Juan Grabois: ex candidato presidencial argentino en El Fogón de Los Ángeles
El ex precandidato a presidente y referente de movimientos sociales dijo que el proyecto de Milei es deshumanizante, que aumentó la pobreza un 15% en dos meses, mientras que el pueblo carece de una conducción política opositora. Los movimientos sociales y los sindicatos dan pelea, pero hay signos de agotamiento entre quienes resisten
El Fogón de Los Ángeles recibió la visita de Juan Grabois, ex precandidato a presidente de la Argentina en las primarias del año pasado por un frente encabezado por el peronismo, oportunidad en la que obtuvo un millón y medio de votos.
Fue el pasado viernes 1° de marzo, en el foro abierto que patrocina Hispanic LA, los primeros viernes de cada mes. Grabois es abogado, sociólogo, fundador del Movimiento de los Trabajadores Excluidos y de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular de la Argentina.
La misma noche en que el presidente Javier Milei visitaba el Congreso argentino para inaugurar el período de sesiones ordinarias, Grabois contextualizó al gobierno del “libertario”, que tanto sufrimiento está generando en el país y tanta atención despierta fuera de la Argentina.
Un experimento peligroso
En ese sentido, Grabois consideró que “Argentina se ha convertido en un experimento peligroso a nivel nacional e internacional. Milei es una celebridad cuya principal característica es plantear que la justicia social es una aberración, que cualquier sistema que incluya impuestos para que un Estado haga cosas por su pueblo está mal y que las grandes corporaciones son dueñas de la humanidad. Es decir, da un salto en el planteo. Las críticas tradicionales al Estado de Bienestar siempre fueron la ineficiencia y la corrupción, pero ahora él cuestiona el concepto de justicia social en sí mismo. Por otro lado, Milei se está posicionando como un líder internacional de algo que ya ni siquiera se puede llamar derecha, porque en realidad es un proyecto deshumanizante”.
Pobreza
En relación a la cotidianidad de la Argentina, Grabois remarcó: “Se ha producido un aumento de 15 puntos porcentuales de pobreza en dos meses de gobierno, que equivalen a lo que aumentó la pobreza durante los períodos completos de Mauricio Macri (10 por ciento) y Alberto Fernández (5 por ciento). Esto, más la indigencia, que se coloca en el 15 por ciento, son producto de una devaluación del 115 por ciento. Porque no solo no compensaron, sino que, además, destruyeron las políticas compensatorias que había, por ejemplo, desfinanciando los comedores comunitarios”.
“En Argentina hay cerca de 40 mil comedores comunitarios. En nuestra organización Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) son más de mil y en nuestra federación UTEP (Unión de Trabajadores de la Economía Popular) son unos 25 mil. Esta decisión de Milei afecta principalmente a niños y niñas que se alimentan en esos comedores”, dijo Grabois. “Incluso en el gobierno de Macri se continuó con los comedores, por conveniencia política, no por sensibilidad social. Pero llamaban a la Cruz Roja, que somos nosotros, y conteníamos esta situación. Ahora se eliminó todo eso, y también en las provincias.
Por lo tanto, con las políticas de Milei, en dos meses, la demanda social se duplicó y la respuesta se redujo. Todo esto en un plazo muy corto, y la verdad que lo están haciendo muy bien, no hay que subestimarlos. A veces veo una dirigencia política un poco alejada de la realidad, que habla con la heladera llena. Se ríen de Milei, dicen que es un loco, que ya va a caer, que esto y que lo otro. Será lo que será, pero la verdad que nos impuso una devaluación del 115 por ciento, destruyó las políticas sociales, hay un decreto que está aún vigente y es nefasto, licuó los salarios, las jubilaciones y la asistencia social como nunca antes en tan poco tiempo”.
Política autoritaria
En cuanto a lo político institucional, el líder de Frente Patria Grande consideró que lo que está pasando es muy grave. “Milei trae un mecanismo autoritario y unitario (centralizado en Buenos Aires), y esto está generando la reacción de los provincianismos, que a veces se exacerban al punto de parecerse a separatismos” advirtió.
Y explicó que “a partir de las definiciones arbitrarias e inconstitucionales del gobierno en relación al manejo de los recursos federales, la reacción es que las provincias empiezan a funcionar casi como como sindicatos que pelean su propia paritaria, y si no pueden resolverse se meten para adentro. Por eso digo que sí hay un peligro de disgregación nacional. Un ejemplo es lo que sucede con el gobernador de de Chubut, que es macrista (aliado de Milei) y amenazó con cortar el suministro de petróleo a la Nación”.
