La inflación ¿está erosionando a la clase media?

En una rueda de prensa organizada por Ethnic Media Services para reporteros y editores de la prensa étnica en California, tres expertos hablaron de la situación económica que están enfrentando la mayoría de los estadounidenses como consecuencia de la inflación en el contexto de la lucha contra el COVID-19.

Ellos son: Alissa Quart, Directora Ejecutiva del Proyecto de Informes de Dificultades Económicas y autora de Squeezed: Why Our Families Can’t Afford America (Exprimidos: por qué nuestras familias no pueden pagar la vida en Estados Unidos). Penny (Penelope) Wang, editora adjunta de Proyectos Especiales sobre Dinero en la prestigiosa publicación especializada Consumers Reports, y Josh Bivens, Director de investigación del Economic Policy Institute.

“La inflación es la principal preocupación pública”, dijo Sandy Close, directora de EMS, al presentar a los exponentes; «reemplaza el COVID. Los aumentos de precios dañan a la clase media, a los pobres y casi pobres, aumentan la diferencia de ingresos”.

Alissa Quart

“La inflación golpea al precariado medio”, definió Quart al inicio de su ponencia. El término, Middle Precariats, al que se refiere la escritora es, en otras palabras, la pequeña burguesía estadounidense, la que fluctúa entre la clase trabajadora y los estadounidenses prósperos.

“La inflación aumenta en el contexto de una clase media ya desestabilizada, que constituye aproximadamente el 51% de la población. Tres cosas son realmente apremiantes: automóviles, vivienda y atención médica”, dijo Quart, describiendo cómo los aumentos de precios en los últimos años causaron un descenso del 30% en la capacidad adquisitiva de esta capa de la población.

Penny Wang

En Consumer Reports probamos productos desde el punto de vista de los consumidores. Una importante parte de la inflación que vemos daña la capacidad de las personas de planificar sus vidas. En años anteriores, la inflación se mantuvo a un nivel bajo, pero no se puede contar con que esa situación continúe indefinidamente.

Cuando viene la inflación, la gente lo paga. La gente rica sigue rica. Los que trabajan en casa ahorran un poco más. Por todo esto recomendamos ser estratégicos con sus compras y gastos.

Ahora, respecto a los aumentos de precios, lo que más preocupa al 90% de la gente es cuando suben los precios de la gasolina. Los precios de comida han subido, de modo que recomendamos que vayan a Costco o Sams Club donde los productos han subido menos, pero no compren cosas que no necesitan. En cambio, sí compren una congeladora grande si es que todavía las consiguen, para poder tener ahí por largo tiempo comida congelada.

Consigan tarjetas de crédito que vienen con recompensas. Algunos ofrecen devolver hasta 5% de sus gastos en comestibles, eso no se puede ignorar. Pero igual: no los usen demasiado.

No es el momento de comprar electrodomésticos o televisores. Si pueden esperar, esperen, los chips de las computadoras ahora escasean, pero ya van a ser más accesibles y habrá mejores precios.

Traten de averiguar cuándo es el mejor momento de comprar diferentes cosas, por ejemplo los teléfonos inteligentes están a la venta en febrero.

En general, lo que sucede que que las compañías se resisten a cortar gastos y en lugar de ello aumentan los precios. No se puede confiar en ellas para ahorrar.
Para aquellos que no tienen dinero, estas ideas pueden no servir. Pero hay muchos programas de ayuda disponibles.

Josh Bivens

Lo más importante para un instituto de investigación política es saber que no existe una manivela que se puede mover  y que automáticamente baje la inflación sin que eso tenga consecuencias negativas en otras áreas.
Las manivelas de la política económica siempre tienen sus costos, que se convierten en impuestos que deben pagar las familias.

