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DESDE HONDURAS: Tiempo muerto

La prensa internacional parece no dar tanta importancia al tema hondureño ya que cada vez es más difícil encontrar noticias sobre la evolución del proceso. En el entretanto, aquí  en Honduras las cosas se van relajando. En la Ceiba y la costa norte la situación es de una normalidad absoluta. Nadie diría que este país estuviese pasando por una situación política extraordinaria si no se leyesen los periódicos locales. Preocupa como siempre la economía y el que los turistas no lleguen en la misma forma que antes. La gente tiene “miedo” del qué pasará pero más allá de eso ni siquiera los maestros o sus tomas parecen importar.

En Tegucigalpa me cuentan que las cosas también están tranquilas en apariencia; allá sí molesta el paro de buena parte del sector educativo –especialmente en enseñanza media– y se trata de impedir la huelga convocada por el principal sindicato del sector sanitario. La gente se fastidió de la tensión y ver que Zelaya finalmente no regresara, unido a la estrategia informativa gubernamental sobre la corrupción del anterior gobierno ha decepcionado a muchos de sus seguidores.

Este “tiempo muerto” está siendo aprovechado para la consolidación de políticas gubernamentales que han logrado que calen entre la población estrategias que miran hacia el largo plazo y para que la comunidad internacional piense cómo seguir gestionando el problema, ya sea manteniendo posiciones, o abriendo paso a una negociación de verdad. Mientras tanto seguimos en medio de un mar de rumores y noticias malintencionadas, por parte de unos y otros.

Con un ritmo diferente los días pasan y la comunidad internacional no ha podido “noquear” en primera vuelta a Honduras. A pesar de ello Insulza y Arias han unido su suerte y aparecen juntos con frecuencia en cada reunión importante, tratando que la estrategia de condena internacional hacia el nuevo gobierno se mantenga sin cambios.

Casi tuvo “suerte” Micheletti de que Arias aceptase que Enrique Iglesias pensara en aceptar una misión al interior de Honduras que tratase de sentar las bases de un acuerdo nacional de convivencia. Sin embargo Insulza se apresuró a viajar a Costa Rica y debió pedir más tiempo para que la posición de la OEA diese buenos resultados: en lugar de una comisión “negociadora” que impulsara un diálogo interno en Honduras, se apostó por una comisión de cancilleres que llegue a Tegucigalpa a seguir presionando al gobierno “golpista”.

Paralelamente el “bloque del Alba”, al que se une con entusiasmo el ministro español Moratinos después de un viaje de “negocios” a Venezuela, y el siempre presente Insulza, mantienen como una nueva forma de presión la amenaza de no reconocer una salida electoral a la crisis. Zelaya no tuvo éxito con sus medidas violentas y ahora parece que ha cambiado de estrategia; aunque poca gente preste atención, después de su reunión en Managua con el embajador Llorens, se encuentra en México, en donde le reciben con honores de Jefe de Estado, y en los próximos días viajará a visitar al presidente Lula que le recibirá de la misma forma.

En Honduras la estrategia gubernamental pasa por dos variables clásicas muy efectivas: “pan y circo”.

El gobierno está presentando públicamente transferencias económicas a municipios que no habían recibido apoyo de Zelaya porque éste les “bloqueó” políticamente. Además señala que se mantienen las políticas económicas de impuestos y apoyo a la población, incluido el famoso “estatuto del docente” para los maestros, mientras el presidente Micheletti y su ministra de finanzas Gabriela Nuñez se reúnen con empresarios y transmiten la imagen de que el año se superará sin grandes problemas económicos.

Además se ha agudizado una campaña mediática y judicial por delitos de corrupción en los que tanto Mel como buena parte de sus funcionarios están siendo involucrados. Asimismo se han tratado de mostrar los “intereses ocultos” de Insulza, Arias, y Chávez en el proceso hondureño, para que la población entienda que éstos no se mueven por intereses “rectos” sino que tienen una agenda paralela asociada a sus posiciones.

En Honduras ha sido común que muchos funcionarios públicos hayan robado de forma directa o indirecta; la ineficiencia de los mismos ha provocado que por desinterés y mala gestión muchas de sus acciones hayan derivado en desastre. Lo interesante del proceso político en el que estamos inmersos, es que pareciera como que el Ministerio Público hubiera recibido instrucciones para abrir procesos a funcionarios públicos cercanos a Mel. Esa sería una práctica saludable, si se hubiera hecho en todos los gobiernos de forma consistente pero ahora se está utilizando como arma política.

Por la desconfianza que el pueblo tiene a los políticos, en la opinión pública está calando con bastante rapidez la imagen de la inmensa corrupción del gobierno melista. Uno tras otro los funcionarios más cercanos a Zelaya están siendo encausados por delitos “comunes” que difícilmente entrarán en la negociación de San José. Incluso la esposa de Zelaya fue acusada por mal manejo de unos fondos donados por Taiwán, entre los que se encontraban unas medicinas que vencieron y no fueron entregadas a sus beneficiarios.

Conforme los días transcurren los funcionarios melistas más destacados se van hundiendo más y más en la tela judicial hondureña, dificultándoseles el regreso a su país, ya que si fueran encontrados culpables deberían pasar un buen periodo de tiempo en las inseguras cárceles hondureñas, independientemente de una amnistía política fruto de una negociación.

