Expertos: la vacunación de los niños es crucial para derrotar al coronavirus
En el marco de la serie de conferencias de prensa organizadas por Ethnic Media Services, un panel de expertos describió el jueves 12 de noviembre ante decenas de editores y reporteros los actuales esfuerzos para vacunar a más de 28 millones de niños estadounidenses de 5 a 11 años de edad contra el COVID-19.
Durante la primera semana de aprobación de la vacuna para esta edad, dijo Sandy Close, directora de Ethnic Media Services, al presentar al panel, se vacunaron 700,000 niños.
Participaron la profesora de medicina Mónica Ghandi, de la escuela de Medicina en la Universidad de California San Francisco; la Dra. Jennifer Miller, pediatra en el Alta Bates Summit Medical Center en Oakland, California; María Elena Meraz, fundadora y directora de Parent Engagement Academy de Los Ángeles, y la enfermera Madison Sandoval, que trabaja en escuelas del área de la Bahía de San Francisco.
Ante la variante delta que no ceja, la resistencia a la vacuna y la cantidad de niños que se han contagiado, hospitalizado y hasta muerto del coronavirus, la pregunta que cabe es ¿cuánto tiempo pasará hasta que podamos vacunar a todos nuestros niños?
Dra. Mónica Ghandi
“Hemos recibido resultados positivos el 20 de septiembre sobre la vacuna de prueba para niños de 5 a 11 años”, dijo la Dra. Ghandi, “lo suficiente para mostrar una reducción mayor a 90% en los síntomas graves de la enfermedad”. Las pruebas se efectuaron con miles de niños; otros tantos recibieron un placebo.
“Hemos registrado un aumento considerable en las hospitalizaciones y las muertes de niños a causa de la variante Delta. Han sido centenares los muertos en todo el país. Esta ola nos hace decir que los niños deben vacunarse. El covid se ha convertido en la octava causa de muerte de niños en todo el país.
La vacuna no solamente los protege a ellos sino que también reduce la transmisión por parte de chicos que están vacunados.
Son 28 millones de niños en esta edad. Y a raíz de que no hemos logrado las tasas de vacunación esperadas, es aún más urgente proteger a los niños. Pero al mismo tiempo nos aseguramos de que tomamos todas las medidas de seguridad.
La dosis de la vacuna producida por Moderna que muchos de nosotros recibimos es de 100 microgramos. Pero aunque la compañía pidió la autorización de esa vacuna para niños de 12 a 17 años de edad, el pedido no fue aprobado porque es demasiado y conlleva un riesgo de causar miocarditis.
Por su parte, la dosis de la vacuna de Pfizer tanto para adultos como para niños de 12 a 15 años es de 30 microgramos. Para los de 5 a 11 años la recomendación tanto de Pfizer como de la FDA, el gobierno federal, es de 10 microgramos.
Pensamos que esas dosis son seguras y eficientes.
Los lapsos entre vacunas varían con la edad y con el tipo de vacuna. Por ejemplo, la de Pfizer trabaja mejor si se extiende el intervalo a 7-8.
Hay diferencias en la cuestión del lapso entre vacunas en relación a la miocarditis, que si bien es liviana y rara, cambia si el lapso entre dosis es de 3 semanas, tal como lo analizó en Israel o de ocho semanas, como en Canadá. En Canadá el riesgo es mucho menor gracias a ese intervalo. El cuerpo produce más anticuerpos.
Pregunta: Si vacunamos a todos os chicos, cuán cerca estaremos de la meta de 80% de la población, necesaria para alcanzar la inmunidad de grupo (herd immunity).
La verdad es que el término “herd immunity” está desapareciendo lamentablemente, porque la emergencia de Delta hace difícil pensar que llegaremos a esa inmunidad. En lugar de ello llegaremos a una etapa que llamamos de control.
En esa etapa tendremos que ser siempre atentos a la vacunación, y para aquellos que no se vacunen, tendremos dentro de poco a nuestra disposición tratamientos antivirales posiblemente durante el mes y medio próximo. Pero sí, debemos vacunar a la mayor parte de la población posible, porque así protegeremos a esa porción y mantendremos el nivel de viralidad en la población más bajo.
Pero tenemos un problema que otros países similares no tienen y es el alto porcentaje de personas no vacunadas. Y si logramos vacunar a los 28 millones de niños eso agregará al caudal de vacunados y disminuirá el riesgo para toda la población, porque el virus encontrará cada vez menos huéspedes naturales».
Dra. Jennifer Miller
La Dra. Jennifer Miller, a quien Close definió como “una pediatra en el frente de batalla, dijo que “el 9 de septiembre llegó la noticia de que la vacuna de Pfizer fue aprobada para niños y ahí empezó una ola de miles de llamadas con preguntas, padres que esperaban de una vez la oportunidad de vacunar a sus chicos.
Entre otras cosas, la vacunación les quitaría la preocupación de tener que aislarse, que entrar en un período de cuarentena, o de no poder viajar en la temporada de las fiestas que ya se viene.
Pero también está el otro grupo de pacientes cautos y vacilantes, especialmente en las comunidades de color y las minorías.
Estos son padres que quieren esperar y ver qué pasa. Dicen, “yo me vacuné, creo en la ciencia, pero tengo miedo de vacunar a mis hijos por los efectos laterales y las consecuencias a largo plazo, que ni siquiera conozco». Por ejemplo, el miedo a la infertilidad, aunque no hay evidencias de que la vacuna tenga algún tipo de impacto, todos los datos muestran que no hay relación.