Circula por ahí una teoría según la cual la inflación está sucediendo a causa al enorme gasto que hicimos por la pandemia pero no hay evidencia de que ello sea cierto. Otros países que no repartieron ayuda fiscal a la población también han visto un aumento en la inflación. Es que en este momento la inflación es global. Y el motivo obvio es el shock of covid.
El covid impuso disttorsiones extremas en la economía, tanto en la oferta como en la demanda. Ahora lo que la gente compra son bienes y no servicios cara a cara.
El covid quebró la cadena de suministro, no solamente en Estados Unidos sino también en países como Hong Kong, China, Vietnam, Malasia, que son los centros manufactureros del mundo.
Esa es la historia y eso es lo que causa la inflación. Esto va a incidir en la economía y la sociedad.

¿Qué deben hacer los políticos? Hay dos ideas muy malas que dan vueltas. Primero la que dice que hay que matar el programa de desarrollo económico de Biden llamado Build Back Better. Pero no hay en ese programa nada inflacionario. No es un paquete de estímulo como lo que se dió en el primero y segundo año sino un plan de inversiones y donde el gasto se divide a lo largo de más de 10 años.
La otra mala idea es que el Banco de la Reserva Federal aumente rápidamente las tasas de interés. Será un error porque hay dos cosas que afectan el crecimiento económico: la reserva federal y la política fiscal.
Creyendo que la inflación es el primer peligro podemos cometer grandes errores. En 2021 hubo mucha ayuda de estímulo. En 2022 no hay nada. Podemos llegar a ralentizar demasiado la economía.

Quienes recuerdan la Gran Recesión de 2008: nos llevó 10 años volver a la tasa de empleo de 2007. En cambio todavía estamos sufriendo el covid y sin embargo la tasa de desempleo es de un 4%. Esto es extraordinario. Y entre otros motivos esto sucede gracias a la repartición de ayuda al comienzo de la pandemia.

A mediados de 2022 la inflación va a empezar a bajar de por sí por dos razones.
Primero, la cadena de suministro va a mejorar. Tenemos que desvincular (delink) la actividad económica del Covid. En enero, Omicron: los casos subieron cinco veces y creamos sin embargo 430,000 jobs en enero.
En la parte de demanda vamos a tener menos booms de bienes durables. Porque ya nadie compra un nuevo set de sofás y un nuevo automóvil el mismo año. Hubo un aumento de ventas en 2021 y por lo tanto 2022 será más liviano.

Finalmente, la razón por la que no me preocupa que la inflación siga: no hay una espiral de aumento de precios. El sector que sube precios no es el sector que tiene aumento de salarios. Aumentan los salarios en hospitales y restaurantes. Suben los precios en la gasolina y bienes durables.
No se refleja en el labor market.
Afortunadamente, las distorsiones causadoas por el covid van a ser menores en 2022. La economía se va a desacelerar por sí misma y no hay que tomar más medidas.

¿Cómo se compara la inflación en los ochenta con esta?

Josh Bivens: La inflación empezó en 1970 y fue amplificada por el crecimiento laboral. Había muchos sindicatos y los aumentos de salarios eran automáticos. Nada de eso existe ahora. El desempleo era bajo y los trabajadores tenían influencia frente a los empleadores. Pero luego el aumento de salarios causó que aumentaran los precios.

¿Qué le hace este péndulo psicológicamente a la gente?

Josh Bivens: como economista me sorprende que la inflación preocupe a la gente más que otra cosas que son las que asustan a los economistas.
Más que la inflación, me preocupaba más el 15% de desempleo que tuvimos en junio de 2020.

¿Qué puede hacer el gobierno?

La inflación previene que el desempleo caiga. Pero una razón por la que los salarios no han subido es que el desempleo fue tan bajo, que los trabajadores no tenían influencia al pedir un aumento de salarios. La disparidad social complica la situación, hay más billonarios, gente que le va muy bien en esta pandemia.

Alissa Quart: desde 2017 las fortunas de los billonarios aumentaron en 17%. Y los ingresos de los trabajadores, en 3%.

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