Nancy Pelosi debe ceder el paso a nuevas generaciones de políticos en California
Estados Unidos necesita funcionarios que sean parte de esa sociedad que evoluciona y se mantengan en óptimas condiciones para poder soportar el volumen de trabajo de un país que enfrenta nuevos desafíos cada día
Primero que nada, enfatizo mi respeto por Nancy Pelosi, de 83 años de edad, y a quien deseo mucha salud. Subrayo que en la mayoría de los casos no he estado de acuerdo con sus decisiones, pero me asombran sus ganas de seguir en su puesto como legisladora.
No obstante, es tiempo de descansar. Dejemos a las nuevas generaciones de políticos aprender, ejercer y avanzar en el liderazgo del estado de California y en todo Estados Unidos.
Como millones de estadounidenses, hemos sido testigos de los exabruptos en público de funcionarios como el actual presidente de Estados Unidos, Joe Biden, de 81 años; de los momentos de aparente temor y parálisis que ha sufrido el líder de la bancada republicana, Mitch McConnell, de 81 años; o de las tristes imágenes con una salud deteriorada de la senadora Dianne Feinstein, de 90 años.
A todos ellos y a los políticos mayores de 75 años, mi absoluto respeto y les deseo lo mejor en su salud. Pero es tiempo de dar un paso al costado. Ya han trabajado suficiente y entregado sus mejores años a la nación; ahora es momento, si es tanto el amor a seguir sirviendo, de hacerlo en forma voluntaria como consejeros, pero no con un cargo público.
Por el bien de su salud y por el bien de la nación es tiempo de impulsar a políticos más jóvenes, que en muchas ocasiones entenderán mejor los cambios de una sociedad que evoluciona y avanza a pasos agigantados.
Además, es importante abrazar los nuevos tiempos que exigen apertura y un entendimiento generacional que, en muchas ocasiones, es más complicado para los representantes de más avanzada edad en los Congresos estatales o el de Washington, D.C.
Es imperativo dar oportunidad a las nuevas generaciones de funcionarios; los californianos y la nación en general estará mejor representada, con líderes que como Pelosi, Feinstein, Biden o McConell, lo hicieron en su momento, lucharon por los derechos, libertades y obligaciones de sus representados.
Encima de todo, la decisión de dar un paso al costado será un gran ejemplo para los políticos, de entender que nadie es indispensable en ningún puesto; además de la importancia de preparar a los funcionarios que vienen atrás, dando un ejemplo para ver un Congreso más joven, más vigoroso y más representativo de la sociedad actual.
Aunque pareciera que esta es una crítica a los políticos de edad avanzada, es más una llamada de atención para el Partido Demócrata y al Partido Republicano; sabemos que, sin el respaldo de estas dos organizaciones, la gran mayoría de funcionarios a ese nivel no se postularían por sí solos, a menos que tengan muchísimo dinero.
Los candidatos antes mencionados, y muchos otros, no son los que verdaderamente toman las decisiones por los que sus constituyentes los eligieron; son los grupos de poder detrás de ellos, que seguramente avanzan y atienden primero sus agendas que las agendas y deseos del pueblo estadounidense.
Ahora entendemos el porqué no hay más medidas con restricciones a las armas, un seguro de salud universal o un alto a la guerra de Ucrania, entre muchos otros temas.
De seguir, la postulación de candidatos mayores de 75 años, significaría una burla de parte de los partidos políticos para ese electorado que ellos dicen defender y representar.
*Agustín Durán es editor de la sección local de La Opinión en la ciudad de Los Ángeles.