Esta misma estrategia mediática se está utilizando para cuestionar a unos “mediadores” que no son percibidos como tales. En Honduras hay muchas dificultades en entender la actitud “intransigente” de Arias e Insulza, y por ello son creíbles para una buena parte de la población los siguientes señalamientos: se afirma que el interés principal de Chávez hacia Honduras es el hallazgo de petróleo en la costa norte hondureña. Se dice que el pacto entre Zelaya y el venezolano pasaba porque el primero permitiera la explotación de los mares nacionales y que el segundo pusiera la tecnología. Se publicó una noticia en la que Arias también tendría intereses petroleros. Después de construir una refinería importante en Costa Rica, necesitaría de Venezuela para rentabilizar la planta construida. De Insulza se circula lo que también he señalado ya en otros reportes, que está muy condicionado por su interés de seguir como secretario general de la OEA.

En relación a los medios contrarios al gobierno éstos prácticamente son vistos solo por los partidarios de Zelaya. El nivel de parcialidad en la información de los mismos les ha hecho caer en el descrédito frente a los ojos de la mayoría. Del mismo modo que la cadena nacional, canal 8, es vista sólo, de vez en cuando, por los partidarios del actual gobierno, los canales de la “resistencia” son difícilmente creíbles. La exageración, la calumnia y el llamamiento a la violencia se instalaron en estos medios logrando tensionar a buena parte de la población durante un tiempo. Sin embargo cada vez son menos escuchados, o escuchados con muchas reservas, por el propio cansancio de la mayoría de la población.

En lo interno el gobierno de Micheletti aprovecha el aplacamiento y el cansancio de la “resistencia” y el apoyo de una gran sector de la población para tratar con más dureza a los manifestantes, ya sea con una acción policial más directa en las manifestaciones, o en la utilización de mecanismos judiciales para acusar a funcionarios públicos como los maestros de no atender sus actividades.

Además se va instalando la idea en la población de que también se deben de dejar de pagar los días no trabajados. De esta forma los maestros, que se convirtieron en los “resistentes” más activos y que forman parte de una incipiente clase media endeudada, van retornando de mejor o peor grado a sus actividades normales, mientras sus dirigencias articulan nuevas formas de protesta.

Los maestros, que se convirtieron en los “resistentes” más activos y que forman parte de una incipiente clase media endeudada, van retornando de mejor o peor grado a sus actividades normales, mientras sus dirigencias articulan nuevas formas de protesta.

En los próximos días el gobierno de Micheletti informará a Oscar Arias sobre las consultas que ha realizado con diferentes órganos políticos hondureños, en relación a los puntos señalados en San José. El Tribunal Supremo Electoral no ve posible el adelanto electoral, mientras que la Corte Suprema y la fiscalía ven dificultades en el tema de la amnistía por delitos políticos; por su parte el Congreso Nacional estaría dispuesto a negociar la amnistía por delitos políticos, aunque no muestra mucho entusiasmo, dejando un espacio para la negociación. Posiblemente ésta continuará, entre otras cosas porque a Micheletti le va bien que esta vía se encuentre abierta, aunque Zelaya ha señalado que no está de acuerdo con los 10 puntos presentados por Arias.

Veremos después de este “tiempo muerto” como se reorientan las negociaciones, y cual es el camino que se emprende.

Como he señalado en otros reportes la comunidad internacional se equivocará si no fomenta el debate interno, y trata de facilitar un cambio en las reglas del juego hondureño. Si no se es flexible y no se ven las oportunidades de transformación, existe el riesgo de que todo siga siendo igual, con nuevos gobernantes electos en un proceso democrático (sea éste reconocido o no). Si además no se avalan las elecciones, ni se envían observadores, éstas se celebrarán igual, pero el sistema tendrá muchas tentaciones de irse volviendo cada vez más abiertamente autoritario. Tendremos que esperar a que los actores agarren aire para ir viendo qué es lo que pasa. Este proceso va para largo.

Autor

  • Carlos Barrachina Lison

    Español, naturalizado mexicano, Carlos Barrachina Lison es catedrático e investigador de temas de Defensa y Seguridad. Tiene un doctorado en Ciencias Politicas, Departamento de Ciencia Política y de la Administración de la UNED "El regreso a los cuarteles. Militares y cambio político en la transición española (1976-1981). Es secretario de Posgrado de la Division de Ciencias Politicas de la Universidad de Quintana Roo en Mexico y miembro del Sistema Nacional de Investigadores mexicanos en el nivel 1. Ha trabajado 4 años en Washington, D.C., como profesor e investigador en el Centro de Estudios de Defensa Hemisférica en la National Defense University. Libros: Democracias en transición en Honduras y Nicaragua. Gobernabilidad, seguridad y defensa;. Carlos Barrachina (Coordinador). Plaza y Valdés /Universidad de Quintana Roo, México-Barcelona 2009. La participación política de los militares en la transición española;. Ediciones Pomares/Universidad de Quintana Roo, México-Barcelona 2007. Procès a la Guàrdia Civil. Causa 1/39, en colaboración con Manel Risques. Pórtic/ Enciclopedia Catalana. Collecció Monografíes. Barcelona, 2000.

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