Cruzando Líneas: La luz al final de la pandemia

¿Estamos listos para salir de nuestras cuevas físicas e internas para enfrentarnos al mundo después de tanto? ¿Qué será ahora lo normal?

No supe si el nudo lo tenía en la boca del estómago o en la garganta, lo cierto es que sentía que mi mundo subía y bajaba justo ahí, mientras el corazón le marcaba la pauta con latidos acelerados. Exactamente un año después de la declaración de la pandemia, ahí estaba yo haciendo fila para la vacuna. No tuve miedo, se me desbordaba la emoción. Tenía ganas de llorar y luego de aplaudir como lo hacen algunos en el cine cuando se acaba la película; y lo único que hice fue reír como hiena descontrolada. ¡Qué feliz estaba!

Soy una de los más de 2 millones de personas vacunadas contra el coronavirus en Arizona. Vivo en privilegio y estoy consciente de eso. Mientras el resto del mundo aún se tropieza con promesas de inmunización que no se cumplen, aquí cualquiera mayor de 16 años tiene acceso a una vacuna gratuita, segura y muy cercana a casa. Poco a poco se empieza a ver la luz al final de la pandemia.

Arizona ha sido un modelo para la distribución de la vacuna en Estados Unidos. Algunos estadios se convirtieron en clínicas masivas con autoservicio y trabajan las 24 horas, a pesar de todo. Las citas se hacen por internet; con un par de clics y mucha paciencia con el sistema es fácil conseguir una vacuna, a veces hasta en el mismo día. Después de la inyección, mientras uno espera un tiempo corto para ver si no hay reacciones graves, los voluntarios ya tienen lista segunda cita, para la otra dosis, si es necesaria. La mía viene en dos semanas más.

Cuando me entregaron mi carné de vacunación, una calcomanía y un pin de “¡Ya me vacuné!” fue cuando más feliz me sentí. Un paso más cerca a una vida con abrazos, sonrisas sin máscaras y eventos masivos; un poco más cerca de una normalidad que quizá ya se nos ha desaparecido por siempre.

Tuve suerte. Mi cuerpo, que ha sido puesto a prueba una y otra vez con enfermedades y accidentes, resistió fuerte. No tuve dolor de brazo ni fiebre, tampoco reacción alérgica. Fue un pinchazo sin más ni más. ¡Pero significa tanto! Me llega después el sentimiento de lo agridulce. Yo, aquí, sana, con mi familia sana y a los que más amo, sanos; pero allá en una urna ellos que no sobrevivieron. Que hubiera pasado si la vacuna hubiera llegado antes, quizá estaríamos festejando juntos.

He pasado un año deseando este momento y no sé si estoy lista todavía. Aunque hace mucho que no estoy en total aislamiento, lo cierto es que mi vida de antes se me antoja muy lejana. ¿Estamos listos para salir de nuestras cuevas físicas e internas para enfrentarnos al mundo después de tanto? ¿Qué será ahora lo normal? ¿Saldremos todos al mismo tiempo? No debemos dejar a nadie atrás. Que la vacuna nos proteja del virus y de la indiferencia, para que todos podamos sentir esto. Que no se nos olvide lo mucho que aprendimos en el encierro y soledad.

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Perfil del autor

Maritza Lizeth Félix es una periodista, productora y escritora independiente en Arizona. Nació en Magdalena de Kino, Sonora, México. La frontera ha sido su hogar y su inspiración por más de 15 años.
Su trabajo ha sido publicado en importantes periódicos de Estados Unidos, México y otros lugares del mundo, así como en las principales cadenas de televisión de habla hispana Univisión y Telemundo. Actualmente trabaja de manera independiente para la Organización Editorial Mexicana, Channel 4, Proyecto Puente, Uniradio Noticias, Telemax y Prensa Arizona. Fue reportera en el documental “Misterios de la Fe”, de Discovery Channel y fungió como productora del documental de la frontera de Estados Unidos y México para la serie televisiva “The Wall”, un trabajo investigativo mundial realizado por Rondo Media, del Reino Unido. También ha sido productora de proyectos especiales como coberturas políticas, electorales y de inmigración para Al
Jazeera y fue la productora de investigación en el galardonado reportaje “Risking It All For America – Riding The Train Of Death”, de Channel 4 en Inglaterra.
En 2011 fue nombrada por Chicanos Por La Causa como una de los “40 Líderes Hispanos menores de 40 años” en reconocimiento a su trabajo periodístico e influencia en el estado. Félix ha ganado cinco premios Emmy y fue la primera ganadora del premio a la “Mejor Crónica Escrita en Estados Unidos”, de Nuevas Plumas. También ha recibido múltiples galardones del Arizona Press Club por sus reportajes. En 2012 y 2013, la revista Phoenix New Times la nombró como la “Mejor Periodista de Habla Hispana” en Arizona.
Maritza está felizmente casada y es mamá de unos mellizos curiosos que retan y alimentan su imaginación todos los días y llenan su vida de alegría, amor y carcajadas.

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