¡Estoy harto de Kim!
Creo que no pasa un solo día sin que algún medio hable de Kim. La Kardashian, esa.
Hablar es un decir, mas bien se tratade cualquier excusa para mostrar alguna de sus fotos, especialmente donde expone su trasero, gracias al cual vive. Y muy bien, por cierto.
No dejo de preguntarme a qué se debe su fama y la insistencia de los medios por sacar más y más fotos de ella. Incluso se llega a niveles ridículos.
Hace algunos días apareció en varios medios una foto de esta señora titulada “Kim sin maquillaje!”. Aparte de absurdo, era mentiroso, porque obviamente estaba delicadamente maquillada.
Se volvió viral
En todo caso, el título debería haber sido “Kim sin demasiada pintura”.
Ahora con el internet, este tipo de sobre-exposición es algo común. “Se volvió viral”, se dice. Kim Kardashian es viral, cada vez que sale alguna foto nueva de ella, boom! Se reproduce en todos lados.
¿A qué se deberá esa morbosa curiosidad por seguir a esta mujer que ni canta, ni baila ni produce nada? Bella es. Voluptuosa ni se diga, pero es para tanto?
Quizá porque después de años en que la industria de la belleza femenina nos impuso el ideal de mujer bella como aquella muy delgada, ahora es el turno de las voluptuosas. No empezó con Kardashian y sus hermanas —recordemos a las actrices italianas de los años 60s y 70s, como Sofia Loren, Claudia Cardinale y Monica Vitti.
Ellas eran bellas y talentosas. No sé cual es el talento de Kardashian, pero alguno debe tener. Por ejemplo, logró lo que se propuso: ser famosa.
Con la competencia actual no es poca cosa.
Su marido, también famoso, no se queda atrás a la hora de buscar la atención a toda costa. Kanye West canta —no a todos les gusta su música— pero últimamente se dedica más a protagonizar escándalos criticando a quienes ganan premios como “disco del año” porque él piensa que Beyoncé debería ser la ganadora de ese título.
Su condición natural
Ni el esposo de Beyoncé llega a esos extremos, ¿por qué lo hace West?
Pero parece que es la condición natural para estar al lado de Kim: llamar la atención. Y lo logran, cosa que sin duda les reditúa.
Kim manda a matar…
Pero toda esta perorata viene a cuento de que el pasado miércoles me llevé una gran sorpresa debido a una confusión.
Moraleja anticipada de esta historia: no leer noticias en la mañana hasta estar bien despierto y haber tomado un buen café.
Pues que ese día leo en la pantalla de mi computadora “Kim manda a matar [imagen cortada]”. Me quedé sorprendido, naturalmente.
“No me digan que esta mujer pasó de andar mostrando su piel a mandar a matar a alguien!”, pensé. Fui por el café y me quedé pensando cómo sería la vida de la Kardashian en la cárcel y cómo se las arreglaría para que sus fotos se filtren a la prensa —siempre dispuesta a publicarlas. Tendríamos, seguramente, títulos como “Kim bañándose en la cárcel”, “Aseguran que Kim fue abusada en su celda”, “Kim se queja de permanente revisiones corporales.
Agentes dicen que buscaban armas”, “Amplían cama de Kim en la cárcel para acomodar mejor su trasero”, y así hasta que alguna corte decida que ya cumplió su pena y ordene su libertad condicional, por lo que la Sra., feliz, se desnudaría frente al juez y los fotógrafos “expresando su alegría”.
Pues ya armado con mi taza de café y más despierto, regreso a mi computadora para leer esa y otras noticias. Pero descubro entonces que no había leído bien… El titular decía “Kim manda a matar a su Ministro de Defensa. Líder de Corea del Norte, Kim Jong-Un, ordenó ejecución pública”.
¡Ah, no!
Ah, no era entonces la Sra. Era el Sr. Kim.
Ambos coincidieron en algunas planas del día, ella luciendo uno de sus desnudos y él —foto de archivo, se entiende— rodeado de militares.
Pero fuera de eso no hay coincidencias, está claro.
Salvo que lo medios nos seguirán ejecutando la inteligencia reproduciendo fotos de ella y rumores sobre él.