Papa León XIV: Cultura papal, migrante y la nuestra

El nuevo papa León XIV viene con un pan bajo el brazo. Todos quieren ser sus amigos, todos quieren ser parientes o vecinos. Se discute hasta su raza. Para unos está impregnado de cultura afroantillana, otros no dudan de que sea un criollo de Luisiana.
Las páginas de herencia genealógica se han llenado de visitantes. Es de Chicago, que suena a Chiclayo, Perú, país del que posee ciudadanía también. Se llama Robert Prevost Martínez.
La reunión de los cardenales para la elección del Papa dejó ver un montón de cabezas de hombre con solideo. Se echaba de menos entre los purpurados cabezas de mujer. La elección de un agustino nos deja pensando en que agustino fue Martín Lutero, el artífice del cisma protestante.
Desde una perspectiva lingüística, el español posee la palabra “preboste”, del mismo origen que “prevost”: del latín “praepositus”, que significa “jefe” o “encargado”. Estaba predestinado. En inglés, “provost”.
A diferencia del papa Francisco, cuyo rastro por sus ancestros (abuelos) hasta Italia era claro e incontrovertido, el nuevo Papa encadena una herencia tan diversa como la de nuestra propia nación.
Los apellidos familiares son muy sugerentes: Prevost, Martínez, Fabre, Baquié (Baquiex), Ramos, Montrevil (Montreuil), Cadenette, Bastos… La parte hispana más evidente es el eje Martínez, Ramos, Bastos. Vicente Ignacio Ramos y María Bastos son sus ascendientes conocidos más antiguos, españoles cubanos nacidos alrededor de 1730, periodo en que todavía no existía Estados Unidos como país independiente.
La madre nació en Chicago en 1911 (la lápida dice 1912). El acta de matrimonio de los abuelos maternos dice que el abuelo se casó en Nueva Orleans en 1887 a los 23 años con Louise Baquiex en la iglesia del Sagrado Corazón. El mismo documento indica que era originario de Haití. Sin embargo, en un censo de 1910 se sitúa su nacimiento en Santo Domingo. En cuanto a Luisiana sabemos que fue paso obligado pues de allí era la bisabuela española Rosa Ramos y allí nació su abuela Louise.
Históricamente, recordemos que Luisiana fue posesión de Francia y España durante ciento veinte años. En su última etapa fue parte de España de 1763 a 1800; en 1803, Estados Unidos adquirió el territorio de Napoleón.
El paso de la familia del pontífice del sur a Chicago se produjo a comienzos del siglo XX. Sabemos que el abuelo materno se nacionalizó en 1868. En el censo de 1900, ya en Chicago, el abuelo figura como fabricante de cigarros puros.
El componente francés viene del criollismo caribeño abundando apellidos de ese origen. El apellido Prevost es de origen francés. Ampliando horizontes, hay fuentes (Diario AS) que sitúan al bisabuelo paterno Santi Riggitano (familia originaria de Reggio Calabria) en Sicilia.
Un vistazo al linaje familiar da una perspectiva amplia de emigración y onomástica. Tomando el caso del abuelo materno del Papa como banco de pruebas observamos que en documentos de genealogía se menciona a sus hermanos: Joseph Flores, Marie, Nisida, Chêne, James “y otros tres”. Al referirse a los hermanos de su madre, mejor decir hermanas, encontramos: Andrea Meyers, Margueritte Shinnick, Lidia Lillian Plum, Louise Eugenie Martinez, Mary Sulpice Martinez, Hilda Anne Martinez, Mary Amarita Martinez “y otros dos”. Es de destacar la sustitución habitual del apellido, en este caso Martínez, de las tías por el de sus maridos, lo que hace siempre más complejo en genealogía investigar a una mujer (casada) que a un hombre.
La geografía, la genealogía y la onomástica se conjuran para darnos una idea cabal de cómo cambia el mundo y su historia, que es nuestra historia. Mientras algunos esconden a una madre escocesa otros despliegan un mural de colores que dan vida a un país de migrantes. Le damos la bienvenida al nuevo Papa por ayudarnos a reconocerlo y reconocernos.