El fundamentalismo evangélico y la ciencia
Me preocupa como se ha incrementado el rechazo a la ciencia y sus componentes por parte de ciertos grupos fundamentalistas en pleno siglo XXI y su influencia en grandes sectores de la población
“Los entendidos resplandecerán
como el resplandor del firmamento;
y los que enseñan la justicia a la multitud,
como las estrellas a perpetua eternidad.
Pero tú, Daniel, cierra las palabras
y sella el libro hasta el tiempo del fin.
Muchos correrán de aquí para allá,
y la ciencia se aumentará.”
(Libro del Profeta Daniel 12:3-4).
La Ciencia y la Teología Bíblica no son excluyentes entre sí, a pesar de algunos fundamentalismos evangélicos que rechazan el conocimiento científico y algunos ateísmos que tratan el cristianismo como una religión enfrentada al conocimiento y la razón.
En cuanto al ateísmo, hay mucho debate en relación al término mismo. Un ateo puede ser alguien que esta positivamente convencido de que no hay Dios, o puede ser alguien que no encuentra ninguna razón para creer que Dios exista y por lo tanto vive a su manera sin tener a Dios presente en su vida y sus acciones.
Es una casualidad histórica que un día después del éxito de la quinta misión de la NASA a Marte con el aterrizaje del Perseverance y el mini-helicóptero Ingenuity, se celebrara el nacimiento de Nicolás Copérnico nacido el 27 de febrero de 1473 en el reino antiguo de Polonia.
Copérnico, a pesar de vivir rodeado del poder omnipresente y represivo de las instituciones eclesiásticas medievales, formuló una pregunta avanzada para su época:
¿Y si la tierra no es el centro del universo como todos creemos?
La respuesta a esta pregunta fue un reto a la poderosa religión cristiana católica y lo llevo a alzar su mirada y pensamiento al firmamento. Copérnico se dedico a estudiar las estrellas, la luna y el sol. En 1543 publicó la teoría heliocéntrica del sistema solar, que cambiaria para siempre la forma en que se entiende el universo.
Copérnico colocaba al Sol casi al centro del Universo en lugar de la Tierra como pregonaba la religión cristiana de la edad media. También estableció que alrededor del Sol se encuentran Mercurio, Venus, Tierra y Luna, Marte, Júpiter, Saturno y las estrellas fijas. Dijo que la tierra tiene tres movimientos: rotación, traslación y la inclinación sobre su propio eje, además que la distancia entre la Tierra y el Sol es corta cuando se compara con la distancia a las estrellas.
Hoy algunos evangélicos fundamentalistas tratan de desvirtuar los aportes de la ciencia al conocimiento y desarrollo de la humanidad. En una época marcada por la pandemia del Covid19, han proliferado los literalismos bíblicos y las hermenéuticas mezcladas con teorías conspirativas en contra de las vacunas.
Un reportaje escrito por Lautaro Grinspan y publicado recientemente por el Miami Herald afirmo que en diciembre de 2020, el apóstol Guillermo Maldonado, fundador y líder de la megaiglesia latina El Rey Jesús, en Kendall, Florida, le predico a su congregación que las vacunas en contra del coronavirus podrían ser usadas para rastrear personas y que podrían alterar el ADN humano.
“No te pongas la vacuna. Cree en la sangre de Cristo, cree en la inmunidad divina” expresó Maldonado, quien por cierto recibió al entonces Presidente Trump en su iglesia. Allí inició en enero del 2020 su fallida campaña para la reelección del mandatario denominada la Coalición de Evangélicos por Trump.
Es público y notorio que Trump desestimó los consejos de la comunidad científica y de los médicos expertos en relación al Covid19. Las terribles consecuencias de su irresponsabilidad las está sufriendo el pueblo estadounidense hoy con más de 500,000 muertos y cerca de 29 millones de contagiados.
En el artículo publicado por el Miami Herald el 11 de febrero se reporta que el pastor Aníbal Flecha, de la iglesia El Deseado de Las Naciones en Homestead, Florida, crítico a los medios de comunicación por supuestamente incrementar los miedos en relación a la pandemia del Covid19.
En la predicación del 24 de enero dijo:
“El miedo es una herramienta de Satanás para matar gente. Si te infectas, no tengas miedo. Dios no te va a abandonar en ningún momento”.
