Marruecos: secuestrada, violada, prostituida, drogada y como si nada

Hay actos criminales que sobresalen por su desmedida crueldad y su impacto social. Uno que merece ser destacado es el de Khadija Okkarou en Marruecos. Es una adolescente de 17 años. Un grupo de 15 jóvenes la drogaron, violaron, prostituyeron y mantuvieron secuestrada durante dos meses. Este tipo de hechos delictivos no es inusual en el país norafricano. Pero ahora parece que las autoridades despiertan y comienzan a hacer algo al respecto.

Marruecos: Khadija Okkarou
Marruecos: Khadija Okkarou

Se turnan violándola

A la joven la raptaron a punta de cuchillo dos jovencitos después de una visita a la casa de su tía. Fue en Oulad Ayal, una remota villa en el interior de Marruecos donde vive. Los secuestradores la llevaron a una arboleda cercana al pueblo en donde se turnaron violándola.

De allí la transportaron a una vivienda en donde la mantuvieron secuestrada. La forzaron a consumir alcohol y drogas que la mantenían sedada.

En ese estado de semiinconsciencia aprovecharon para tatuarla. Su brazo derecho, una pierna y su cuello con palabras obscenas, una esvástica nazi, una mujer desnuda y el nombre de uno de los violadores.

“Allí todos me torturaron, me violaron durante semanas y me hicieron tatuajes con fuego”, dijo Khadija ante las cámaras de Chouf TV. “Traté de escapar varias veces, pero me atraparon y me golpearon. Me torturaron…”

Khadija regresó a su hogar el 17 de agosto. Fue después que los secuestradores llegaron a un acuerdo con el padre de la víctima. Pero fue la misma joven la que tuvo la valentía de presentarse a la policía y denunciar a los violadores. La mayoría de los criminales, de 18 a 28 años, ya han sido identificados y arrestados.

Marruecos: Khadija Okkarou
Marruecos: Khadija Okkarou

Los criminales, arrestados

Ahora hay que esperar que la justicia marroquí, poco imparcial en este tipo de casos, cumpla su papel. Un papel bastante limitado en un país en donde las mujeres no parecen tener las mismas libertades y derechos que gozan los hombres. Un país en donde el abuso sexual contra las mujeres es moneda corriente.

El año pasado, Marruecos experimentó un caso similar cuando publicaron el video de una muchacha a la que un grupo de hombres estaba abusando sexualmente en un autobús , mientras el resto de los pasajeros simplemente miraba.

La frustración de algunas mujeres en Marruecos ha llegado a tal punto que, ante tanto abuso y humillación, algunas han optado por quitarse la vida. Ese es el caso de Nassima Al Horr, de tan sólo 16 años de edad, que en 2017 se ahorcó cuando los acusados de su violación fueron absueltos.

Marruecos: Khadija Okkarou
Marruecos: Khadija Okkarou

Se suicidan como única salida

Un año antes, otra jovencita de la misma edad, Khadija Souidi, se prendió fuego cuando los hombres que la habían abusado amenazaron con publicar fotos del hecho. Khadija estaba embarazada. Y en 2012, Amina Filali, de 16 años también, consumió veneno para ratas después que la forzaron, a casarse con el hombre que la había violado. No tuvo ayuda: era de acuerdo con la legislación en vigencia en el momento,

El clima patriarcal y abusivo parece ser parte de la idiosincrasia nacional de Marruecos. Según una encuesta de ONU Mujeres (2016) el 63% de las mujeres marroquís afirman haber experimentado violencia. Además, 38% de los hombres piensan que a las mujeres a veces hay que golpearlas. Y para el 62%, de ambos sexos la mujer debe tolerar los abusos para mantener unida a la familia.

Pero a pesar de tanto pensamiento cavernícola, tal vez haya luz al final del túnel. En febrero de este año, el Parlamento de Marruecos finalmente aprobó una ley que condena la violencia de género. Fue después de un interminable debate de más de 5 años.

Tiene limitaciones gigantescas, como por ejemplo que no se criminaliza la violencia dentro del matrimonio.

Pero si tenemos en cuenta el status quo actual de las mujeres marroquíes y las atrocidades a las que son sometidas muchachas como Khadija, es un pequeño, minúsculo, paso adelante.

Marruecos: secuestrada, violada, prostituida, drogada y como si nadaUn paso adelante

Sirve de referencia para incrementar la presión.  Para que las autoridades de este reino de desigualdad y opresión lo hagan caminar hacia una sociedad mejor.

Una sociedad en la que se reconozca plenamente los derechos humanos de la mitad de su población: los derechos de sus madres, de sus hermanas, de sus hijas.

Perfil del autor

Periodista, trabajadora social y orgullosa madre de dos hijos que residió en varios países latinoamericanos. Actualmente vive en Estados Unidos.

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