Mi reflejo : ¿Cuánto vale la vida de una mujer en México?
Para empezar a escribir tuve que pararme frente al espejo y buscar mi reflejo, preguntarme quién soy y a qué grupo pertenezco: Soy mujer y soy mexicana. He tenido libertad para elegir, para rechazar y soy totalmente responsable de mis actos.
Sin embargo, los reflejos pueden ser engañosos y preferí ver la realidad. Busqué avances en el campo de los derechos de las mujeres, que aunque han sido muchos, no han sido sustanciales ni contundentes para erradicar la sombra de un mal que amenaza a todas las mujeres en México: el Femicidio. Podemos hablar de avances en el ámbito personal, en el social e incluso en el político. No obstante, mientras en este país se continúe asesinando a mujeres con toda impunidad, cualquier discurso pierde validez pues la realidad mata las palabras.
Para las mujeres en México, cada día es una lucha no solamente por obtener avances, sino por mantener lo ganado. Constantemente se nos repiten frases como: “Si fue violada es porque ella lo provocó”, “Si la mataron en el desierto es porque salió de noche a trabajar”, “Mujeres aprendan a cuidarse, para que no las violen, la policía no puede hacerse cargo también de ustedes”, “Ah! Renunciaron a los cargos públicos, porque eran mujeres y renunciaron por hombres”, “No tienes derecho a decidir sobre tu cuerpo… Eres proscrita”.
¿Con qué autoridad moral las instituciones mexicanas pueden hablar de derechos humanos reivindicados por las mujeres, cuando la realidad es otra? El feminicio ha proliferado en últimas fechas y como un cáncer se ha extendido de Ciudad Juárez a otros estados de la república, como Michoacán, Oaxaca, Veracruz y en el mismo estado de México, entre otros.
¿Nunca se han preguntado qué es lo más horrible que han visto en su vida? Yo sí, y puedo asegurarles que no he visto nada más terrible que las fotografías de cadáveres de las “Muertas de Juárez”: mujeres colgadas de los brazos, mutiladas y ensangrentadas. Cadáveres de mujeres arrojados a la calle como un deshecho, como una basura, después de haber sido infamemente torturadas.
Es tan poco o nulo el valor que para estos asesinos tenemos las mujeres, que debemos ser torturadas sin siquiera aspirar a una muerte rápida, a un disparo a la cabeza, a una muerte sin dolor. Para estos miserables, no somos dignas de misericordia.
Por todo esto hoy, a propósito del Día Internacional de La Mujer, quiero hablar fuerte y alzar la voz sobre Ciudad Juárez. Por estas mujeres, cuyos gritos de dolor fueron ahogados entre el Desierto y la Impunidad, entre la misoginia de unos y la ineficiencia de otros, pero sobre todo por la indiferencia de muchos.
Ciudad Juárez es sinónimo de misoginia llevada a su máxima expresión, no solo al momento de su asesinato de las mujeres, sino también durante toda su vida.
Las autoridades en lugar de protegerlas, las ignoran y junto con la Iglesia, las señala como culpables de provocar su propia violación, tortura y muerte.
Cuando llegan las mujeres a pedir trabajo a la maquila se les exige la toalla higiénica de su última menstruación, para asegurarse que no están embarazadas. Y por si fueran poco estas humillaciones, tienen que vivir esperando con terror y a veces con resignación, el momento de ser cazadas como presas en el desierto.
Y llegado el momento aterrador, las historia de su martirio queda dolorosamente registrado en su cadáver: las cruentas huellas de violación, mutilación, el terror y la angustia de sus últimos momentos que ni tan solo alcanzamos a imaginar, pues la extrema maldad y sadismo de la que fueron objeto son indescriptibles en frases coherentes.
Dudo que en el mundo animal exista un depredador tan feroz y cruel como los “cazadores” de mujeres en Ciudad Juárez: secuestran, violan, mutilan a mordidas, disparan a sus victimas y demás atrocidades difícil de digerir.
Se habla que en Ciudad Juárez hubo unas 2,200 mujeres asesinadas y torturadas desde el año 2000 a la fecha, aunque para variar no hay cifras oficiales, convirtiendo a esta ciudad en un gran campo de concentración y exterminio femenil.
Marisela Ortiz concluye de su experiencia cívica en Ciudad Juárez :
«Creo que estos crímenes que se han generalizado son ejercicios de poder. Las violan y las matan porque lo pueden hacer. Una mujer en México es cien por ciento violable».
“Ejercicio de poder”,“deporte”, “diversión”.
¿Cuánto vale la vida de una mujer para los feminicidas en México? Nada.
¿Justicia? No existe en México.
Porque el día de hoy el ex procurador de justicia de Chihuahua Arturo Chávez Chávez, quién no pudo resolver los feminicidios, es ahora designado Procurador General de la Republica, por el Presidente de México, Felipe Calderón.
