La economía de EE.UU. y la perspectiva de volver a la industrialización

Falta saber si de la guerra de aranceles se recuperarán los niveles de empleo productivo y competitivo

Superficialmente, las actuales medidas del gobierno Trump parecieran tener un patrón desordenado, como producto de una espontaneidad de cada día, a merced de opiniones y estados de ánimo más bien coyunturales. No obstante, se puede percibir cierta continuidad de lo que fue el primer período presidencial (2017-2021). En particular en un aspecto: tratar de recuperar lo que un día fue la pujante presencia de la industria en Estados Unidos.

La búsqueda por recuperar la industria

Una de las grandes interrogantes se centra en especificar si, con la guerra de aranceles, los graves roces comerciales que se han desatado desde Washington, se pueden recuperar los niveles de empleo productivo, competitivo de hace unos setenta años. El orden, el creciente bienestar que se tenía para los sectores laborales estadounidenses que le era propio a esa época, imponían la presencia de la reactivación económica de la post-guerra. Pareciera que ese es el punto neurálgico de la añoranza.

Y sí, para muchos de los sectores poblacionales, laborales de Estados Unidos que forman parte del “mercado cautivo” del trumpismo, la sensación es que se han ido quedando atrás a raíz de los cambios en la conformación de tecnologías de punta, de las nuevas condiciones laborales que prevalecen especialmente entre las naciones más desarrolladas.

Tal y como lo documenta el investigador Juan Torres desde España, desde hace por lo menos 45 años atrás, la potencia norteamericana viene evidenciando una desindustrialización significativa.

Finalidades tras la «trama de aranceles»

Algunos datos lo demuestran. Por ejemplo, se estima que el empleo del sector industrial pasó de 19.5 millones de personas en 1980 a 12.6 millones en 2024, en condiciones post-covid 19. Además, el peso de la industria en el total de producción anual (producto interno bruto, PIB) pasó de representar, en ese mismo período, de 20% a 11%.

Es más, se tiene evidencia de que las plantas industriales de más de 5,000 empleados, pasaron de ser 192 en 1977 a ser 49 en 2008; los establecimientos industriales de más de 500 personas se redujeron de 4535 en 2000 a 3316 en 2022. Se considera que desde 1997, hace 28 años, se han perdido unas 91,000 plantas industriales.

Una de las finalidades de la “trama de los aranceles” de Trump, es tratar de que las empresas manufactureras regresen a producir a Estados Unidos. Este objetivo, no obstante, choca con duras condiciones del actual proceso de globalización que se vive en el planeta.

Los componentes, por ejemplo, de la industria automotriz se producen en varios países. Son procesos de cadenas productivas y de suministros que están interconectados. Uno de los principios que sustentan la geografía económica actual es la interdependencia productiva. Un auto, una línea de producción de un producto particular, puede tener el origen fundamental en un país, pero no es exclusiva la producción de ese mercado.

Bases para la productividad y la competencia de mercado

Se imponen los hechos, las evidencias. Sobre esa base es necesario razonar. Sobre esa base toman decisiones los directores-gerentes de las diferentes empresas. En este sentido, es claro que las diferentes organizaciones productivas, se localizaron en otras naciones buscando maximizar sus beneficios, sus utilidades. En especial con base en tres elementos: bajos salarios; bajos niveles de regulación para la producción; y condiciones basadas en pocos derechos laborales. No fue algo decretado, ni mucho menos, desde los parlamentos; no fue algo propio de sistemas legales.

Para esto, influyen las condicionantes de competitividad de los países: estabilidad política, estabilidad macroeconómica -con indicador en el tipo de cambio-, Estado de derecho, con vigente certeza jurídica, infraestructura física -incluyendo acceso a banda ancha- dotación de talento, de capital humano, cultura de trabajo y legalidad.

Con esas bases, para mencionar una ilustración, el Sud-Este Asiático ha tomado una considerable ventaja, más allá de las condiciones que puede ofrecer Latinoamérica y el Caribe, o el mismo Estados Unidos. Los procedimientos y mecanismos de la actual globalización fueron útiles para llevar a cabo la localización y relocalización productiva. Las utilidades, la integración de mercados, los flujos intra-industriales y las cadenas globales se han fortalecido para muchas empresas.

¿Productividad versus humanidad ?

Es poco probable que exclusivamente por el patriotismo, varias marcas se vayan a localizar en un país determinado. Esos procesos de reubicación se llevarán a la práctica al encontrar mejores condiciones de producción local y accesos adecuados a la demanda de los mercados globales. La finalidad, siempre ha sido clara, obtener la maximización de los ingresos netos, con el indicador de igualdad entre el ingreso y el costo marginales.

A todo esto, debemos agregar que los sectores productivos de mayor valor agregado no están necesariamente hoy en día en función de la industria, sino en áreas productivas de frontera, de alta tecnología. El mundo ha cambiado, y lo ha hecho de manera dramática. Tómese en cuenta el avance indiscutible de la Inteligencia Artificial (IA). La misma amenaza con desplazar varias ramas actuales en lo laboral. Desde luego que un país que tiene una base productiva y competitiva basada en agricultura -producción de alimentos- y una fuerte columna de industrialización, presentará menor vulnerabilidad externa.

Cada vez se está imponiendo más el reto de que el talento humano pueda conocer los fundamentos de una disciplina de conocimiento y de cómo esos elementos interactúan lógicamente. Esto es muy útil para utilizar e incorporar la Inteligencia Artificial en procesos productivos. En todo caso, evidentemente, no son altos y amenazantes aranceles los que compensarán el retraso productivo, de infraestructura y de capacitación del capital humano que se tienen en varios países, incluyendo Estados Unidos.

P.D. ¿Hasta cuándo la tragedia lacerante de la población en Gaza? ¿Es mucho pedir el ingreso de ayuda humanitaria: alimento, agua, medicinas?

Autor

  • Giovanni E. Reyes

    Giovanni Efrain Reyes Ortiz, Ph.D. en Economía para el Desarrollo y Relaciones Internacionales, de la Universidad de Pittsburgh, con post-grados de la Escuela de Altos Estudios Comerciales -HEC- en París, Francia, y de la Universidad de Harvard. Ha sido Director de Integración Latinoamericana y del Caribe en el Sistema Económico Latinoamericano y Director de Informe en Naciones Unidas.

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