Chet Hanks y Timothy Weah, el claroscuro de la xenofobia en los Estados Unidos

En la primavera de 2021, el músico y actor Chet Hanks lanzaba “White Boy Summer”, un video musical en el que se lo veía en una playa rodeado de mujeres de todas las razas (muy especialmente mulatas y de color) frotándose lascivamente contra su anatomía. Mientras tomaba cerveza, Hanks cantaba:

“Sí/ Lo juro por Dios, hombre, tan pronto como consigas una bolsa/ Estas perras quieren quitártela/ Verano de chico blanco / Verano de chico blanco// Conocí a una mala chica en un baile de fiesta/ Llegar a la bolsa como si fuera su única oportunidad/ Tienes a tu perra favorita de Instagram / Ve al club de striptease, soy como un trueno / Verano de chico blanco/ Verano de chico blanco…”

La canción que ya es bandera de la extrema derecha

Lo cierto es que en las redes han aparecido en los últimos tiempos miles de publicaciones de grupos de extrema derecha bajo el título de “White Boy Summer”. ¿El objetivo? “Reclutar nuevos seguidores, organizar protestas y fomentar la violencia, especialmente contra inmigrantes y personas de la comunidad LGBTQ”, según Steven Lee Myers, periodista de The New York Times. Incluso hay un video en donde el activista republicano Jack Posobiec posa con una bandera de WBS, en clara señal de apoyo a Donald Trump.

En una palabra, el “estribillo inofensivo” mutó en “eslogan para supremacistas blancos y otros grupos de odio”, según el Proyecto Global contra el Odio y el Extremismo, una organización que rastrea la propagación del racismo.

“‘White Boy Summer’ fue creado para ser divertido, juguetón y una celebración de los chicos blancos con estilo que aman a las hermosas reinas de todas las razas. Cualquier otra cosa en la que se haya tergiversado para apoyar cualquier tipo de odio o fanatismo contra cualquier grupo de personas es deplorable y lo condeno”, dice un ´post´ de Hanks a modo de descargo.

Sin embargo, lejos de ser una explicación o, mucho menos, una disculpa, aquella frase intentaba ser “cool” sobre todas las cosas; una más de las ambigüedades del músico, que al final del video aparecía abrazado a una mujer morena en bikini con la leyenda “Stop the Hate” estampada en su camiseta.

Foto: captura de pantalla del video de NBC News del canal de Youtube.

Eso sí, la frase estaba en letra gótica, la misma que se usó para la publicación de “Mi lucha”, de Adolf Hitler.

Verano de muchachos de color

Podríamos decir que “White Boy Summer” es el negativo social y cromático de Black Lives Matter, el movimiento proafroestadounidense nacido en 2013; acaso porque en el videoclip de Hanks, las chicas de color o mulatas solo parecieran tener valor sexual para satisfacer a los “White Boy con estilo” (léase “con fama y dinero”). Pero, ¿cómo es el verano de los “muchachos negros”? ¿Cómo es el “Black Boy Summer” incluso de los “ricos y famosos”? Valgan estos dos ejemplos recientes en el contexto de la Copa América que se disputó en los Estados Unidos.

Moïse Bombito, defensor de la selección de Canadá, recibió varios insultos racistas por las redes sociales. Fue el 20 de junio tras el partido inaugural y debido a una dura entrada contra Lionel Messi. Al finalizar el match, los hinchas argentinos agredieron por las redes al defensor haciendo hincapié en su raza; a lo que el defensor contestó: “Mi hermosa Canadá… No hay lugar para esta mierda”. Por su parte, un portavoz de Meta, la empresa dueña de Facebook e Instagram, posteó: «No toleramos el abuso racista en Instagram y hemos eliminado los comentarios infractores dirigidos a Moïse Bombito».

Sin embargo, una semana después sucedería un hecho parecido pero acaso más violento e inexplicable. Tras el partido que Panamá le ganara a los Estados Unidos 2 a 1, el delantero Timothy Weah fue expulsado por un golpe de puño contra un defensor panameño. Al otro día, los insultos xenófobos colapsaron las redes, pero esta vez eran los propios estadounidenses quienes agredían a uno de los suyos; acaso demostrando que ser una persona de color nacida en los Estados Unidos no es exactamente lo mismo que “ser” estadounidense.

De qué hablamos cuando hablamos de racismo

Weah pidió perdón públicamente a causa de su expulsión por las redes, y vale la pena repasar aquel descargo.

“Hoy decepcioné a mi equipo y a mi país. Un momento de frustración llevó a una consecuencia irreversible, y por eso lo siento profundamente por mis compañeros de equipo, entrenadores, familias y nuestros fans. Estoy comprometido a aprender de esta experiencia, no permitir que un oponente me provoque y trabajando para recuperar la confianza y el respeto de mi equipo y mis seguidores ¡No importa lo que pase, siempre voy a luchar por mi equipo y mi país hasta el día en que no me necesite o ya no sea capaz de hacerlo. Me disculpo sinceramente con todos. Mi amor por este equipo va más allá del fútbol y estoy muy triste y enojado conmigo mismo por hacer pasar a mis hermanos por lo que pasaron esta noche”.

En estas disculpas, casi que Weah pide perdón también por ser “de color”. Y es que, cualquiera podría preguntarse qué hubiera sucedido si el expulsado en idénticas circunstancias hubiera sido un jugador blanco, por ejemplo Christian Pulisic ¿Hubiera sido insultado por la comunidad de color a causa de su raza? ¿Lo hubieran insultado los supremacistas blancos? ¿Hubieran llovido cataratas de frases xenófobas en las redes sociales por sus orígenes croatas y lo hubiesen instado a pedir disculpas? La estadística apunta a que, la respuesta a las tres preguntas es un rotundo “no”.

Pero hay una gran distancia entre las “explicaciones” de Chet y las “disculpas” de Tim. Mientras que las primeras sólo ponen distancia entre las etnias ensalzando a los “chicos blancos con estilo”, las segundas buscan unir a “un equipo y un país” a pese de los errores cometidos. Sería bueno que quienes se embanderan tras “White Boy Summer” entiendan que Estados Unidos los incluye a todos; a los “chicos blancos con estilo” y a los deportistas de color arrepentidos; a los latinos, a los asiático-americanos y a los pueblos indígenas. A todos. “Lo juro por Dios, hombre”.

Este artículo está respaldado en su totalidad o en parte por fondos proporcionados por el Estado de California, administrado por la Biblioteca del Estado de California en asociación con el Departamento de Servicios Sociales de California y la Comisión de California sobre Asuntos Estadounidenses Asiáticos e Isleños del Pacífico como parte del programa Stop the Hate. Para denunciar un incidente de odio o un delito de odio y obtener apoyo, vaya a CA vs Hate.

This article is supported in whole or in part by funding provided by the State of California, administered by the California State Library in partnership with the California Department of Social Services and the California Commission on Asian and Pacific Islander American Affairs as part of the Stop the Hate program. To report a hate incident or hate crime and get support, go to CA vs Hate.

Autor

  • Ivan Wielikosielec

    Escritor y periodista argentino (Córdoba, 1971). Ha publicado libros de relatos y poesía (“Los ojos de Sharon Tate”, “Príncipe Vlad”, “Crónicas del Sudeste”). Colabora para diversos medios gráficos e instituciones culturales.

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