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Los latinos y la reforma del gobierno

 

Aunque la mayoría de los votantes latinos residentes de California no están de acuerdo con el desempeño del gobierno, tampoco quieren medidas radicales de cambio, según una encuesta multilingüe realizada por el Bill Lane Center for the American West, de la Universidad de Stanford.

“Lo que piensan los latinos no es muy diferente a lo que piensa el resto de los votantes del estado: quieren que los políticos trabajen juntos para resolver los problemas de California», dijo Jon Christensen, director ejecutivo del Centro, dedicado a proyectos de investigación, educación y programas públicos del oeste de EE.UU, Canadá y México.

El Centro, junto a Next 10,  el Centro de Estudios Gubernamentales de UC Berkeley y el Centro de Estudios de California de CSU Sacramento, realizan un esfuerzo conjunto, materializado en California Choices (www.californiachoices.org),  para  proveer a los residentes del estado con información para entender mejor los problemas de California y las posibles opciones para solucionarlos.

Según el estudio, presentado el lunes 1 de marzo en San Francisco, el 35 por ciento de los latinos piensa que el gobierno responde a sus necesidades (contra el 27 de los votantes en general) y sólo el 19 por ciento considera necesario cambiar la constitución, contra el 20 por ciento de los demás votantes registrados. La encuesta fue diseñada específicamente para incluir las opiniones de comunidades habitualmente ignoradas en este tipo de estudios y se llevó a cabo en inglés, cantonés, mandarín, vietnamita, coreano y español.

En este último caso, se entrevistaron 162 votantes registrados latinos. La idea de incorporar a diferentes grupos étnicos en esta clase de estudios no deja de ser de gran interés ya que muchos de ellos están creciendo en número e influencia en partes de California. Por ejemplo, si bien los latinos representan solo el 21.92 por ciento del electorado estatal (en 2008, según el Instituto William C. Velásquez), este porcentaje ha crecido de manera consistente: era el 16 por ciento en 2000 y apenas el 10 por ciento en 1990 (datos del Field Institute). Y estas cifras seguirán creciendo, según diversas fuentes.

En otro de los hallazgos de interés, respecto a cambiar el requisito de tener una mayoría de las dos terceras partes (2/3) de la Legislatura Estatal para aprobar el presupuesto – tema que ha causado grandes discusiones en los últimos años debido a los constantes déficits presupuestarios, seguidos de dificultades para aprobar el presupuesto–  el 45 por ciento de los latinos no quiere que haya cambios (contra 47 por ciento del electorado general), un 14 por ciento no sabe y el 41 por ciento cree que es buena idea cambiar este requisito.

Sobre cómo resolver el déficit fiscal actual, “más latinos quieren una solución combinada de aumentos de impuestos y reducciones de gastos», afirma Christensen. En realidad, el 27 por ciento acepta esta opción contra el 30 por ciento del electorado general. Hay mayor diferencia de opinión en las otras opciones de solución: el 7 por ciento de latinos pide solamente subir los impuestos (contra el 4 por ciento del electorado general).

Si a esto le sumamos que un 12 por ciento de latinos acepta la opción de “subir impuestos con algunos recortes” (contra el 8 por ciento del electorado), quiere decir que mas latinos favorecen una solución “social” al problema del déficit fiscal: aumentar impuestos es repartir en parte la responsabilidad en lugar de eliminar programas de salud para niños y ancianos y reducir el presupuesto de la educación, tal como propone el gobernador Arnold Schwarzenegger  y sus aliados.

Este aspecto cobra más importancia si consideramos que menos latinos en relación al electorado general se inclinan por aceptar las opciones de “principalmente realizar recortes con alguna subida de impuestos” (18 por ciento contra 19 por ciento) y “solo eliminar programas»: 27 por ciento de latinos contra 32 por ciento del electorado.

En general, los resultados de la encuesta demuestran que los latinos “tienen confianza (en el gobierno) pero no entienden muy bien por qué no funciona», comenta Christensen.

Finalmente, el director del Centro Bill Lane for the American West dijo no estar muy satisfecho con los resultados de la encuesta. “Los votantes están descontentos y confundidos», dijo Christensen. “Es esencial que la gente participe en el debate sobre una reforma constitucional de California».

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