2001 Odisea del Espacio tiene 50 años
Sir Arthur Charles Clarke fue un reconocido escritor británico de ciencia ficción, 1917/2008. Fue un “fanático” defensor de los viajes espaciales, al punto que cuando tenía 17 años, se unió a la British Interplanetary Society (Sociedad Interplanetaria Británica), de la que llegó a ser presidente en dos periodos, 1946–47 y 1951–53. Escribió más de una docena de libros y muchos ensayos, que le valieron el apodo de «Profeta de la Era Espacial». En 1998 la Reina de Inglaterra le otorgó el título de Caballero (Sir), por servicios a la literatura, aunque recién se lo entregó en el 2000.
De “El Centinela” a “2001”
A principio de 1960, Clarke escribe una historia corta, ‘The Sentinel’, que pasa desapercibida, pero en una reunión en 1964, entre Stanley Kubrick (director de cine) y Arthur C. Clarke retoman la idea para transformarla en una novela y en una película, viendo la luz simultáneamente en 1968. Utilizaron el cuento de Clarke como punto de partida. De esa forma Kubrick trabajó en la película y Clarke escribió la novela. Recordemos que entre 1957 y 1975 se desarrolló la carrera espacial, como parte de la “Guerra Fría” entre la USA-URSS y que en 1969 el hombre pone su pie en la luna, por esta razón el libro y la película se transforman en iconos de una era.
“Computadoras versus Humanos”
En el universo de Clark y Kubrick las naves espaciales son máquinas perfectas e impersonales que se aventuran de un planeta a otro, y los humanos son parte integrales de estas máquinas. Por esa razón, los personajes del relato no tienen emociones, son como figuras en un museo de cera. El mensaje es que las máquinas y los humanos se complementan, porque separados están indefensos ante el universo. La trama tiene dos protagonistas no humanos, Hall 9000, la computadora central de la nave y un extraño monolito, que va apareciendo a lo largo de la obra.
“Del mono al niño estrella”
La historia comienza hace millones de años, cuando un grupo de simios descubre el “primer monolito” en África, que los influencia de forma “subliminal”, y el grupo desarrolla las primeras herramientas, creando un salto evolutivo en el pensamiento creativo, que a su vez les da ventaja sobre los animales salvajes y otras tribus de monos.
Entonces la trama avanza al año 1999, cuando un grupo de astronautas descubre el “segundo monolito”, en el fondo de un cráter de la luna, que al ser desenterrado envía una señal hacia Japeto, una de las lunas de Saturno.
Luego el relato llega al 2001, cuando se organiza la misión a Saturno, llamada Discovery One, con cinco astronautas y una computadora inteligente llamada Hall 9000, quien conoce datos y órdenes sobre los objetivos de la misión, que los humanos desconocen. Esto plantea un “dilema psicológico” en Hall, ya que no debe revelar sus secretos a los astronautas, pero no puede desobedecer sus órdenes, aunque vayan en contra de la misión principal. Tanto Clark como Kubrick, le dan a la computadora rasgos de inteligencia humana, ya que el choque de razonamientos lógicos le provoca sentimientos de culpa, miedo y pánico, al sentir amenazada su “vida”. Incluso llega al asesinato para impedir su desconexión.
En este punto el “salto” ya no es en el tiempo sino espacial, incluso “psicodélico”, donde otras naves espaciales, planetas y especies aparecen en forma rápida, hasta llegar a la habitación de un hotel, demasiada perfecta para ser real, donde el protagonista queda encerrado. Allí comprendemos que es un lugar seguro donde puede ser observado y ayudado a transformarse, para convertirse en una entidad conocida como el “niño estrella”, un ser inmaterial e inmortal, tal vez un dios, que regresa a la Tierra para ser el guardián invisible, protegiendo a la humanidad de su inminente suicidio colectivo, por contaminación, guerras, enfermedades, etc.