Pese a lo que diga Trump, la inmigración beneficia al Seguro Social
Desde hace mucho tiempo los republicanos han asegurado que las reservas del fondo fiduciario de la Seguridad Social se agotarán en menos de una década. Pretenden que si eso sucede los 70 millones de beneficiarios del programa se quedarán sin sus beneficios. Y utilizan sus proyecciones precisamente para demandar recortarlos.
Logran inducir temor, lo que lleva a que los votantes señalen el Seguro Social como uno de los temas más importantes de las elecciones, según una encuesta de YouGov de febrero.
Estas afirmaciones ahora crecen en virtud de la campaña electoral. Así, sus interpretaciones erróneas y exageraciones se magnifican y derivan en mentiras.
Pero la verdad no interesa a Donald Trump en su tercera campaña presidencial.
Ahora, el expresidente da un paso más y asevera que la inmigración – legal e indocumentada – es la responsable por la crisis en Social Security.
Efectivamente, en un mitin multitudinario de campaña en Ohio, dijo: “su Seguridad Social será destruida por la gente que llega. Son demasiados. No es sostenible”.
La campaña de Trump y sus aliados para demonizar a los inmigrantes busca exacerbar el resentimiento, provocar más hostilidad e incentivar a los votantes a apoyar al candidato de la xenofobia, Trump.
La acusación es absurda.
Los temores respecto a la solvencia del Seguro Social se basan en el desbalance entre la gran cantidad de beneficiarios y la insuficiente cantidad de los trabajadores que son quienes contribuyen al mismo con parte de su ingreso.
En 2000, había 3,4 trabajadores que aportaban al fondo por cada jubilado que recibía prestaciones. En 2010, eran 2,9 trabajadores por beneficiario; en 2020, 2,7. Y para 2030, se espera que sea 2,5.
Este es precisamente un argumento en favor del incremento de la inmigración.
Porque la inmigración no daña sino beneficia al Seguro Social.
Los inmigrantes legales pueden recibir beneficios de jubilación del Seguro Social solo después de haberle pagado durante 10 años. Y quienes regresen antes a su país de origen pierden todo lo pagado al fondo fiduciario.
Por su parte, cada año los inmigrantes indocumentados pagan miles de millones de dólares al Seguro Social anualmente sin recibir beneficios, ni ahora ni nunca.
Los inmigrantes contribuyen de manera directa e inmediata al proceso económico y con sus impuestos enriquecen las reservas sociales. Cuanto más inmigrantes, más solvente es el Seguro Social.
Y en general, los inmigrantes enriquecen al país. La Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO, por sus siglas en inglés) calculó que la inmigración aumentará el Producto Interno Bruto en 7 billones de dólares durante la próxima década.
Entre todos los países industrializados, Estados Unidos tiene la economía que más se beneficia de la inmigración. El impacto positivo de la misma ha sido una parte importante del crecimiento de la nación en toda su historia, incluyendo al Seguro Social.