Trump y Putin desarrollan la ‘solución final’ de Ucrania

Una de las múltiples promesas electorales de Donald Trump fue que traería la paz a Europa dando fin a la guerra entre Rusia y Ucrania, porque, según él, es respetado por los líderes de ambos países.

Es una guerra que se muere por ser resuelta. La resolveré antes de convertirme en Presidente”, afirmó Trump. 

¿Cómo lo haría? “Hablaré con uno (líder) y luego hablaré con otro”, explicó con sencillez. 

Trump ya es presidente por un mes y aunque no “resolvió”  la guerra antes de asumir el poder, lo está intentando ahora. 

Pero no de la manera que prometió, hablando con ambos líderes. Habla con uno solo. Las negociaciones  son exclusivamente con Rusia.

Ucrania, a punto de ser sacrificada, no está representada. Tampoco lo están los países europeos. Durante los contactos preliminares, incluyendo al menos una conversación entre el presidente ruso Putin y Trump en la que Washington abandonó la campaña para aislar el dirigente ruso, la administración ha hecho concesiones históricas a Moscú en un realineamiento de la posición tradicional estadounidense. 

Esta posición fue por décadas en defensa de la democracia y la integridad territorial de las naciones europeas, especialmente los miembros de la OTAN. Una política de alianza con la Unión Europea y los países que la conforman. En oposición férrea y real a la agresión rusa.

Trump se está volcando de lleno a apoyar regímenes autocráticos y dictatoriales en general y al ruso en particular. 

En este proceso participan sus principales lugartenientes. 

El vicepresidente J.D. Vance pronunció la semana pasada un discurso en Munich en favor de los grupos de extrema derecha en Europa, causando alarma y crítica en el viejo continente. Posteriormente se encontró con el líder de esos grupos y reveló su verdadero propósito al afirmar que el verdadero peligro para Estados Unidos proviene “desde adentro”.

El secretario de Defensa Pete Hegseth ha dicho que el regreso de Ucrania a sus fronteras anteriores a la guerra era «poco realista», premiando así la agresión de Moscú. 

El enviado de Trump en el tema de Ucrania Keith Kellogg dijo que Europa no participaría en las negociaciones, contradiciendo al secretario de estado Marco Rubio. 

Y Washington envió a las capitales europeas un cuestionario en el que demanda saber cuántas tropas podrían contribuir para hacer cumplir un acuerdo de paz, confirmando la intención de nuestro país de retirar miles de tropas en un calendario que dejaría a Europa vulnerable a la agresión rusa.

La administración Trump está ocultando el verdadero carácter de este conflicto. Porque esta no es una guerra entre iguales ni la responsabilidad por el inicio de las hostilidades se reparte entre los participantes.. 

Es una guerra entre la segunda potencia mundial, con un ejército de millones y armas nucleares, que invadió un país empobrecido que ansiaba ingresar a la familia de las naciones democráticas. Una guerra de ocupación territorial y conquistas, de usurpación de derechos nacionales, de puertos y de recursos nacionales. 

Rusia inició en febrero de 2022 una guerra de rapiña. Y en lugar de unirse a la familia de las naciones democráticas para revertir la agresión, Trump se comporta de igual manera cuando exige de Kiev la concesión de la mitad de las existencias de minerales raros, por miles de millones de dólares. 

En estos momentos se reúnen en París los jefes de estado europeos en una cumbre de emergencia para tratar el problema, mientras los funcionarios de Trump se preparan para iniciar hoy conversaciones con Rusia por su cuenta en Arabia Saudita.

Con razón dijo la presidenta de la Comisión Europea que “La seguridad de Europa está en un punto de inflexión”.

Es inevitable la comparación de la actitud de Trump con la política de concesiones de Gran Bretaña a las exigencias de Adolf Hitler de expansión territorial en Europa en 1938, que solo estimularon la agresión nazi y no evitaron la Segunda Guerra Mundial al año siguiente. Solo que la manera poco profesional en que se condujo incluso ese acto de renuncia hace aparecer al entonces primer ministro británico Neville Chamberlain como un hombre de principios y un consumado estratega.

Así no se consigue la paz en Ucrania. La imposición de condiciones solo llevará a que Estados Unidos pierda a sus principales aliados sin obtener nada a cambio. Dejar la paz en manos de personajes como Putin y Trump es un error. 

 

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Gabriel Lerner

Fundador y co-editor de HispanicLA. Editor en jefe del diario La Opinión en Los Ángeles hasta enero de 2021 y su actual Editor Emérito. Nació en Buenos Aires, Argentina, vivió en Israel y reside en Los Ángeles, California. Es periodista, bloguero, poeta, novelista y cuentista. Fue director editorial de Huffington Post Voces entre 2011 y 2014 y editor de noticias, también para La Opinión. Anteriormente, corresponsal de radio. -- Founder and co-editor of HispanicLA. Editor-in-chief of the newspaper La Opinión in Los Angeles until January 2021 and Editor Emeritus since then. Born in Buenos Aires, Argentina, lived in Israel and resides in Los Angeles, California. Journalist, blogger, poet, novelist and short story writer. He was editorial director of Huffington Post Voces between 2011 and 2014 and news editor, also for La Opinión. Previously, he was a radio correspondent. More »
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