menos osar oponerse a sus extorsiones, como fue el caso del empresario Libero Grassi quien no solo dijo no al pago del Pizzo, sino que rompiendo el código “de eso no se habla” publicó una carta abierta a la Mafia.
Liberto Grassi era propietario de una pequeña fábrica de ropa interior, que empleaba a cerca de cien personas, y un hombre respetado en su comunidad.
El 29 de agosto de 1991 fue asesinado y este crimen envío un claro mensaje al resto de los empresarios, quienes en su gran mayoría guardaron silencio durante los siguientes 15 años.
La aparición de los panfletos en 2004 provocó consternación y curiosidad en los medios de comunicación, quienes inmediatamente buscaron a la viuda de Grassi, para preguntarle ¿quién es esta gente de los panfletos?, a lo cual ella respondió cándidamente:
No tengo la menor idea. Pero si se trata de jóvenes, podrían ser mis sobrinos, porque piensan lo mismo que yo.
Al día siguiente tres jóvenes llamaron a su puerta, y le dijeron: “Somos tus sobrinos”.
Y desde entonces Pina Grassi es una de las consejeras principales de esta organización ciudadana, que inició con siete voluntarios y hoy día cuenta con el apoyo de 400 negocios que se han declarado libres del pago de pizzo y 10.000 consumidores que se han adherido a la campaña y dejado de consumir en negocios que no cuentan con esta certificación.
Han implementado acciones como “El día sin pizzo” y creado la certificación Consumo Critico-Addio Pizzo, que se otorga a aquellos negocios que se han registrado a la iniciativa a través de la pagina de Internet o por medio de los jóvenes activistas que han ido de puerta en puerta a adoctrinar sobre esta Acción Ciudadana, tanto a negocios como escuelas.
Laura Nocilla y Raffael Genora, forman parte de esta generación de activistas hartos de la mafia y su hostigamiento y contestan una pregunta clave: ¿por qué enfocarse en el pizzo y no en las drogas, las armas o los negocios ilícitos?
Porque inmediatamente nos dimos cuenta que el pizzo es la herramienta utilizada por la mafia para crear una cultura que acepta su control en cierto territorio. Si les quitas el pizzo, todo lo demás que haga la mafia se colapsa. (Laura Nocilla, AddioPizzo)
El internet ha dado a los empresarios y ciudadanos de Sicilia, una posibilidad que en la generación de los abuelos y aún los padres de algunos de estos jóvenes activistas, hubiera sido imposible imaginar: cobijarse bajo la protección solidaria de una comunidad creada virtualmente, pero con personas y negocios de su entorno.
En este mismo reportaje de The World, Emiliano Rocci, un voluntario de 32 años y chef de un restaurante, está convencido como muchos de que la creación de una economía “limpia” es la estrategia para menguar a la mafia:
Al crear negocios lícitos de lo que la mafia nos ha arrebatado, es como darle una bofetada en la cara. Un negocio que es autosuficiente y además proporciona empleos honestos para los jóvenes, en vez de empleos oscuros o ilegales.
Otras acciones tanto colectivas como por parte de distintas entidades específicas han fortalecido a la comunidad en su resistencia contra la extorsión y violencia de la Mafia.
Por ejemplo, la Cámara de la Industria ha amenazado con expulsar a aquellos miembros que se sometan al pago del pizzo.
Y desde luego, el poder judicial y las fuerzas policíacas han desempeñado una ejemplar labor, y en distintos operativos han logrado la captura de cientos de personas conectadas con la Mafia. Adicionalmente, se ha incrementado la presión sobre los empresarios, para obligarlos legalmente a testificar , pues muchos de ellos aún con evidencia fragrante, se rehusaban a acusar a los extorsionadores.
Hoy, bajo la legislación italiana, una persona que se encuentre en el supuesto anterior y se niegue a testificar, puede ser procesado por el delito de complicidad con la “Cosa Nostra”.
¿Recuerdan al voluntario que cuando tenía 13 año, vio volar en pedazos la autopista después de una atentado con bomba de La Mafia en Palermo? ¿Darío Riccobono?
Le preguntaron si alguna vez sentía miedo por aventurarse a enfrentar a la Mafia con su movimiento Addio Pizzo, y esto es lo que contestó literalmente:
umm, mira, no tenemos tiempo de sentir miedo, hay muchas cosas por hacer. Bueno, en realidad, tengo pavor. Pavor a que Sicilia continué así por siempre.
Es decir, controlada por el crimen y empobrecida en virtud de la extorsión de la mafia.
Esa respuesta me hizo recordar una entrevista que leí hace tiempo, donde la reportera de Frontline, Carola Mamberto, preguntaba a Roberto Saviano, autor de la novela adaptada al cine Gomorra y quien se encontraba permanentemente cambiando de residencia y con protección de la policía, tras las amenazas recibidas por la Camorra (Organización Criminal de la región de Nápoles en Italia):
¿Por qué arriesgarlo todo, incluso la vida, por exhibir a la Mafia Napolitana?
Cierro esta columna, con la respuesta de Saviano:
Sentía una inmensa rabia dentro de mi”, tenía un profundo deseo de venganza, en el sentido estricto de la palabra, contra un mundo extremadamente feroz que involucra a todos. Todos somos parte de este mecanismo, simplemente por permanecer callados.