Texas aprueba una ley antiinmigrante racista, peligrosa, provocativa e ilegal
El gobernador de Texas Greg Abbott estampó ayer su firma en la ley SB4, un estatuto donde el estado se adjudica a sí mismo facultades migratorias y fronterizas que atañen al gobierno federal. Con su rúbrica, Abbot inició la puesta en marcha de la ley, que se completará en marzo, un lapso durante el cual indudablemente el nuevo estatuto se medirá en corte contra demandas de organizaciones de derechos humanos como el ACLU y el gobierno federal..
La SB4 es la legislación del racismo
Efectivamente, la SB4 adjudica a las autoridades policiales y militares del estado el derecho para detener, arrestar y encarcelar a migrantes por haber ingresado ilegalmente. Esto es algo que, según lo que la Constitución establece y numerosos dictámenes de la Suprema Corte confirman, es el derecho exclusivo del gobierno federal.
Instruye a la Guardia Nacional y agencias de policía a repeler a los inmigrantes. Dispensa de la necesidad de obtener permiso de los dueños de propiedad privada para obrar contra los migrantes.
La ley asimismo habilita a los jueces estatales a emitir órdenes de deportación contra presuntos violadores de la ley. Como alternativa, podrán condenar a los migrantes a seis meses de cárcel, y dos años en caso de reincidencia, además de una multa monetaria.
Al igual que la tristemente famosa ley SB 1070 de Arizona, que en 2010 perseguía el mismo propósito y que fue mayormente rechazada en tribunales, la SB 4 llevará a la detención de sospechosos de ser indocumentados por su apariencia, despertando acusaciones de perfilado racial.
Texas carece de cárceles y personal necesarios para reemplazar a la Patrulla Fronteriza y detener a miles de migrantes. Y el gobierno mexicano anunció que no permitirá que quienes no están autorizados a hacerlo por acuerdos internacionales – vale decir las autoridades federales – envíen personas dentro de su territorio.
La SB 4 es una ley racista, restrictiva, injusta, ilegal e innecesariamente severa. Incluso castiga con hasta un año de cárcel a jefes de policía locales que se nieguen a aplicarla.
La provocación de Texas
Es la culminación de la confrontación que Abbott ha estado buscando con la administración Biden. Le antecedieron acciones como el envío de tropas para patrullar la frontera con México y de decenas de autobuses repletos de indocumentados a ciudades en estados gobernados por demócratas, como Chicago y Nueva York para allí abandonarlos.
La SB4 es una provocación, una falta de respeto al poder nacional y una muestra de los extremos a los que han llegado los republicanos en su afán de incitar el voto antiinmigrante en este año electoral.
Es imposible no reconocer que el problema migratorio apremia. La cantidad de cruces, aunque lejos de llegar a los millones de indocumentados pretendidos por la oposición, ha llegado a récords.
La administración Biden, en lugar de adoptar una política progresista y coherente prometida durante su campaña electoral, oscila entre ésta y las medidas populistas de Trump, incluyendo la construcción del muro fronterizo, el rechazo de solicitantes de asilo y el envío de tropas.
La SB4 no tiene lugar en nuestro país y confiamos en que los tribunales la rechazarán.