La regla de las 24 horas

Esperar antes de reaccionar es la técnica para evitar una reacción visceral que puede llevarnos al arrepentimiento

Los latidos del corazón retumban con más fuerza en las sienes cuando estamos ofuscados. Se nos seca la boca y nos sudan las manos; yo las froto como si el movimiento de las extremidades me calmara la revolución que llevo por dentro. Me ciclo y sobre pienso; fantaseo y me elevo. ¿Te pasa lo mismo cuando sientes que una situación te obliga a reaccionar?

Nuestras reacciones y las elecciones de noviembre

En periodos electorales nos sucede con mucha más frecuencia. Los ánimos se calientan y tendemos a tomarnos los ataques como si fueran algo personal. Todos estamos tratando de entender el mundo desde nuestra perspectiva, creencias, vulnerabilidades y privilegios, y nos cuesta mucho empatizar con aquellos que no lo ven como nosotros. Así que buscamos cámaras de eco, ¡es natural! Buscamos aceptación, aunque esa necesidad de pertenecer agrave nuestros puntos ciegos.

Cuando no logramos esa validación externa, se nos encienden los focos rojos. Escalamos los sentidos, las reacciones y la violencia interna que, si no controlamos, se convierte en externa. La rabia se nos sale en los ojos, las palabras y los mensajes. Reaccionamos por instinto y elevamos la tensión. ¿Vale la pena exaltarnos hasta el quiebre? No lo creo.

En un entrenamiento para combatir la violencia política y desacelerar justo estos arranques en tiempos de campaña aprendimos técnicas que nos permiten bajar la intensidad de un conflicto solo aludiendo al tiempo. Sí. Recuerdo ese comercial de la televisión mexicana en la que nos pedían contar hasta 10, lento y respirando. Inhala, exhala, suelta… libera la tensión que te crispa los nervios. Pero hay situaciones en la que ese conteo no basta y hay que esperar 24 horas.

Mi columna de Trump y mi reflexión

La regla de las 24 horas en la resolución de conflictos consiste en dejar pasar un día para responder para que el calor del momento o las emociones exaltadas puedan volver a su normalidad. Así evitamos que nuestra respuesta sea visceral y evitar esos arrepentimientos por haber reaccionado sin tener tiempo de pensar, digerir o asimilar lo vivido y sentido. Esto aplica para todo: la euforia y la rabia; la felicidad y la desdicha.

Escribo esto 48 horas después de recibir múltiples correos electrónicos y mensajes por la columna que escribí sobre Trump. La mayoría coincidían con esta contradicción que sentimos tantos en esta contienda que ha sido polarizada e impredecible desde el comienzo. Pero no fueron ellos los que detonaron algo en mí.

Algunos me condenaban por ser muy tibia en mi postura y no criticar al exmandatario con más severidad por los continuos ataques a la prensa y sus campañas de desinformación; otros me crucificaban por lo contrario y decían que mis palabras marcan una tendencia muy desfavorable hacia el republicano. No respondí al instante a pesar de las muchas ganas que me dieron. Lo dejé asentarse y madurar. Así que aquí estoy y la respuesta para ambos es que no le cambiaría ni una coma y lo digo sin el afán de confrontar. Mejor charlemos, ahora que ha pasado el tiempo.

Autor

  • Maritza Félix

    Maritza Lizeth Félix es una periodista, productora y escritora independiente en Arizona. Nació en Magdalena de Kino, Sonora, México. La frontera ha sido su hogar y su inspiración por más de 15 años. Su trabajo ha sido publicado en importantes periódicos de Estados Unidos, México y otros lugares del mundo, así como en las principales cadenas de televisión de habla hispana Univisión y Telemundo. Actualmente trabaja de manera independiente para la Organización Editorial Mexicana, Channel 4, Proyecto Puente, Uniradio Noticias, Telemax y Prensa Arizona. Fue reportera en el documental “Misterios de la Fe”, de Discovery Channel y fungió como productora del documental de la frontera de Estados Unidos y México para la serie televisiva “The Wall”, un trabajo investigativo mundial realizado por Rondo Media, del Reino Unido. También ha sido productora de proyectos especiales como coberturas políticas, electorales y de inmigración para Al Jazeera y fue la productora de investigación en el galardonado reportaje “Risking It All For America – Riding The Train Of Death”, de Channel 4 en Inglaterra. En 2011 fue nombrada por Chicanos Por La Causa como una de los “40 Líderes Hispanos menores de 40 años” en reconocimiento a su trabajo periodístico e influencia en el estado. Félix ha ganado cinco premios Emmy y fue la primera ganadora del premio a la “Mejor Crónica Escrita en Estados Unidos”, de Nuevas Plumas. También ha recibido múltiples galardones del Arizona Press Club por sus reportajes. En 2012 y 2013, la revista Phoenix New Times la nombró como la “Mejor Periodista de Habla Hispana” en Arizona. Maritza está felizmente casada y es mamá de unos mellizos curiosos que retan y alimentan su imaginación todos los días y llenan su vida de alegría, amor y carcajadas.

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