“Por otro lado –continuó Grabois- su prédica combina el ultraliberalismo económico con una política explícitamente represiva y esto ha generado una reacción política, particularmente en el peronismo, dónde empieza a introducirse un elemento fascistoide. Los gorilas en Argentina (los antiperonistas) inventaron que el peronismo era nazi y el problema es que algunos nazis se lo creyeron, entonces hay una cantidad de nazis disfrazados de peronistas que consideran que el triunfo de Milei es producto de feminismo, el progresismo. Dicen que el problema es que el peronismo haya perdido su eje, pero no pone en el eje la justicia social sino una suerte de nacionalismo en el que también entra el machismo la homofobia, el antisemitismo y que está empezando a ser atractivo. Este discurso está llegando a muchos jóvenes que ven en esto la respuesta al neoliberalismo de Milei. Es la disrupción de la disrupción, y es peligroso”.
La oposición desorientada
Grabois fue el año pasado precandidato de Unión por la Patria, aunque él no sea un militante orgánico del kirchnerismo. De hecho, en el zoom de El Fogón, fue crítico con la dirigencia de su propia fuerza política: “La oposición política tiene una desorientación absoluta, las jefaturas tradicionales, como el caso de
Cristina (Fernández de Kirchner), no están ejerciendo esas jefaturas. Si no hay conducción política, ni colectiva individual, cada uno hace lo que puede o están especulando, y cuando les conviene dicen algo, pero el pueblo está absolutamente desprovisto de liderazgos alternativos. Nosotros estamos reafirmando que el problema no es que haya habido ampliación de derechos civiles en los periodos anteriores, el problema en todo caso es que aumentó la pobreza y que hubo una gestión de la economía y del Estado que no fue verdaderamente ni popular ni con una perspectiva de soberanía. Los movimientos sociales y el movimiento sindical están dando pelea, pero la estamos perdiendo”.
Batalla cultural
Además del aspecto socioeconómico, y del político institucional, también está la batalla cultura. En relación a eso, Grabois no dudó: “Esa batalla también la estamos perdiendo. Milei apela permanentemente a una especie de complot marxista leninista gramsciano internacional para infectar la cultura de elementos del socialismo. Él se cree un elegido para dar esa batalla cultural que consiste básicamente en destruir los principios de un humanismo elemental, los principios de solidaridad más básicos, ni que hablar de soberanía política ni independencia económica”.
Por otro lado, apuntó que “toda expresión de incidencia recibe rápidamente una reprimenda a veces directamente del presidente, a veces de sus ministros, y en general de los medios de comunicación con los que el presidente tiene una relación ambigua, por un lado, apoyan su programa económico claramente corporativo, por otro lado, como existen microdisputas de poder con el grupo que orbita alrededor de Mauricio Macri, cada tanto lo sacuden un poco para para negociar. Ese es el panorama que tenemos, es un panorama en el que todos los signos de una crisis de gobernabilidad están en el aire, pero lo más grave que yo veo, es que, si se consolida este modelo, vamos a asistir a una implosión del tejido social de la Argentina que ya venía muy debilitado, este golpe va a implicar una ruptura difícil de recuperar. A todo esto, se suma que los que estamos tratando de dar pelea tenemos un nivel de agotamiento colectivo muy grande, hay un nivel de hostigamiento enorme, persecución y presión psicológica comunicacional, amedrentamiento, amenazas, eso es el pan nuestro de cada día”
El próximo encuentro de EL FOGÓN tendrá lugar el viernes 5 de abril a las 4:00 pm de Los Ángeles, California.
Transcripción de las preguntas y respuestas
El coeditor de Hispanic LA, Néstor Fantini agradeció la presencia de Grabois en el Fogón: “Por aquí han pasado ex candidatos presidenciales, ex ministros, líderes políticos, escritores, pero para mí de verdad, de todo corazón, es un honor tenerte por todo lo que representás para ciertos sectores del pueblo argentino”.
-Mi pregunta tiene que ver con que en muchas partes de América Latina, en Brasil con Lula, en Argentina con Cristina Kirchner, la persecución judicial es implacable. Ahora también te nombran a vos con respecto a los fondos fiduciarios de los comedores de los barrios populares. ¿Hay un ataque directo?
