En el Mes de la Herencia Hispana los latinos necesitan al menos respeto y reconocimiento  

A pocas semanas de las elecciones presidenciales, demócratas y republicanos luchan por cada "voto latino"

Inició esta semana el mes nacional de la Herencia Hispana, un ciclo de celebraciones y manifestaciones culturales cuando expresamos apego a las tradiciones de antaño y añoranza por el terruño. 

La herencia hispana y el voto latino

Se observa desde 1968 como “semana” establecida por el presidente Lyndon Johnson. En 1988 el presidente Ronald Reagan la extendió a 30 días. 

Este año, más que otros, la situación política del país incide en el carácter del evento. A pocas semanas de las elecciones presidenciales cada bando lucha por una tajada del “voto latino”. 

El presidente Biden anunció su comparecencia en un evento de gala del Instituto del Caucus Hispano del Congreso (CHCI).  A diferencia de veces anteriores, la vicepresidenta y candidata a la presidencia Kamala Harris y no él pronunciaría el discurso principal en la reunión que precede a la celebración. 

Igual participación tuvieron los presidentes Carter, Reagan, Clinton, George W. Bush y Obama. George Bush padre no pudo asistir. 

En cambio, la invitación a Trump durante su presidencia fue rescindida en 2017 por su política de separación de familias en la frontera; desde entonces, el entonces mandatario boicoteó el evento. 

Este año, como si fuese una burla, la campaña republicana lanzó un nuevo video para el Mes de la Herencia Hispana. En él, Trump baila torpemente al son de una cumbia que repite “Qué mala, Kamala”. Hay también una declaración, pero no de él sino de un funcionario de la campaña. Es una apelación a una pequeña parte de la comunidad latina.

Dice: “Kamala Harris está tratando de traer las mismas políticas comunistas fallidas de gran gobierno, controles de precios, censura y guerra política legal de Cuba y Venezuela aquí”.

Entre 2016 y hoy, el número de potenciales votantes latinos se catapultó de 27 millones a 36 millones. Así no se consigue su apoyo. Y en total según el último censo el número de personas cuyos ancestros vinieron de España, México, el Caribe, América Central y del Sur es de 65 millones.

Una comunidad que no merece ser un botín de guerra

De ambos lados hay discursos y promesas. Pero un discurso ante congresistas latinos no dice mucho sobre la política que tendría una presidenta Harris respecto a nuestra comunidad. Pero mientras que el mensaje de la candidata demócrata es de respeto y esperanza, el republicano es de hostilidad, división y más falsedades, sin referencias a la naturaleza del evento.

En el sitio de campaña “Latinoamericanos por Trump” se enumeran las contribuciones del expresidente “sin parangón en la historia”, detallando medidas económicas generales y acciones de política exterior contra Cuba, Nicaragua y Venezuela. Ni una acción específica por los hispanos. Ni siquiera una alusión a las necesidades y desafíos de la comunidad

Es más: durante el debate del 10 de septiembre entre Harris y Trump hubo una sola mención a la palabra latino. Y si bien el exmandatario repitió las consignas de sus mítines que pintan a los latinos como criminales abyectos, no hubo una contrapartida del otro lado.  

Merecemos más consideración, no sólo durante el Mes de la Herencia Hispana, no sólo durante la campaña presidencial sino en todo momento. 

La campaña de Harris acaba de lanzar una iniciativa publicitaria para granjearse el voto latino haciéndose presente en combates de boxeo y partidos de béisbol. Sus pancartas la llaman “Luchadora”. Sabemos que no es Trump. 

Bien, pero quisiéramos conocer su plan migratorio, económico y social dirigido a la comunidad. 

El mes de la Herencia Hispana no es solo una muestra de unidad de la comunidad, sino también de su diversidad. Celebramos las diferencias que nos distinguen por lugar de origen. Es sólo aquí donde el destino común nos une y nos da nombre: latinos. Las campañas tienen ahora casi un mes para reconocerlo, recapacitar y demostrar su respeto.   

Autor

  • Gabriel Lerner

    Fundador y co-editor de HispanicLA. Editor en jefe del diario La Opinión en Los Ángeles hasta enero de 2021 y su actual Editor Emérito. Nació en Buenos Aires, Argentina, vivió en Israel y reside en Los Ángeles, California. Es periodista, bloguero, poeta, novelista y cuentista. Fue director editorial de Huffington Post Voces entre 2011 y 2014 y editor de noticias, también para La Opinión. Anteriormente, corresponsal de radio. -- Founder and co-editor of HispanicLA. Editor-in-chief of the newspaper La Opinión in Los Angeles until January 2021 and Editor Emeritus since then. Born in Buenos Aires, Argentina, lived in Israel and resides in Los Angeles, California. Journalist, blogger, poet, novelist and short story writer. He was editorial director of Huffington Post Voces between 2011 and 2014 and news editor, also for La Opinión. Previously, he was a radio correspondent.

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