La poca vergüenza al mentir

Han convertido la mentira en carrera política y así cruzan líneas y las borran Millones los siguen, pero no inspirados, sino convencidos, polarizados y cegados. Y esto también es en sí una amenaza a la democracia

En la escuela de periodismo te enseñan a dudar de todo; tenía un maestro que decía cuestionáramos hasta cuando nuestras madres nos decían que nos amaban, un poco extremo, quizá, pero nunca de más. Sin embargo, mi ansiedad por estar verificando todo no viene de esos días de universidad, sino de revisar con atención los discursos de Donald Trump.

El peligro de desinformar y crear confusión

El expresidente de Estados Unidos estuvo en Arizona la semana pasada. El mitin fue lo esperado: miles de personas emocionadas hasta el tuétano por su visita, declaraciones polémicas e incendiarias y un “dato alternativo” tras otro sacado de contexto. Sí, es verdad, fueron quizá tantas personas como las que acudieron al rally de la demócrata Kamala Harris y su compañero de fórmula, Tim Walz, en la misma arena. Era una competencia directa y, si sacamos cuentas, lo más probable es que haya sido un empate de asistencia.

Lo que me preocupa no es ver a quién siguen más, me desconcierta Trump. No es tanto su política, uno puede estar a favor o en contra, y se respeta; sino ese afán de desinformar, de crear caos y confusión, de minimizar el trabajo de cientos de periodistas que volteamos a ver con lupa a los dos partidos y que encontramos más virulento su discurso que su misma campaña. Mentir de una manera tan deliberada es en extremo peligroso.

La democracia en riesgo

Es conocido que los políticos saben manipular las palabras para siempre quedar arriba, en una posición de poder, con liderazgo frente a sus opositores y penetrados en la mente de los votantes. Todos lo hacen, sin importar el partido. Son astutos. Juegan con las frases, les dan vuelta a los datos, encuentran ese hilo conductor que mantiene a flote sus campañas… y es de esperarse. Todos lo sabemos y solo unos cuantos lo aceptamos. Aquí es donde los más centrados apelan al sentido común, ese que en cada ciclo electoral sale volando por la ventana.
Pero hay algunos candidatos que, a sabiendas, mienten, retan, inventan, imaginan, exaltan y disfrazan la realidad para dibujar mundos imaginarios que conquistan y salvan o fronteras que recorren en retórica y nunca con pasos. Lo hace el capitalismo y lo hace el socialismo.

Trump, sin embargo, goza haciéndolo. Señala y declara, como si disparara. Insulta, compite y compara. Tiene carisma y lo sabe. Muchos le creen y lo alaban. Su colega republicana Kari Lake hace lo mismo. Y les aplauden, sin cuestionar nada. Se salen con la suya. Les da poca o nada vergüenza el mentir; lo han convertido en carrera política. Hacen camino y lo andan. Cruzan líneas y las borran. Millones los siguen, pero no inspirados, sino convencidos, polarizados y cegados. Y esto también es en sí una amenaza a la democracia.

Autor

  • Maritza Félix

    Maritza Lizeth Félix es una periodista, productora y escritora independiente en Arizona. Nació en Magdalena de Kino, Sonora, México. La frontera ha sido su hogar y su inspiración por más de 15 años. Su trabajo ha sido publicado en importantes periódicos de Estados Unidos, México y otros lugares del mundo, así como en las principales cadenas de televisión de habla hispana Univisión y Telemundo. Actualmente trabaja de manera independiente para la Organización Editorial Mexicana, Channel 4, Proyecto Puente, Uniradio Noticias, Telemax y Prensa Arizona. Fue reportera en el documental “Misterios de la Fe”, de Discovery Channel y fungió como productora del documental de la frontera de Estados Unidos y México para la serie televisiva “The Wall”, un trabajo investigativo mundial realizado por Rondo Media, del Reino Unido. También ha sido productora de proyectos especiales como coberturas políticas, electorales y de inmigración para Al Jazeera y fue la productora de investigación en el galardonado reportaje “Risking It All For America – Riding The Train Of Death”, de Channel 4 en Inglaterra. En 2011 fue nombrada por Chicanos Por La Causa como una de los “40 Líderes Hispanos menores de 40 años” en reconocimiento a su trabajo periodístico e influencia en el estado. Félix ha ganado cinco premios Emmy y fue la primera ganadora del premio a la “Mejor Crónica Escrita en Estados Unidos”, de Nuevas Plumas. También ha recibido múltiples galardones del Arizona Press Club por sus reportajes. En 2012 y 2013, la revista Phoenix New Times la nombró como la “Mejor Periodista de Habla Hispana” en Arizona. Maritza está felizmente casada y es mamá de unos mellizos curiosos que retan y alimentan su imaginación todos los días y llenan su vida de alegría, amor y carcajadas.

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