Durante su gestión como Procurador de Justicia en Ciudad Juárez, en lugar de resolver los crímenes, recomendaba a las mujeres “utilizar aerosoles de defensa personal y tomar clases de karate”. Otros funcionarios de la misma dependencia durante la gestión de Chávez, no tenían ningún reparo en declarar culpables de los asesinatos a las propias mujeres asesinadas, “por usar minifalda”.
En un país donde una gestión irresponsable e ineficiente permite el asesinato impune de cientos de mujeres, se premia con un puesto de mayor relevancia en el Gabinete Presidencial, la pregunta es mas que necesaria: ¿Cuánto vale la vida de una mujer para el gobierno federal en México? Y la respuesta que dan los hechos es simple: nada.
Es peligroso ser una mujer en México: todas corremos un riesgo latente. Y la importancia de mirar el espejo de esta realidad, es darnos cuenta que la “justicia” que no se obtuvo para las muertas de Juárez, es la misma que no obtendremos para nosotras.
Por eso el día de hoy, día Internacional de la mujer, lo quiero dedicar a todas esas mujeres sin voz, sin oportunidad, sin futuro, cuyo único sonido que pudieron emitir fueron gritos de dolor en el desierto, en una calle oscura de la ciudad, en un lote baldío.
Y aunque mi realidad es diferente a la de una mujer que trabaja en una maquila o a la de una indígena, y tuve derecho a la educación, la seguridad, múltiples oportunidades, y escribo estas líneas desde la comodidad de mi casa, eso fue simplemente un accidente.
Porque el espejo que me refleja, no refleja la realidad: mi reflejo como mujer son todas las mujeres de mi país y mientras exista la injusticia, la vejación y el feminicidio, ese será nuestro reflejo.
Para más información respecto a los Feminicidios en Juárez ir a:
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La realidad desdibujada, por Brenda Bautista Pedraza (ver datos abajo)
Ilustración especial de Brenda Bautista Pedraza
Nacida en la acogedora ciudad de México, actualmente vive y radica es esta gran ciudad, adicta al café y apasionada por el diseño, el arte, la música y la fotografía que son sus grandes inspiraciones… Influenciada por estos, decide estudiar Diseño y Comunicación Visual en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la UNAM. Comenzó a colaborar con algunos proyectos y más tarde, decide emprender la aventura de ser “diseñadora FreeLance” desde hace por lo menos 7 años, colabora con varias ONG´s dentro de diversas temáticas sociales, así como proyectos comerciales y alternativos. Es una diseñadora versátil, libre y apasionada cuando de crear se trata. Su inspiración y su pasión al diseñar, son el entorno, la gente, la arquitectura, los sonidos, los colores, las formas, las tipografías y las texturas… Es una espectadora activa dentro de su entorno y la multiplicidad de sus ideas, las traslada más allá del concreto dentro de esta gran urbe. Como buena amante de sus raíces, le gusta vagar por la ciudad, disfrutar del entorno, de la gente y captar instantes con su lente, ya que es apasionada de la fotografía. Se considera cazadora furtiva de expresiones,emociones…y de instantes mágicos y trascendentes.
Excelente post!
Una realidad que la misoginia gubernamental no quiere o no puede resolver. No les importa. Y no es cualquier cosa. Ciudad Juárez es la ciudad mas peligrosa del mundo.
un saludo.
Que terribles palabras:
«Es tan poco o nulo el valor que para estos asesinos tenemos las mujeres, que debemos ser torturadas sin siquiera aspirar a una muerte rápida, a un disparo a la cabeza, a una muerte sin dolor. Para estos miserables, no somos dignas de misericordia.»
«Aspirar a una muerte rápida, a un disparo a la cabeza, a una muerte sin dolor». Como es posible que permitamos que estas palabras sean el factor común de nuestro lenguaje, porqué aspirar a una muerte rápida y no a una vida plena de alegrias, ilusiones, tener una familia, crecer con ella, compartir los bellos momentos. ¿Cuando nuestro país perdió el rumbo?, y peor aún ¿porqué permitimos que eso siga sucediendo?, nadie merece morir en forma violenta todos tenemos derecho a que se respeten nuestros derechos y más aún el derecho a vivir en armonia.
Deafortunadamente la descripción de Sarahí es el vivo reflejo de la violencia que son objeto las mujeres, no solo en Juárez sino en todo el país.
Esta narativa es para darnos verguenza que como sociedad no estamos haciendo nada y continuamos permitiendo que barbaries como está se continuen dando día a día, hasta cuando vamos a despertar del letargo en que estamos metidos y lo más terrible es que estamos concientes de ello.
México despierta, son tiempos de Revolución, de Independencia, tenemos que hacer algo para que esto no nos siga lascerando como sociedad y como seres humanos.