En diciembre pasado, el pastor Noé Miniel de una Iglesia Pentecostal en Miami , dijo lo siguiente en un sermón:
“Ellos dicen que la vacuna es 95% efectiva. Bueno, no quiero estar entre el 5%. Tú puedes tener efectos secundarios, algunos van a morir. Este año de coronavirus nos ha mostrado que algunas personas son capaces de sacrificar su libertad por el sistema global”.
Marie Alvarado, del Comité de Servicio de la Sociedad de Amigos, mejor conocidos como los Cuáqueros, y que ha estado ayudando a organizar puntos de pruebas gratis del Covid19 en áreas rurales dijo que entre los campesinos se refieren a la vacuna como “la marca del diablo”.
El movimiento renacentista que iluminó la oscuridad de la Edad Media tuvo elementos religiosos influenciados por grandes pensadores cristianos como Tomás de Aquino o San Agustín de Hipona, quienes apoyaron el conocimiento del mundo natural por medio de la razón.
La reforma protestante del siglo XV liderada por el monje y teólogo alemán Martin Lutero produjo un rechazo de muchas de las creencias retrógradas del cristianismo de la Edad Media. Aunque históricamente siempre han existido fundamentalismos en las iglesias cristianas, no se puede generalizar. Los evangélicos son un movimiento muy variado y el de mayor crecimiento en América Latina.
El pastor Gabriel Salguero, presidente de la Coalición Nacional Evangélica Latina (NALEC) informo que la organización que preside está trabajando en coordinación con el Ad Council en Florida para desarrollar una campaña de educación pública orientada a los evangélicos para explicar la importancia de vacunarse y para contrarrestar teorías conspirativas en cuanto a la vacuna.
Salguero en entrevista con el Miami Herald expreso:
“Creo que las personas tienen derecho a hacer preguntas. Nosotros como pastores no podemos y no debemos involucrarnos en teorías conspirativas. Necesitamos utilizar nuestros púlpitos y nuestras plataformas para compartir información confiable en colaboración con los expertos en salud. Debemos hacer un esfuerzo intencional, transparente, basados en la verdad y la ciencia, y dejar que la gente tome sus propias decisiones”.
En la época de Copérnico y Lutero, la iglesia católica trataba de monopolizar el conocimiento por la interpretación magisterial e infalible de las sagradas escrituras. Además, con el control de la información por medio de la restricción del acceso a los libros mayormente escritos en latín.
La invención de la imprenta de Gutemberg en 1445 ayudó a propagar otras visiones e interpretaciones del mundo y del universo por medio de la publicación de la Biblia y libros de ciencia y filosofía no solo en latín sino también en alemán, ingles, español, portugués y otros idiomas vernáculos.
La ciencia y la fe no tienen por qué ser dos elementos antagónicos, según el biofísico y teólogo anglicano de la Universidad de Oxford Alister McGrath que público el libro La Ciencia desde la Fe. No tiene por qué existir una contradicción inevitable entre el elemento religioso y lo científico, ambos son “mapas complementarios de la identidad humana”.
Hoy el reto es la proliferación de información errónea, de medias mentiras y medias verdades, mezcladas con las teorías de conspiración. Cualquiera con acceso a internet y una computadora o teléfono inteligente, puede fabricarse su propia teoría conspirativa y su interpretación particular de la Biblia y circularla ampliamente en Youtube, grupos de Facebook y WhatsApp.
Lamentablemente, en muchos casos estas interpretaciones y teorías son replicadas por algunos pastores desde sus púlpitos en las iglesias.
Al observar el aterrizaje del Perseverance y el Ingenuity en el planeta Marte no dejo de admirar la persistencia en medio de los fracasos, retos y dificultades – tanto como la originalidad y capacidad de invención – de los hombres y mujeres que desde los tiempos de Copérnico se han dedicado al estudio astronómico del universo y biológico de los seres vivos hasta lograr comprobar por medio del ensayo y error las hipótesis planteadas.
Sin embargo, me preocupa como se ha incrementado el rechazo a la ciencia y sus componentes por parte de ciertos grupos fundamentalistas en pleno siglo XXI y su influencia en grandes sectores de la población.