La Argentina gira a la derecha
En este panorama del kirchnerismo, existe una medida para estabilizar el país, que probablemente se tome el 1 de enero de 2022, y es la creación de una nueva moneda nacional. La practica incluye una devaluación del 100%
Las elecciones internas del pasado 12 de septiembre en Argentina, marcarán un giro del volante político y económico del país.
En el año 2019, Cristina Kirchner fue la estratega de la retoma del poder perdido cuatro años antes, al lograr convencer a alguien que la denostaba públicamente, a ser al próximo Presidente de la Nación, a alguien que no la soportaba, a ser el Presidente de la Cámara de Diputados y a un economista fracasado, a ser el Gobernador de la Provincia de Buenos Aires.
Ella se colocó en la Vicepresidencia de la Nación, que a su vez es la Presidenta del Senado Nacional. Supuso que al ocupar estos cargos y dirigiendo los hilos del poder, nada podría salir mal.
Ninguno de los cuatro por separado, hubiera tenido el caudal de votos suficientes para ocupar un actual cargo político, por eso formaron el “Frente de Todos”, una coalición semi progresista que gano las elecciones presidenciales que, como diría Borges, no los unió el amor sino el espanto.
Y el espanto llego a los pocos meses de asumir, con una pandemia que mato a más de 115,000 personas. El 47% eran residentes de la Provincia de Buenos Aires, con el 60% de pequeñas y medianas empresas quebradas y con el 42% de pobreza real a nivel nacional, esta “ensalada” incrementó la inseguridad, la violencia y el tráfico de drogas.
Comprendo que esto no es exclusivo de Argentina, porque desde marzo del 2020 el mundo entró en un abismo de incertidumbre. Un virus invisible destruyó los sueños y las esperanzas de gran parte de la población.
Los lideres mundiales supieron unir a sus pueblos para afrontar la lucha. Si bien las primeras vacunas llegaron a fines del 2020, el control de daños a nivel mundial fue muy efectivo. No ocurrió lo mismo en Argentina, ya que la lucha por el poder, dentro de la misma coalición gobernante hizo que la economía emprendiese una caída libre.
El mal manejo de la pandemia fue exclusivo del poder, porque la oposición fue inexistente. Todos los ataques políticos vinieron de “fuego amigo”, ya que la coalición tiene mayoría en las dos cámaras, de diputados y de senadores. El mal manejo económico llevo al poder a chocar con la agroindustria.
Aumentaron las retenciones a la soya y se cerraron las exportaciones de carne vacuna, ambas fuentes indiscutibles de ingresos a las arcas impositivas. Incluso se limitó el ingreso de importaciones, creando un caos en los suministros de materia prima, limitando la producción y llevando a paralizar muchas industrias.
Sumado a esto, la cotización del dólar fluctúa en 99 pesos por dólar, el llamado oficial, a 185 pesos por dólar, el “blue” o irregular.
El 12 de septiembre pasado se efectuaron las elecciones internas, en vista a los comicios de medio tiempo que ocurrirán el próximo 14 de noviembre, para renovar senadores y diputados nacionales y provinciales. El resultado fue un duro golpe a la coalición gobernante. De 24 provincias el Frente de Todos se impuso en cinco, la oposición nacional representada por la coalición Juntos por el Cambio en 13 y, en las 6 restantes, ganaron partidos provinciales.
Es bueno aclarar en este punto que la coalición gobernante se declara públicamente de “izquierdas” o “progresista”, y la coalición de la oposición se declara “centro derecha”. Pero en realidad ambas no son lo que representan, ya que nada hay de “progresismo” en el gobierno y nada hay de “centro” en la oposición.
Lo que llamó la atención en estas votaciones internas, no fue tanto el retroceso del gobierno como la aparición de candidatos ultraconservadores, denominados liberales o libertarios, que obtuvieron más del 20% de los votos en el área más densa del país, formada por la Provincia de Buenos Aires y la Capital Federal.
Esto ha encendido una luz de alerta, tanto en el gobierno como en la oposición, no solo con miras al 14 de noviembre sino a las elecciones presidenciales del año 2023. Es que la gente o “el pueblo” buscan resultados económicos, ya que la inflación rondará el 50% a fines del 2021.
Por esa razón en los últimos días hubo una renovación del gabinete de ministros, que fue consensuada por el Presidente y su Vicepresidenta, imponiendo un Jefe de gabinete nacional y un Jefe de gabinete provincial que funcionan, en la práctica, por sobre el presidente nacional y gobernador provincial.
La orden que tienen ambos es dejar las ideologías de lado y trabajar de lleno en la recuperación económica del país: liberar los mercados, abrir las exportaciones y generar divisas, para no continuar desangrando las arcas del Banco Central. Todo en vistas de no perder el poder en el año 2023, aun dudando de la continuidad del actual presidente.
En este panorama de giro a la derecha del kirchnerismo, existe una medida para estabilizar el país, que probablemente se tome el 1 de enero de 2022, y es la creación de una nueva moneda nacional. La practica incluye una devaluación del 100%, llevando a la nueva moneda a valer medio dólar, es decir, 2 nuevos pesos serán equivalentes a un dólar.
Este método o sistema ya fue probado con éxito en los ‘90 con Cavallo-Menem y en el 2001/2005 con Duhalde-Lavagna-Néstor Kirchner. En ambos casos se estabilizó la economía, creando una plataforma para inversiones extrajeras y crecimiento económico, lejos de los ideales “semi progresistas” de Cristina Kirchner, pero cerca de la recuperación económica.
Esta nueva ruta aleja a la Argentina de la linea “Venezuela/Nicaragua”, acercándola al camino de “El Salvador/Ecuador/México”.