La ultraderecha y su discurso con xenofobia que fascina a las víctimas futuras

La admiración de algunos jóvenes de la comunidad latina por Trump solo sería comparable (aunque esta comparación sea inconcebible) a la de votantes judíos por Hitler, ucranianos por Putin o palestinos por Netanyahu

En 2023, a pesar de articular un discurso del odio, Javier Milei fue elegido presidente de Argentina. Elegido incluso por aquellos a los que el candidato de la ultraderecha denostaba en cada discurso.

Eso que pasó en Argentina no es un fenómeno aislado. Y guarda una estrecha relación con el presente de los Estados Unidos; con esa reacción (o con esa “falta de reacción”) social que bien podría denominarse “Síndrome Comunitario de Estocolmo”.

Y es que, de cara a las elecciones 2025, Donald Trump enarbola idéntico discurso, celebrado y aplaudido por las futuras víctimas de las políticas que el candidato promete implementar, en caso de ser reelecto.

La comunidad latina y su xenofobia contra la “comunidad latina”

De hecho y según la periodista Paola Ramos, en una nota aparecida en El País de España el pasado 24 de mayo, “la supervivencia de la democracia estadounidense moderna, amenazada por corrientes autoritarias, se basa en la premisa de que las minorías se alzarán frente a déspotas como Donald Trump”.

Sin embargo, Ramos teme que el “dar por sentado” ese alzamiento termine siendo una falacia, un último resabio de idealismo en desmedro de un pragmatismo egoísta (o un egoísmo pragmático) que lo ha empapado todo.

Una de esas minorías, y acaso la que más podría inclinar la balanza en contra de Trump, es sin duda la “comunidad latina”. Pero Ramos, hija de inmigrantes mexicanos nacidos en Miami y especialista en temas que atañen a esta comunidad, teme que la definición de ese “colectivo” ya no sea lo que antaño.

“Hoy se identifican como multirraciales más de 27 millones de latinos -escribe -, mientras que otros han optado por emular a la mayoría blanca, adoptando progresivamente tendencias que impulsan el trumpismo. De hecho, un mayor número de latinos votaron por Trump en 2020 y los pronósticos apuntan a que esas cifras seguirán aumentando porque la retórica antiinmigrante del republicano parecen estar encontrando eco en ellos”.

Esto podría definirse, a grandes rasgos, como la comunidad latina y su xenofobia en contra de “la comunidad latina”; algo que a simple vista parece un oxímoron pero que en la lógica electoral se muestra como una verdad pura y dura, sólida y sin contradicciones.

Trump o las deportaciones masivas

En una conferencia, “La Democracia en problemas”, Claudia Sandoval, profesora en la Loyola Marymount University de Los Ángeles, remarcó que “los votantes latinos se han incrementado en 4.7 millones desde 2018. Sin embargo, los nacidos y criados en Estados Unidos, han apoyado más a Trump que a Biden en Nevada, Arizona, Texas, Florida y California… La paradoja es que las políticas de Trump no favorecieron a la inmigración en absoluto”.

Por su parte David J. Bier, director de estudios de inmigración en el CATO Institute con sede en Washington, dijo que “durante el último año de Trump, hubo menos de 10 mil inmigrantes admitidos en los Estados Unidos, siendo que este año tendremos 100,000. De hecho, todas las medidas tomadas por Biden para facilitar la inmigración serán inmediatamente revocadas si asciende Trump; y el programa Parole va a ser restringido. Esto significa que cubanos, haitianos, venezolanos y nicaragüenses que vienen de a 30,000 por mes, serán retirados casi inmediatamente”.

Y Zachary Mueller, director senior de investigaciones en la America’s Voice con sede en Washington, afirmó que “la promesa emblemática de Trump es detener y deportar de 15 a 30 millones de personas. Luego, irá en contra de los “dreamers” y del 80% de la población inmigrante que ha hecho de Estados Unidos su hogar desde 2010. Entre esos deportados, no habrá sólo trabajadores indocumentados sino maestros y profesores, enfermeros y agentes sanitarios”.

Un tiempo que no podemos entender

Como se puede apreciar, tanto referentes de fundaciones filantrópicas como de universidades del país, remarcaron con alarma la clara intención de Trump de ir en contra de los derechos de los inmigrantes y sus familias. Sin embargo y paradójicamente, estas “promesas” son las que más seducen al joven electorado de las comunidades, muy especialmente de la latina.

Es por eso que habría que tomar muy en serio la pregunta de Paola Ramos y definir “de qué hablamos cuando hablamos de comunidad latina”.

De hecho, y en el mismo reportaje que escribiera para El País, Ramos anota que “en mis reportajes he reflejado la forma en que la xenofobia se cuela lentamente por la puerta de atrás en los hogares latinos. Y en lugar de ver a los inmigrantes con empatía o como reflejo de sí mismos, muchos los criminalizan y ven a los solicitantes de asilo como una amenaza existencial para su bienestar”.

Hay muchas formas de xenofobia, pero quizás ninguna sea tan siniestramente brutal como la perpetrada contra la propia etnia. Quizás porque revela un desprecio inconcebible hacia uno mismo, reconociendo como propio lo extraño, y posicionando como ajeno a lo que alguna vez fuera familiar.

De esta táctica perversa, implementada a través del bombardeo mediático exacerbando el sentimiento del odio, se ha desprendido algo tan impensado como el triunfo de la ultraderecha en Argentina o el posible triunfo de los republicanos en los Estados Unidos. En este sentido, la admiración explícita de los jóvenes de la comunidad latina por Trump sólo sería comparable (aunque esta comparación sea inconcebible) a la de quiméricos votantes judíos por Hitler, ucranianos por Putin o palestinos por Netanyahu.

Como escribió Jorge Luis Borges en el verso final de “Juan López y John Ward”, un poema sobre Malvinas de su último libro, en 1985, “el hecho que refiero pasó en un tiempo que no podemos entender”.

Sólo que ese tiempo es este inconcebible presente.

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Este artículo está respaldado en su totalidad o en parte por fondos proporcionados por el Estado de California, administrado por la Biblioteca del Estado de California en asociación con el Departamento de Servicios Sociales de California y la Comisión de California sobre Asuntos Estadounidenses Asiáticos e Isleños del Pacífico como parte del programa Stop the Hate. Para denunciar un incidente de odio o un delito de odio y obtener apoyo, vaya a CA vs Hate.

This article is supported in whole or in part by funding provided by the State of California, administered by the California State Library in partnership with the California Department of Social Services and the California Commission on Asian and Pacific Islander American Affairs as part of the Stop the Hate program. To report a hate incident or hate crime and get support, go to CA vs Hate.

Autor

  • Ivan Wielikosielec

    Escritor y periodista argentino (Córdoba, 1971). Ha publicado libros de relatos y poesía (“Los ojos de Sharon Tate”, “Príncipe Vlad”, “Crónicas del Sudeste”). Colabora para diversos medios gráficos e instituciones culturales.

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