Como me ves…

Ya tenemos casi tres semanas en aislamiento y la curva no se aplana. Dicen que viene lo peor.

ARIZONA – Hay días lentos y otros en los que los números se disparan. Un lunes, 18; al siguiente, 200; el otro, 1,200 casos. En realidad ya no hay pausa ni tregua con el coronavirus en Arizona. Los pacientes de Covid-19 se multiplican a pesar del aislamiento y las muertes a la par; casi 30 en un parpadeo.

Ya tenemos casi tres semanas en aislamiento y la curva no se aplana. Dicen que viene lo peor. El gobernador ordena quedarse en casa, pero muchos ya están cansados del encierro, así que lo desafían con descaro. Ellos pagan por los que no hacen caso.

Las escuelas en Arizona cerraron por lo que resta del año escolar. Las aulas están vacías; ni siquiera los maestros pueden volver al salón. Todo es a distancia y virtual, desde los buenos días hasta las calificaciones improvisadas; así serán también las graduaciones: remotas y solitarias; con birretes golpeando el techo de las salas. Los estadios están vacíos y los cines apagados; hay candados en las puertas de los centros comerciales y los bares están a un paso de la quiebra. Y no es suficiente. Nada es suficiente.

No nos hemos acostumbrado a la soledad… todavía, pero me da mucho miedo que lo hagamos. La cuarentena obligatoria es, aquí, hasta finales de abril. En otros estados, el aislamiento forzado se extendió hasta principios de junio. No dudo que aguantaremos, sé que sobreviviremos, pero ¿cómo? Falta mucho y hoy ya no somos los mismos.

Intentamos aferrarnos al amor cibernético en el que se reparten abrazos en chats grupales; nos asomamos al mundo por internet y recorremos las calles frente a las pantallas. Vemos la indiferencia con preocupación. Pienso en los refranes de mi pueblo: “como te veo, me vi; como me ves, te verás”.

Yo también salí, viajé y fui a un festival antes de la encerrona. Me escudaba en el escepticismo. He visto cosas peores, pensaba. Hasta que llegué aquí, ese limbo en el que los contrastes se hacen más fuertes y los demonios más vivos, a pesar de las carcajadas y del amor, de la suerte de mi familia y el privilegio del trabajo a distancia.

Los veo allá y es como mi reflejo, el de ayer, el que no sabía lo que esperaba.

“Wey, ya”… ¡no!

No parará.  Esto va pa’ peor.

Están a tiempo. Arizona tiene más casos, en el estado, que México en todo el país. Acá las muertes se cuentan en pares o tercios a la vez; allá, aún alcanzan los dedos para contarlos (bueno, en el conteo oficial). Pero la curva los alcanzará, como esa maldita ola que en marea alta se traga todo. Y lo entenderán… ojalá que no a la mala. Porque en Estados Unidos sufrimos envueltos en privilegio; pero allá, donde las crisis nunca son temporales, no hay amortiguador para esta pandemia.

Autor

  • Maritza Félix

    Maritza Lizeth Félix es una periodista, productora y escritora independiente en Arizona. Nació en Magdalena de Kino, Sonora, México. La frontera ha sido su hogar y su inspiración por más de 15 años. Su trabajo ha sido publicado en importantes periódicos de Estados Unidos, México y otros lugares del mundo, así como en las principales cadenas de televisión de habla hispana Univisión y Telemundo. Actualmente trabaja de manera independiente para la Organización Editorial Mexicana, Channel 4, Proyecto Puente, Uniradio Noticias, Telemax y Prensa Arizona. Fue reportera en el documental “Misterios de la Fe”, de Discovery Channel y fungió como productora del documental de la frontera de Estados Unidos y México para la serie televisiva “The Wall”, un trabajo investigativo mundial realizado por Rondo Media, del Reino Unido. También ha sido productora de proyectos especiales como coberturas políticas, electorales y de inmigración para Al Jazeera y fue la productora de investigación en el galardonado reportaje “Risking It All For America – Riding The Train Of Death”, de Channel 4 en Inglaterra. En 2011 fue nombrada por Chicanos Por La Causa como una de los “40 Líderes Hispanos menores de 40 años” en reconocimiento a su trabajo periodístico e influencia en el estado. Félix ha ganado cinco premios Emmy y fue la primera ganadora del premio a la “Mejor Crónica Escrita en Estados Unidos”, de Nuevas Plumas. También ha recibido múltiples galardones del Arizona Press Club por sus reportajes. En 2012 y 2013, la revista Phoenix New Times la nombró como la “Mejor Periodista de Habla Hispana” en Arizona. Maritza está felizmente casada y es mamá de unos mellizos curiosos que retan y alimentan su imaginación todos los días y llenan su vida de alegría, amor y carcajadas.

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