-El gobierno no tiene una rosca judicial como durante el gobierno de Macri. Los mecanismos del lawfare que vimos operar en los años anteriores no están operando de la misma manera, hasta creo que no lo hacen porque no lo necesitan, porque no hay una resistencia que todavía lo amerite, lo cual no quiere decir que no los activen más adelante. En relación a los ataques contra mí por el llamado Fondo de Integración Socio Urbana, no hay denuncias en la Justicia, sino en los medios de comunicación, y no solamente contra mí, sino fundamentalmente para desprestigiar el fondo y quedárselo el gobierno, y dejar de asistir a los comedores comunitarios.
Bruno Lima Rocha saludó e hizo su pregunta desde Brasil.
– ¿Cuál es el cambio cultural en los barrios populares y en los sectores trabajadores y desempleados que pueda explicar el avance electoral de Milei?
-Después de la crisis del 2001, cuando vino el proceso de recuperación económica, se consolidó una dualidad. Por un lado, los trabajadores formales y por otro lado gente que realiza actividades informales de subsistencia. Aún en los mejores momentos esos trabajadores eran el 30 por ciento, hoy son el 55 por ciento. Nosotros, desde 2001, venimos trabajando en consolidar la organización de ese sujeto en tanto trabajadores y no en tanto desocupados, porque la idea del desocupado es que no hace nada, y nuestros compañeros y compañeras trabajan mucho. En el reciclado, en el cartoneo (recolección de cartones), en el sector textil, en los comedores, en la agricultura familiar. La matriz organizativa fue cambiando a partir del desarrollo del concepto de economía popular. Eso es lo que todavía hoy sostiene el tejido social en los barrios. La contracara de esto es una penetración creciente en narco. El problema es la desproporción. Mientras que un chico de un barrio popular, trabajando 8 horas en una pizzería, puede ganar 10 mil pesos por día, mientras que vendiendo drogas 4 o 5 horas gana 30 mil.
Y el sistema ha empoderado la penetración de la narcoestructura, con consecuencias tanto en la vida de quienes están metidos en esas redes por una situación de necesidad, como quienes están en situación de consumo que ha crecido muchísimo y eso empieza a formar parte de la subjetividad colectiva en las barriadas, desplazando a los valores comunitarios que siempre fueron un baluarte del pueblo pobre. Ese es el riesgo mayor, y se está profundizando muchísimo. Por eso hay un proceso de deshumanización muy grande.
¿Por qué se tradujo todo eso en un voto importante en los sectores populares a Milei? Hay muchas teorías, la mía es bastante simple, el gobierno anterior terminó con ciento y pico por ciento de inflación, con una pobreza creciente y sin cumplir con su contrato electoral y con la promesa de empezar por los últimos para llegar a todos, entonces la desesperanza genera espacio a los falsos mesías, que los flautistas de Hamelin lleguen con su música, en este caso que los pesos devaluados se iban a convertir en dólares. Milei no es la deshumanización, sino la consecuencia y un proceso de deshumanización que empezó antes.
Rodrigo Briones, desde Toronto, Canadá, preguntó.
-Juan, ¿vos pensás que la mesa de los gobernadores podría ser una forma de articular una buena oposición al gobierno de MIlei? Me recuerda lo que se hizo en otras partes del mundo, probablemente con la larga marcha que hizo Chávez en Venezuela, que recorrió pueblo por pueblo, aunque es desgastante. La otra cosa es que nos gustaría como periodistas poder difundir información cierta, que quiebre el relato mentiroso de los medios de comunicación que es lo que reproducen los medios de acá.
-Sí, nosotros estamos trabajando en un esquema de comunicación que pueda servir también a nivel internacional para enterarse de lo que pasa en Argentina. En cuanto a los gobernadores, sí efectivamente puede haber una coalición o liga de gobernadores que haga de contrapeso al gobierno. Hasta ahora ha funcionado como oposición parlamentaria, que es muy importante, pero no logra frenar el corazón de la política del gobierno que es la destrucción de las masas salarial y de la base monetaria argentina. Porque el objetivo central es la dolarización, el trabajo sucio que viene a hacer Milei es la dolarización. Después, las corporaciones lo pueden utilizar y tirarlo. Pero la dolarización va a ser cruel, con salarios de 150 dólares, con suerte, además de otras cuestiones geopolíticas y culturales. Entonces, es un contrapeso, pero es un contrapeso parcial, y como siempre ha sucedido, solamente la movilización de pueblo más humilde y de los sectores medios puede frenar la ofensiva brutal que existe contra la sociedad y contra la naturaleza, porque claramente las regulaciones en los controles ambientales es parte de la misma política. Y lo han hecho muy rápido, mientras tenían algo de legitimidad. Siguen teniendo algo de legitimidad, a pesar del aumento de 15 por ciento de la pobreza. Entonces hemos quedado muy solo algunos. Ojalá que los gobernadores, yo hablo con muchos de ellos, no se cierren a los provincialismos, y formen parte de un frente de resistencia contra la política del gobierno.
