Las mujeres de los terremotos, por Maritza Félix

Estamos criando a otra generación de mujeres, con muchos menos complejos y capaces de cuestionarlo todo

Mis tacones retumban como castañuelas en los pisos encerados de hoteles lujosos en los que muchas veces siento desentonar. No es así. Mi metro y medio de estatura se impone. Camino a pasos patulecos firmes en espacios en los que no hay alfombra roja, sino juegos muy complicados de poder. Me aprendí el tablero, los jugadores y sus fichas, y ahora sé jugar. No me intimida nadie, bueno, quizá yo misma. En los sitios más inconvenientes de la vida, florezco, y en esa complejidad en la que me descubro bastante cómoda, confieso, me abruma mi soltura.

Emponderar nuestra identidad

Algo cambió en mí cuando reclamé mi identidad: latina, mexicana y migrante. Soy mujer y me gustan mis contrastes; ahora me empoderan mis fisuras. Ya no me da miedo ser quien soy y me asombra imaginar lo que puedo o quiero ser. Aprendí a negociar desde el poder y no de la necesidad, y uno se convierte en una moneda al aire cuando se sabe con la libertad de irse sin voltear atrás.

En lo profesional, me busco en otros rostros y no me veo. Hay muy pocos reflejos como el mío en posiciones de liderazgo. Es un camino muy solitario. Pero, en la vida, hay muchos espejos que me devuelven la sonrisa; mujeres tejiendo redes en sororidad, desnudándose de chantajes y catafixias. Mujeres que ya no tienen miedo; mujeres que, al contrario, causamos terremotos.

Nosotras ya no tenemos miedo

Quizá sí haya que temernos. Ya no nos justificamos por la plenitud ni sentimos culpa por el éxito. Estamos criando a otra generación de mujeres con muchos menos complejos y más aventuras; niñas, como la mía (que es solo suya y se comparte conmigo), capaces de cuestionarlo todo, mientras lo aman o lo queman; que ya no se preguntan si son suficientes porque saben que el mundo les queda debiendo y que entienden desde la raíz que este mundo también se puede reconstruir desde el gozo.

Somos mujeres que entendemos y no nos conformamos con la doble moral: Cría como si no trabajaras y trabaja como si no tuvieras hijos; ve a ser exitosa, pero deja la casa limpia y la comida hecha; gana dinero, pero menos que él para que no dejes de necesitarlo; sé inteligente, pero no mucho; ten experiencia, pero no seas tan vieja; sé sensual, pero no cruces líneas; sé buena amante, pero no digas donde lo aprendiste; no seas tan educada para que no los espantes; sé independiente, pero agradece que te mantengan; sé bonita, pero no tanto para que no te quedes bruta; sé pionera, pero en voz baja; protesta, pero en silencio; llora, pero quedito; canta, pero despacio… y nunca jamás desentones con el estatus quo.

¡Al carajo!

Tal vez sí hay que tener cuidado de nosotras las mujeres. Ya no nos conformamos; ya nos salimos de la caja; ya no nos encasillamos; ya no nos despedazamos. La soledad no nos asusta. Y, queridas, dejar de ser predecibles es tan deliciosamente peligroso, tanto que es intimidante para los otros.

Autor

  • Maritza Félix

    Maritza Lizeth Félix es una periodista, productora y escritora independiente en Arizona. Nació en Magdalena de Kino, Sonora, México. La frontera ha sido su hogar y su inspiración por más de 15 años. Su trabajo ha sido publicado en importantes periódicos de Estados Unidos, México y otros lugares del mundo, así como en las principales cadenas de televisión de habla hispana Univisión y Telemundo. Actualmente trabaja de manera independiente para la Organización Editorial Mexicana, Channel 4, Proyecto Puente, Uniradio Noticias, Telemax y Prensa Arizona. Fue reportera en el documental “Misterios de la Fe”, de Discovery Channel y fungió como productora del documental de la frontera de Estados Unidos y México para la serie televisiva “The Wall”, un trabajo investigativo mundial realizado por Rondo Media, del Reino Unido. También ha sido productora de proyectos especiales como coberturas políticas, electorales y de inmigración para Al Jazeera y fue la productora de investigación en el galardonado reportaje “Risking It All For America – Riding The Train Of Death”, de Channel 4 en Inglaterra. En 2011 fue nombrada por Chicanos Por La Causa como una de los “40 Líderes Hispanos menores de 40 años” en reconocimiento a su trabajo periodístico e influencia en el estado. Félix ha ganado cinco premios Emmy y fue la primera ganadora del premio a la “Mejor Crónica Escrita en Estados Unidos”, de Nuevas Plumas. También ha recibido múltiples galardones del Arizona Press Club por sus reportajes. En 2012 y 2013, la revista Phoenix New Times la nombró como la “Mejor Periodista de Habla Hispana” en Arizona. Maritza está felizmente casada y es mamá de unos mellizos curiosos que retan y alimentan su imaginación todos los días y llenan su vida de alegría, amor y carcajadas.

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