Esta es una excelente vacuna, y de ninguna manera cambia el DNA de la gente.
Tienen miedo también de la miocarditis, la inflamación en el corazón. Pero los casos que sí hubo fueron leves, desaparecen solos y no tuvieron consecuencias a largo plazo.
Por otra parte, en mi consultorio he visto en los últimos 20 meses un gran aumento de casos de ansiedad, depresión y pensamientos suicidas. Hay una crisis real de salud mental.
Es que a estos chicos los removieron de todo lo normal que conocían: la escuela, los deportes, los amigos, la actividad social. Y están tristes, porque no pueden ver a sus amigos para no propagar el virus. En los últimos meses, esta situación mejoró un poco, pero todavía hay un alto número de pacientes con problemas de salud mental. Un chico de 8 años con autolesiones. Otros con gestos suicidas o pensamientos suicidas.
Los veo todo el tiempo y lo mismo otros pediatras.
Entonces, los niños tienen que volver a la escuela lo antes posible. Por tiempo completo. Y si no se vacunan esta crisis de salud mental va a continuar y seguirán fuera de la escuela.
Nuestros niños tienen que volver a la vida normal que tenían.
Se van a profundizar las disparidades educativas. Han perdido un año de estudios o más. Son niños de jardín de infantes que todavía no aprendieron a leer. O chicos con necesidades especiales que no recibieron terapia ocupacional. Típicamente hay más de ellos en familias de color y me procupa que sigan cayendo.
Las familias que tienen más posibilidades pueden contratar maestros para sus niños. Pero son pocos. En consecuencia, a medida que pasa el tiempo, la brecha educacional se seguirá abriendo.
El último punto es, por qué es importante vacunar a niños de 5 a 11 años. Hay 600,000 chicos que contrajeron el virus. Miles de ellos fueron hospitalizados y centenares de niños murieron del COVID, aunque no está ni cerca de la misma proporción que los adultos.
Si hubiese otra manera de prevenir que mueran lo hubiéramos hecho. Pero la manera es darse la vacuna.
Porque esto es lo que tienen que saber: aquellos que están decidiendo no darse la vacuna están decidiendo que van a contraer el virus. El virus no se va.
La vacuna protege a los niños y a los que están a su alrededor. A los abuelos, a gente con enfermedades crónicas, que tanto abundan en las comunidades de color, como diabetes, alta presión o alto nivel de colesterol.
Finalmente, nos preocupa que los números en California estén subiendo otra vez, porque somos mejor vacunados que otros estados. Quizás parte se debe a Halloween con todas las fiestas o reuniones familiares. Y ahora se viene la temporada de las fiestas y lo mismo que la temporada del flu que viene simultáneamente.
Entonces: vacúnese ahora, antes de las fiestas.
Díganles a los padres que se vacunen en cualquier lugar donde se encuentren. Vayan a su clínica o a las farmacias, en muchos casos ni siquiera tienen que hacer una cita en lugares como CVS, Wallgreen, Riteaid. Y nadie les va a cobrar nada. La vacuna es gratis.
María Elena Meraz
Trabajamos con quienes acuden a la academia para padres. Son miles de padres. El 90% de ellos inmigrantes, latinos. Estamos en los condados de Los Ángeles County y Ventura. Damos un ciclo de clases de paternidad de cinco semanas: una vez por semana durante una hora y media.
En estos días, es difícil convencer a muchos padres a que se den la vacuna. Vienen de familias pobres. Muchas veces no tienen ni la posibilidad de pagar por la televisión en cable. Para ellos es un lujo. En cambio miran lo que llamamos TV básica, pero ahí no hay mucha información y por eso la reciben de otras fuentes.
Se informan con amigos y familiares a través de Whatsapp o Facebook. Y existe una terrible ola de desinformación en Facebook y YouTube. En consecuencia, cuando les sugerimos que vacunen a sus hijos, nos dicen: “preferimos esperar”.
Los padres aceptan la vacuna para ellos mismos pero no para los niños. Y hay familias que se separaron en torno a la decisión de vacunarse. Tenemos que encontrar la manera de enviar un mensaje único y uniforme a todas las familias.
Pregunta: Las escuelas ¿están preparadas para enfrentar los problemas de salud mental?
Si, porque proveen servicios adicionales para los alumnos, más allá del COVID. Muchos padres entienden que incluso si no aceptan la vacuna deben enviar a los niños a la escuela, porque tienen que trabajar. Muchos no creen en la vacuna para nada pero tienen que hacerlo.
Madison Sandoval
Sandoval, una enfermera escolar, reconoció que hay casos de miocarditis entre niños y también de reacciones alérgicas severas a la vacuna. Todo eso hace que los padres quieran esperar. «Yo misma he visto a niños con efectos secundarios de la vacuna que tuvieron que irse a su casa».
«Se forman entonces de a poco dos grupos. Los vacunados y los no vacunados. Y ha comenzado el bullying, la intimidación contra los no vacunados. Y se forman clicas.
Tenemos que ayudar, educar a los padres, enseñarles y darles apoyo emocional, ayudarnos entre nosotros.
Entonces surge la pregunta: la escuela, ¿puede proteger a los no vacunados? Va más allá del mero hecho de vacunarse. Mientras no todos estén vacunados, el uso de la máscara y la ventilación de las aulas son buenas medidas preventivas.
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