Fantini se interesó por la relación que une a Grabois con el Papa Francisco y por la foto del Papa con Milei, que algunos interpretaron como un aval.
-Yo soy parte del Dicasterio de Desarrollo Humano Integral de la Santa Sede, por mi vínculo con él cuando era obispo. Yo nunca milité en la Iglesia, pero tuvimos mucho apoyo suyo en los movimientos sociales cuando era obispo, y después ese vínculo nos permitió organizar cuatro encuentros mundiales movimientos populares, en el que hay unos discursos muy fuertes y muy importantes de Francisco, y ahí surge la consigna “Tierra, techo y trabajo” que es la que adoptamos en muchos países de América Latina los movimientos populares.
En relación al encuentro del Papa con Milei, yo creo que, si alguien le pide un abrazo a un cura, lo tiene que abrazar, si le pide perdón, lo tiene que perdonar y si alguien le pide conversar, tiene que conversar. Eso fue lo que pasó, luego hay una sobre interpretación de los gestos. Pero si alguien tenía alguna duda, el Papa envió un video saludando al comité panamericano de jueces. Allí el Papa reafirma su posición respecto a la justicia social y establece la diferencia entre legitimidad de origen y legitimidad de ejercicio. Un mal gobierno pierde toda legitimidad.
Pablo Balustra, desde Córdoba, Argentina, enfocó su pregunta en la vicepresidenta Victoria Villaruel y el Partido Militar.
-¿Cómo ves vos la función que está cumpliendo la vicepresidenta (Victoria Villarruel) y la dicotomía entre el nacionalismo históricamente exacerbado del Partido Militar y la realidad de un gobierno que está entregando el país?
-Es una pregunta interesante. Villarruel está conspirando abiertamente para que caiga cuanto antes el gobierno, y no precisamente para defender los intereses de las clases populares. Hay una ruptura, lo sé de primera mano, entre Milei y Villarruel. Ella ha hablado con varios gobernadores para garantizarles un eventual gobierno más previsible, más normal. Es una mujer muy culta, muy formada, muy psicópata también. Y creo que hay un riesgo muy serio de que algunos caigan en la tentación de buscar una salida por ahí. No veo participación de los militares en actividad en relación a eso. Nadie está viendo que exista algún movimiento en las estructuras, en todo caso lo que hizo Milei en cambiar algunas cúpulas, fue para evitar una reacción ante un eventual cierre del congreso. Sacaron a los que tenían el manual democrático y dejaron profesionalistas. Eso es lo que me han dicho. Lo de Villarruel es una visión de una ultraderecha más tradicional que fácilmente podría empalmar con estas expresiones que se van desarrollando de que se ha vuelto cool un peronismo “fascistoide”, en oposición al peronismo progre que tuvo también sus oscuridades durante la etapa anterior. Esas oscuridades son básicamente pensar que los problemas se resuelven con el pico, pensar que los problemas se resuelven con una cuestión gramatical, nombrar muchos funcionarios y cambiar poco la realidad. Entonces, sobre la base de ese fracaso, de un progresismo elitista, aparece este fenómeno de que se vuelve cool ser un pseudo peronista ortodoxo, es lo que quieren vender como la disrupción de la disrupción.
Rubén Darío, desde Buenos Aires, Argentina, pidió que Grabois ampliara su visión sobre los desafíos que se confronta en la dimensión cultural.
-¿En lo cultural también se está perdiendo la batalla?
