El pueblo tiene derecho a la rebelión

Ya no hay excusas para no interpretar claramente lo que dijo el presidente. Es una declaración peligrosísima que debe servir de alerta nacional. Clara y  simplemente, Donald Trump no quiere ceder el poder

Cuando el contrato social se quiebra, el pueblo tiene derecho a derrocar al soberano. Ese parece ser el escenario al que se encamina Estados Unidos, si el presidente Donald Trump se rehúsa a aceptar una derrota electoral el 3 de noviembre.

“Bueno, vamos a tener que ver qué pasa. Ustedes saben eso. Yo me he estado quejando muy fuerte sobre los votos. Y los votos son un desastre…”, dijo Trump negándose a comprometerse a una transición pacífica del poder.

Es más que obvio que con su «vamos a ver qué pasa…», el presidente Trump, coherente con su táctica de generar confusión, está enviando un mensaje telegráfico de doublespeak orwelliano a sus seguidores.

Supremacista racial. FOTO: Wikimedia Commons

Aunque no lo dice literalmente, parecería sugerir que «si pierdo, salgan a la calle». Una proposición irresponsable y más que volátil en un contexto político en el que hemos sido testigos de milicias de supremacistas raciales marchando con sus fusiles y sus antorchas en calles de ciudades estadounidenses, apoyando al presidente y atacando, y hasta asesinando, a manifestantes que condenan la brutalidad policial y el racismo.

“Desháganse de los votos y tendremos… y tendremos una muy pacífica… no habrá una transición, honestamente. Habrá una continuación…”, dijo el presidente.

Es claro que esto no es un exabrupto más de Donald Trump sino que un slip freudiano que revela, aparte de sus deseos íntimos, una concepción de un modelo de gobierno que más allá del autoritarismo se puede definir como totalitarismo.

Continuar en el poder

Ya seamos demócratas o republicanos o independientes, conservadores o liberales, ya no hay excusas para no interpretar claramente lo que dijo el presidente. Es una declaración peligrosísima que debe servir de alerta nacional. Clara y  simplemente, Donald Trump no quiere ceder el poder.

Pero no hay que sorprenderse mucho, porque, en realidad, como en una crónica garciamarquezca, el presidente ya nos lo había venido anunciando, en varios de sus mitines políticos, que no tiene la menor intención de irse.

“Vamos a ganar otros cuatro años. Y después de esto, vamos a ir por otros cuatro años porque espiaron a mi campaña. Sería para rehacer cuatro años”, dijo en agosto.

Y días atrás, en Nevada, volvió a insistir: “(V)amos a ganar otros cuatro años más en la Casa Blanca. Y después de eso, vamos a negociar, ¿correcto? Porque probablemente, en base a como nos trataron, probablemente tenemos derecho a otros cuatro después de eso”.

Democracia o totalitarismo

Para los que les gusta las referencias históricas, la marcha de los acontecimientos se parecen cada vez más a la República de Weimar en la que Adolfo Hitler, después de llegar al poder a través de elecciones democráticas, motivó y lanzó a las calles a sus fuerzas paramilitares a que generarán caos y, como gota que rebalsa el vaso, incendió el Reichstag para usarlo como excusa para tomar el poder absoluto.

Donald Trump no es Adolfo Hitler. Pero, como el dictador germánico, se presenta como el desafío más dramático que han confrontado las instituciones democráticas estadounidenses en nuestra historia contemporánea. Las opciones no pueden ser más claras. En solo cincuenta días, la ciudadanía deberá elegir entre democracia o totalitarismo.

Y, a no equivocarnos, si se desconoce la voluntad popular, si se quiebra el contrato social, si un tirano intenta usurpar el poder, como bien lo dijo John Locke tres siglos atrás, el pueblo tiene derecho a la rebelión.

Nestor Fantini
Co-editor de hispanicla.com


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Autor

  • Nestor M. Fantini, M.A., Ph.D. (ABD), is an Argentine-American journalist, educator, and human rights activist based in California. Since 2018, Fantini has been co-editor of the online magazine HispanicLA.com. Between 2005 and 2015 he was the main coordinator of the Peña Literaria La Luciérnaga. He is the author of ´De mi abuela, soldados y Arminda´ (2015), his stories appear in ´Mirando hacia el sur´ (1997) and he is co-editor of the ´Antología de La Luciérnaga´ (2010). He is currently an adjunct professor of sociology at Rio Hondo College, Whittier, California. As a refugee and former political prisoner who was adopted as a Prisoner of Conscience by Amnesty International, Fantini has dedicated his life to promoting the memory of the victims of state terrorism of the Argentine civil-military dictatorship of the 1970s and is currently coordinator of Amnesty International San Fernando Valley. Fantini graduated from Woodsworth College and the University of Toronto. - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - Néstor M. Fantini , M.A., Ph.D. (ABD), es un periodista, educador y activista de derechos humanos argentino-estadounidense que reside en California. Desde 2018, Fantini es coeditor de la revista online HispanicLA.com. Entre 2005 y 2015 fue el coordinador principal de la Peña Literaria La Luciérnaga. Es autor de De mi abuela, soldados y Arminda (2015), sus cuentos aparecen en Mirando hacia el sur (1997) y es coeditor de la Antología de La Luciérnaga (2010). Actualmente es profesor adjunto de sociología, en Rio Hondo College, Whittier, California. Como refugiado y ex prisionero político que fuera adoptado como Prisionero de Conciencia por Amnistía Internacional, Fantini ha dedicado su vida a promover la memoria de las víctimas del terrorismo de estado de la dictadura cívico-militar argentina de la década de 1970 y actualmente es coordinador de Amnesty International San Fernando Valley. Fantini se graduó de Woodsworth College y de la Universidad de Toronto.

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