Opinión: ¿Por qué cuesta tanto la comida?
Las grandes empresas quieren pagar menos en impuestos, y que nosotros paguemos más en los supermercados. Es por eso que quieren que Trump vuelva al poder
Hace veinte años, yo era una madre soltera, criando sola a mis tres hijas. Para ganar lo necesario, tenía tres trabajos simultáneos, incluyendo uno de noche como traductora en nuestro hospital local. Cada vez que hacía cola en el supermercado, me preocupaba lo que tendría que dejar atrás para manteneros dentro de nuestro presupuesto semanal de 100 dólares para la comida.
Hoy mis hijas ya son mayores, pero cada vez que vuelvo al supermercado, tengo esa misma sensación en mi estómago al recordar el miedo que es no saber si tendríamos para comer, y pensar en cuánto, o cuán poco, podría ofrecer a mi familia con esos 100 dólares.
Los precios han subido mucho desde el comienzo de la pandemia. Ahora, esos 100 dólares valen algo como 65 dólares de hoy, en comparación con hace cinco años. Los que sufren más son las familias trabajadoras como la mia, porque gastamos la mayor parte de nuestros ingresos – hasta el 90 por ciento, cada mes – en alimentos y otras necesidades. Entonces, cuando los precios suben, nos duele más.
Las grandes empresas y sus aliados en el Partído Republicano nos quieren hacer creer que el presidente Joe Biden es el culpable de este aumento de precios, pero hay otra historia que no te quieren contar: es que estas mismas empresas son los grandes responsables de estos aumentos.
Según un nuevo estudio de la Federal Trade Commission, los mayores supermercados y minoristas de comestibles, que incluyen a Walmart, Kroger y Amazon, propietario de Whole Foods, aprovecharon la pandemia para aumentar sus precios en todos los ámbitos. Lo mismo ocurre con las grandes empresas agrícolas, como Tyson Foods y DuPont, que venden la mayor parte de productos cárnicos y semillas. Para estas empresas gigantes, el COVID fue la oportunidad para darse un cheque en blanco, que ahora esperan que nosotros paguemos.
¿Que tienen en común estas grandes empresas? Es que siempre quieren crecer. ¿Por qué? Porque cuando tenemos menos opciones, las corporaciones pueden obligarnos a pagar más. Esto se aplica sobre todo a la comida, sin la cual ninguno de nosotros puede vivir. Y según la FTC, una de las principales razones de estos precios más altos es la codicia insaciable de estas empresas.
Una y otra vez, las grandes empresas nos dicen que si los dejamos crecer, recompensarán a los consumidores. Sin embargo, nunca lo hacen. En cambio, recompensan a sus inversores y ejecutivos, como Doug McMillon de Walmart, que gana más de 25 millones de dólares al año, y Rodney McMullen de Kroger, que gana más de 19 millones de dólares. Eso es 671 veces más que lo que gana un trabajador promedio de Kroger.
El dominio de mercados por empresas cada vez mayores puede tener consecuencias mortales. La organización que lidero, People’s Action, sigue de cerca el costo de la salud a través de nuestra campaña Care Over Cost. Vemos que la provisión de los servicios está controlada por unas cuantas compañías privadas – Aetna, United Healthcare y Cigna – y esto genera facturas más altas, peores resultados de salud y vidas perdidas.
¿Cómo aumentan sus ganancias a niveles record las empresas como Tyson Foods, Kroger y Walmart? Como siempre lo hacen: aumentando los precios, mientras el 65 por ciento de los estadounidenses todavía vivimos de sueldo en sueldo.
Esto crea un problema para el presidente Biden, quien quiere que los votantes de la clase trabajadora sintamos los beneficios de sus esfuerzos para reducir la inflación, y las medidas que ha tomado para defender a los trabajadores y crear buenos empleos en las comunidades locales. Su administración ha invertido 2,000 millones
de dólares para crear nuevos empleos en la infraestructura y energía verde para reactivar la economía.
Sin embargo, para familias trabajadoras como la mía, mientras sintamos que estamos a la merced de los precios, es difícil sentir algo más. Y si bien el desempleo ha caído a mínimos históricos bajo el presidente Biden, no podemos seguir el ritmo de los precios cada vez más altos que estas gigantescas corporaciones nos obligan a
pagar.
Los oponentes de Biden saben que los precios altos nos afectan, y por eso han montado una campaña, financiada por bilionarios conservadores como Charles Koch, colocando folletos en los supermercados de todo el país. Culpan a Biden por los aumentos en el precio de los huevos, la leche y el azúcar. Al mismo tiempo, nos dicen que los esfuerzos de Biden para proteger a los trabajadores perjudican a las pequeñas empresas y a los empresarios.
Lo que Koch y otros ultra-ricos no quieren que usted sepa es que su propia avaricia corporativa es lo que realmente está detrás de estos precios más altos. Las corporaciones gigantes quieren menos competencia y regulaciones para poder pagar menos a sus trabajadores y aumentar precios a su voluntad. Y quieren que
Trump, quien redujo sus impuestos en más de 2,000 millones de dólares en 2017, vuelva al poder.
Saben que Trump aprobará sus fusiones y adquisiciones para crear empresas cada vez mas grandes, que significará más para ellos y menos para nosotros. Por eso están gastando tanto para que Trump vuelva al poder. ¡Porque si Trump gana, obtendrán otro gran botín!
Agradecemos lo que ha hecho la administración Biden para bloquear grandes fusiones en el sector alimentario y agrícola, como la reciente oferta de Kroger para comprar la cadena de supermercados Albertsons. Sin embargo, Biden debe cumplir con sus promesas de hacer la vida más fácil a las personas comunes y corrientes, especialmente a la generación de mis hijas, que también asumen la agobiante carga de la deuda estudiantil.
Si Trump gana, todos perdemos. Porque Trump y sus aliados republicanos hacen todo lo posible para ayudar a las corporaciones gigantes. Esto aumentará lo que pagamos en el supermercado y en todas partes. Nadie debería tener tres o más empleos para sobrevivir. ni en el 2004, 2024 o 2044.
Queremos un mundo en que todos tengamos lo básico, no solo para vivir, sino tambien para soñar. Así que cuando votemos en noviembre, debemos recordar por qué estamos votando realmente: un futuro saludable y lleno de esperanzas para nosotros y nuestras familias. Y para lograrlo, necesitamos verdaderos socios en el
gobierno que se comprometerán con nosotros para crear una sociedad y comunidades en donde todos podamos prosperar.
Si queremos un futuro mejor, lo tenemos que construir con nuestros votos.