Capellanes del Desierto (4): Amenaza de grupo armado y una historia de brutalidad policial

Entraron en su oficina con armas para intimidarlos. Algo que Oscar Andrade ya había experimentado en su México natal

Además de los desafíos medioambientales de la inhóspita región fronteriza, los Capellanes del Desierto también confrontan la hostilidad de grupos armados.

En abril Oscar Andrade, director ejecutivo de los Capellanes, estaba reunido en su oficina con otros miembros de la organización que se dedica a rescatar a migrantes perdidos en el desierto o recuperar sus cuerpos, cuando un grupo de seis o siete personas armadas que se movilizaban en varios carros irrumpió violentamente, amenazándolos con matarlos si no detenían su labor.

«Nos dijeron que si seguíamos trabajando nos iban a mochar la cabeza», recordó Andrade, señalando la gravedad de la amenaza.

Este acto de intimidación no fue accidental, sino en represalia por exponer un crimen cometido contra un migrante.

“En marzo hubo un reporte de un muchacho en Phoenix que ya había llegado a la casa de seguridad, desde Guatemala”, relata Andrade. “Le dieron fentanilo. Él después murió. Lo sacaron al desierto y lo envolvieron en plástico…”

Después de las amenazas y la ´visita´ a la oficina del grupo armado, muchos de los miembros de la organización dejaron de participar en sus actividades. Pero a pesar de las amenazas, los otros Capellanes del Desierto, unos 21, parecen determinados a continuar con su labor humanitaria.

“Nosotros hemos descubierto cómo laboran, cómo tratan a los migrantes, que les dan fentanilo, la violación de personas, trata de niños, el reclutamiento de personas para obligarlos a ser parte de ellos”, explica Andrade.

La respuesta de las autoridades locales ha sido desalentadora. A pesar de haber denunciado formalmente el ataque, la policía de Tucson no ha tomado medidas significativas para investigar o proteger a los miembros del grupo.

«Hasta ahorita no ha llegado ni un oficial para preguntarme qué sucedió», lamentó Andrade, quien ve con frustración cómo la inacción de la policía estadounidense resuena con las experiencias de corrupción que enfrentó en México. «Lo que nos dijeron es que si no había sangre, no podían actuar», añadió, destacando la desesperanza que muchos sienten al tratar de buscar justicia en estas circunstancias.

Chantaje, brutalidad policial, migración y asilo

Oscar Andrade conoce de primera mano lo que son el chantaje, las amenazas, la brutalidad policial y tener que abandonar su país en busca de protección.

Hace 11 años, Andrade fue forzado a dejar su hogar en México después de un intento de asesinato a manos de la policía estatal, que intentó extorsionarlo.

Andrade, un empresario con una compañía de construcción, un pequeño restaurante y una tienda de ropa manejada por su esposa, se negó a pagar la exorbitante cantidad de $50,000 pesos al mes exigida por las autoridades. En represalia, fue atacado mientras se dirigía a la iglesia con su familia.

«Los de la PI, que es la policía estatal de investigación, o algo así, me cerraron el paso. Se bajó el copiloto y disparó hacia el carro”, recuerda Andrade. “Gracias a Dios que ni mis hijos ni mi esposa salieron heridos. A mí me entró la bala aquí en el pecho. Pero entró así de lado, quedando entre el pecho y la costilla y la otra aquí en el brazo, dejándome por muerto”.

Milagrosamente, sobrevivió a los disparos, pero la experiencia lo dejó sin otra opción que huir a Estados Unidos en busca de asilo. Al principio estuvo detenido dos meses en un centro de las autoridades migratorias mientras investigaban su caso. Después consiguió la residencia.

El Sueño Americano

Hoy, Andrade reflexiona sobre su vida en Estados Unidos y el mito del «Sueño Americano«. Advierte a aquellos que consideran emigrar que lo hagan solo si es absolutamente necesario.

«El Sueño Americano es una mentira,» dice con firmeza. «Aquí para poder tener un plato de comida en tu mesa, es levantarse en la madrugada y llegar de noche.»

Aunque logró salvar a su familia, la realidad en Estados Unidos le ha sido dura, explica Andrade. La vida para los inmigrantes, es un ciclo constante de largas jornadas laborales, sacrificios y una lucha implacable por mantener a sus seres queridos y asegurar un techo sobre sus cabezas.

«Muchos estamos aquí porque necesitamos estar, porque yo sí estoy aquí por salvar a mi familia,» enfatiza Andrade, destacando que, para muchos, la migración es una necesidad y no una elección. El alto desempleo, especialmente entre aquellos sin documentos, exacerba la precariedad de la vida diaria, haciendo que la promesa del «Sueño Americano» sea un espejismo para muchos.

A pesar de estos desafíos, Oscar Andrade y los Capellanes del Desierto continúan su misión con una determinación inquebrantable. Su historia es un poderoso recordatorio de que la lucha por la protección de los vulnerables a menudo viene acompañada de grandes sacrificios.

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Este recurso cuenta con el apoyo total o parcial de fondos proporcionados por el Estado de California, administrado por la California State Library en asociación con el California Department of Social Services y la California Commission on Asian and Pacific Islander American Affairs como parte del programa  Stop the Hate . Para denunciar un incidente de odio o un delito de odio y obtener ayuda, visite CA vs Hate.

Autor

  • Martín Ocampo

    Escritor y periodista de Paysandú, Uruguay, quien actualmente reside en Nueva York, EE.UU., en donde ha trabajado en diversos medios. Su corazón es charrúa y su pluma es latina.

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