Cuando Sarahí me invitó a leer este texto advirtió, –solo que esta fuerte, espero que te guste…– muy cierto, el contenido real de las líneas que acabo de leer me lleno la cabeza de recuerdos e imagenes con un alto nivel de violencia. Pero no es violencia de esa que tiene tintes «hollywoodenses» ni violencia de esa que algunos medios disfrazan para vender más; es un tipo de violencia que marca incluso a los que no la hemos vivido de cerca.
Y esta llamada violencia ha tocado los mas bajos recovecos de lo inimaginable, lo desgarrador, vil, sucio, vamos, el infierno mismo pero aquí, en vida. Miles de mujeres mexicanas se enfrentaron en los ultimos años a esta y hoy en día los únicos testigos de los actos cometidos en contra de ellas son las fotos, los relatos, los cuerpos.
Desafortunadamente todo comienza con la educación tan precaria que es transmitida de generación en generación; la educación escolar no es la mejor pero no es la que te forma como ser humano. Esa es otra. Lo que nuestros padres nos enseñan es en un mayor porcentaje lo que seremos en un futuro y detesto decir esto, pero vivimos como bien menciona la autora en un México que se esfuerza por crecer en todos los aspectos, pero que esta plagado de vicios ocultos. Aquí es donde podemos mencionar ese machismo arraigado que lejos de dignificar al hombre, lo entierra, lo hunde y lo hace parecer el más vil de los animales.
El día internacional de la Mujer debe de ser hoy por hoy alisciente inmediato para cambiar nuestra torcida manera de ver a la Mujer, gracias Sarahí, eres un gran ser humano.
Muy cierto (y terrible). Seguramente habrá quien pretenda argumentar que se trata de un problema aislado en una ciudad dejada de la mano de dios. Pero la criminalización de las mujeres por la interrupción voluntaria del embarazo es consistente con lo que indicas: la mujer no vale más que para tener hijos y atender al hombre, o, como nuestro (lamentable) dicho popular, «p’al metate y p’al petate».
La mujer no sólo no vale nada, humanamente no existe: es el «no hombre» que está para servir al varón. No se establece un concepto de mujer por sí mismo, sino siempre en función de otro, por defecto (lo que carece para ser hombre; la envidia del falo, en el imaginario de Freud) o como simple medio (la cosa esa que tiene la misión y función de tener y criar hijos).
Me parece importantísimo reivindicar a la mujer, como entidad real y como concepto por sí mismo, como fin y no como medio, como ser humano, no sólo como un rol en la sociedad o en la familia, planteado para complementar al hombre (y no para ser ella misma). Como hizo Karen Horney al revirarle a Freud la envidia del falo. O como haces tú; gracias, en nombre de todos (y no sólo de las mujeres).
Por cierto, no sé si hayas tenido la oportunidad de leer «La mujer no existe: hay que inventarla», de María Rosa Palazón Mayoral, en la revista «Alfil», del 5 de febrero de 1990. Te puede interesar. ;)
Coraje, rabia, enojo siento al saber que estos asesinos sigan sueltos, triste saber que el ser humanos es capas de pendejadas de este nivel, la corrupción, la ignorancia, deficiente educación, la cultura machista, misógina y esa maldita forma de pensar, son donde se debería trabajar y erradicar en los futuros niños y jóvenes que seran las futuras víctimas y futuros defensores. la gente podrida se esconde y solo contamina, ojala que sus vidas de estos asesinos sea corta y dolorosa.
Felicidades por el texto. Mientras perdure la injusticia y mientras se sigan cometiendo estos hechos en nuestro país no sobrarán las voces que nos recuerden lo brutal de los feminicidios y lo brutal de nuestra indiferencia.
Aúnque soy enemigo de darle un trato especial a temas como este, símplemente por el enfoque de que se trata de mujeres, te apoyo en tu denuncia, por el hecho de que ellas son seres humanos, al igual que cualquier niño, niña y hombre y ningún ser humano, indidtintamente de su género debe de padecer algo tan atroz.
Sigue adelante Sarahí, las convicciones son algo admirable y las tuyas son muy sólidas!
Hay que enfatizar que el fenómeno no es de ahora, es de siempre.
Creo que hay algo más de fondo en esto que se mueve en la oscuridad para generar una impunidad extrema.
Hay límites y estamos a punto de llegar al punto de quiebre.
Felicidades por esto Sarahí.
A mi, como hombre, me llena de rabia mirarme al espejo (como tu lo haces) y ver a esos misoginos asesinos hijos de la chingada, impunes; que caminan como si nada esperando la oportunidad de seguir con su «deporte»; oportunidad que les seguimos dando cuando mostramos indiferencia ante todo esto…
Saludos…
@BernaZamora
Querida amiga, tus palabras nos defienden, nos conmueven, nos impulsan, Te agradezco mucho, por mi abuela, por mi madre, por mi, por mi hija…Besos!