-Sí, se está perdiendo, hace un año nadie se auto percibía libertario, no existía esa identidad política. Hoy, un 15 por ciento de la población sí se identifica como libertaria, obviamente que no tiene nada que ver con los viejos libertarios y anarquistas. Esto se basa en un individualismo extremo y en la idea de que la justicia social es una aberración. Ha retrocedido la valoración de la democracia y de la solidaridad como valores en nuestro país. Y cuando el presidente tambalea un poco, cuando discute con artistas o intelectuales, no es que tambalée su planteo cultural, sino porque se mete con gente que tiene micrófono. En todo el ataque contra el rol del Estado de la retribución de la riqueza, en la garantía de justicia básica, de derecho sociales y en el planteo híper individualista, viene ganando. Muestra algunos síntomas de debilitamiento, pero viene ganando.
Finalmente, Fantini propuso un ejercicio de imaginación política.
-Juan Grabois, presidente en el futuro… ¿cuál serían sus prioridades?
-Hay un eje que puede liderar un conjunto de políticas de desarrollo humano que es el de la tierra y la vivienda. Nosotros planteamos que tiene que haber una la planificación quinquenal en base a un plan general de desarrollo humano integral. Primero, en Argentina hay un déficit habitacional tremendo, con 11 millones de personas que son prácticamente siervos modernos porque dejan el 60% de sus salarios en alquileres. Y tenemos el 93% de la población en ciudades, en una Argentina macrocefálica. Planteo esto porque no es un tema aislado, no se puede escindir de todas las circunstancias macroeconómicas que nos condicionan, pero es un eje que tiene que ver con la vida cotidiana de nuestro pueblo, con el sufrimiento cotidiano de nuestro pueblo, y además, la construcción es un elemento dinamizador de la economía interna y el desarrollo urbano, la recuperación de los pequeños pueblos, la creación de nuevos pueblos, la recuperación de la ruralidad, tenemos solamente 4% de población rural dispersa, es una cosa inédita en Latinoamérica.
Segundo, recuperar la autoridad política, que es básicamente generar autoridad en base al ejemplo de una vida puesta al servicio de los demás y luego de tomar en serio la función pública, no poner a amigos ni parientes, sino a la gente que por conocimientos o por experiencia vital tiene capacidad de llevar adelante correctamente la función. Es decir que el Estado no sea un botín, como lo fue en el gobierno de Alberto Fernández, cuando hubo un loteo absoluto y un reparto irracional de los ministerios sin ninguna coordinación, sin ninguna planificación y sin autoridad política.
Y tercero, la participación comunitaria, las organizaciones libres del pueblo, el tercer sector, como quiera llamárselo. Lo que ellos llaman intermediarios, y para nosotros es la comunidad organizada. El pueblo, que es el segundo espacio de cohesión, después del núcleo familiar.
Esa es nuestra orientación, nuestra estrategia, y el plan de desarrollo humano integral es algo que seguimos diseñando cotidianamente con áreas que van desde ciencia y tecnología, hasta seguridad e inteligencia. No únicamente los ejes de tierra techo y trabajo, que son los que nos apasionan más, porque tienen que ver con nuestra trayectoria como como luchadores sociales, sino con un proyecto de país integral con un alto nivel de planificación, donde el sector privado desde luego tiene un rol, pero la dirección del proceso tiene que ser democrática, y eso implica la dirección pública del proceso socioeconómico, o por lo menos una orientación pública, donde en el centro está el ser humano y la naturaleza, y no la exacerbación de las ganancias que es lo que qué es lo que mueve el mundo hoy. Creo que lo hacemos con mucha seriedad y con mucho criterio de realidad, pero sin ese falso pragmatismo que implica la administración de la realidad y no una búsqueda genuina de transformación.
Finalmente, Fantini despidió al invitado con estas palabras: “Muchas gracias, ha sido un honor tenerte en este espacio y no solamente porque te percibo como una voz que representa a un sector que históricamente ha estado marginado en el país, sino también como una alternativa razonable, políticamente razonable para los sectores trabajadores, para la clase media y para el pequeño empresario argentino”.
El encuentro fue cerrado por Gabriel Lerner, fundador de Hispanic LA y editor emeritus de La Opinión (el periódico en español que históricamente ha sido el de mayor difusión en Estados Unidos).
“Aprovecho para agradecer por esta hora intensa de opinión, información y análisis, muy importante para mí, que no estoy en Argentina desde 1972, dijo Lerner. “Pero también me atrevo a pedir los textos de Grabois para publicar en Hispanic LA y en La Opinión, para llegar a la comunidad hispana aquí, queda esta invitación pendiente y muchas gracias por la presencia”.