AMLO: balance preliminar del presidente mexicano
Entré al metro de la CDMX y me sorprendió ver que la gente estaba parada ordenada en las zonas de ascenso a los vagones dejando un espacio en medio para que la gente pudiera salir. Un diseño simple pero de gran eficacia que evita atropellos.
Esto lo había visto hace meses y por lo visto ya funciona, aunque no en todas las estaciones. Pero algo es algo, se dio un paso aunque sea menor, porque la gente empieza a disciplinarse para respetar el espacio público y espero no pecar de optimista.
Al año de gobierno se confirma lo esperado. Los opositores al régimen que apuestan por un derrumbe del país y hasta arrancan lo que se ha denominado un golpe blando, han frenado las inversiones (aunque ya las anunciaron dos veces con bombo y platillo), no cesan en su postura de atacar lo atacable, inventan lo no atacable y reciclan viejos ataques.
La oposición está desarticulada, esta desconcertada con la enorme derrota electoral y política, por primera vez se encuentran en una minoría que no les permite negociar, como estaban acostumbrados en el pasado y eso los desespera. Por otra parte hay un clima de libertad que lleva a los que mentían en el pasado a sueldo, a que sigan mintiendo, aunque no gocen su libertad.
Los seguidores siguen esperanzados, muestran señales de apoyo y levantan la mano cuándo AMLO los cuestiona sobre alguna decisión. Que vivan las asambleas, aunque haya que depurarlas.
¿Cambio radical?
El país no ha cambiado de tajo solamente por la llegada de AMLO, las rémoras del pasado son las rémoras del presente y costará trabajo remontar los problemas estructurales. Se denuncian corruptelas y abusos en algunos de los programas insignia del gobierno.
Como los empresarios que abusan del programa de contratación de jóvenes aprendices. Hay ofertas como fertilizantes que llegaron tarde y alimentan a las fuerzas desestabilizadoras y la policía federal bloque calles y el aeropuerto ante el cierre de sus asociaciones con los criminales y su sed de corrupción.
Una agresión sistemática
Destacan los errores que cometen los funcionarios del gobierno. Hay una prolongada, lenta y errática curva de aprendizaje. Hay funcionarios que brincaron de la vida civil o del laboratorio al manejo de grandes dependencias. Aún tratándose de grandes investigadoras, no es lo mismo estudiar problemas que atacarlos desde lo alto de un elefante burocrático diseñado para no funcionar.
Y esto, frente a una agresión sistemática, ante la cual los efectos de los errores se agrandan.
El gabinete parece tener diarrea verbal y declaracionitis aguda. Todos hablan y hablan de más. Hay funcionarios que anuncian en entrevistas callejeras decisiones cuyo secreto es fundamental. La lucha por los reflectores lleva a cometer un error tras otro, cosa que le cae de perlas a los opositores.
El presidente también parece hablar mucho y abre la puerta a discusiones fuertes. Aunque posiblemente esa sea su intención, hablar para cierto público. Pero esto genera confusión en los otros públicos.
Encontramos la ausencia de un gran diseño de cursos de acción política que establezca gran definiciones que indiquen hacia una construcción de un futuro alternativo sin el cual, muchas veces se logran ajustes políticos, intentos de corrección y hasta la continuación de programas pensados para otra realidad.
La gran tarea pendiente del gobierno es la economía y la seguridad. La economía no crecerá, el gobierno sigue manejando políticas macro económicas conservadoras para tranquilizar a los intereses internacionales. resiente la caída de la economía mundial que se combina con el freno típico de principio de sexenio y el bloqueo económico de la oligarquía.
AMLO no pudo cumplir
La inseguridad va al alza. Un niño de trece años que gozaba de gran independencia ahora no puede salir solo de casa. Un amigo reporta que sus redes informan de dos secuestros o desaparecidos por día. Sugiero hipotéticamente que si el gobierno se desprendió de compromisos con los cárteles los criminales buscan un nuevo acomodo intentando conquistar el mayor espacio posible y buscar no perder el modelo de complicidad con el Estado.
Esto sin duda generará indicadores de violencia muy elevados hasta que se encuentre la opción de golpear seria y eficazmente al crimen, pero ahora se percibe una ausencia de estrategia, porque el gobierno se ha quedado en el nivel de definir prioridades.
AMLO despertó grandes expectativas para sus seguidores y opositores y en este plazo tan corto no ha podido cumplir; el ritmo será lento y algunas promesas no se cumplirán como siempre sucede, cosa que alimentará a la derecha.
El presidente tiene buen manejo ante la sociedad, utiliza correctamente los símbolos y hasta tiene cierto manejo demagógico inherente a la política, pero en el mediano plazo se requerirá algo más que eso, no solamente para controlar el poder, sino para enfrentar a la oposición que tiende a radicalizarse.