Costa Rica y los riesgos de un crecimiento sustentable
Es prácticamente imposible, y nadie lo espera, que en la plataforma política o en el nuevo programa de gobierno presentado en campaña, el aspirante especifique con todo detalle las iniciativas de su potencial mandato. Sin embargo, los candidatos esbozan los planteamientos y líneas generales de lo que se proponen.
Ese ha sido el caso de Rodrigo Chaves, el presidente electo de Costa Rica, ganador de la segunda vuelta de elecciones disputada en este mes de abril de 2022. A partir de pronunciamientos de campaña se pueden vislumbrar riesgos para la continuidad de un crecimiento y desarrollo económico en ese país centroamericano, basados en lo sostenible de los incrementos de producción, especialmente en lo sustentable. Es decir, en lo referente al manejo y conservación de los recursos naturales, en particular de los renovables.
En el contexto actual, Costa Rica, junto a Uruguay y hasta cierto punto Trinidad y Tobago y Chile, son los países más funcionales en Latinoamérica. No sólo se trata de altos estándares en los indicadores económicos y sociales, en muchos casos superiores a los países reconocidos como más desarrollados. Se refiere además a que Costa Rica, ha sabido utilizar un notable sistema de áreas protegidas, para generar ingreso de divisas con base en ecoturismo. Este sector constituye actualmente un 3% del total anual de producción -producto interno bruto (PIB) del país.
Ese rasgo del ecoturismo además de la utilización de energías renovables estaría ahora en riesgo, dado que los planteamientos del nuevo gobierno se inclinarían por un aprovechamiento masivo, generalizado, de combustibles fósiles. Una operación en contra-vía de los procesos que tratan de disminuir la huella de carbono de las sociedades.
Es un logro sorprendente que en cumplimiento de los Acuerdos de París, sobre medio ambiente, Costa Rica, desde 2014 genere casi toda su energía a partir de fuentes renovables. Es un caso exitoso respecto al cumplimiento integral del denominado Plan de Descarbonización de la Economía. El riesgo puntual es que el nuevo gobierno ha anunciado sus intenciones en cuanto a aprovechar lo que se sospecha es un manto importante de gas en el subsuelo del país.
“Vamos a determinar si existe ese recurso, en qué cantidades lo poseemos, y vamos a utilizarlo. Vamos a aprovechar los recursos que Dios nos ha dado”, subraya el presidente electo. Aquí, además, una alusión a los grupos neopentecostales que impulsaron su candidatura.
En términos económicos, el nuevo gobierno estaría tratando de disminuir los costos de la electricidad. Un importante factor productivo en función de los recursos energéticos. Alrededor de este recurso se estarían integrando otros factores en la perspectiva de una política integral: recursos financieros, humanos, naturales, turísticos y tecnológicos.
Se ha reconocido que cuando Chaves trabajaba en el Banco Mundial como Director para Indonesia, se promovieron y financiaron varios proyectos de infraestructura encaminados a utilizar energía fósil. En efecto, durante el período 2013 a 2019 se financiaron varios proyectos en la isla de Java Central, en especial en 2016. El monto de estas iniciativas de infraestructura física fue de unos 4,000 millones de dólares. Además, se estableció un sistema de transporte que conectaba, como cadenas de suministros, a plantas de carbón por un monto de 2,000 millones de dólares a partir de 2014.
De nuevo, hasta ahora Costa Rica ha sido ejemplo de cómo establecer procesos y mecanismos tendientes a lograr un crecimiento económico y desarrollo con base en lo sustentable del manejo de recursos naturales.
Prueba de lo anterior, de manera específica es que este país centroamericano de 51,000 kilómetros cuadrados lidera dos iniciativas globales muy ambiciosas.
En primer lugar, la denominada “Iniciativa 30-30”. Según el contenido y alcance de esta, se aspira a proteger un 30% de los ecosistemas del planeta, para el año 2030. Se ubica y articula este programa como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) los que actualizaron los objetivos de desarrollo que tenían cobertura hasta 2015 y que fueron afectados de manera drástica y negativa por la crisis financiera sistémica mundial, iniciada el 13 de septiembre de 2008, con la quiebra del banco de inversión Lehman Brothers.
Por otra parte, el proyecto “Beyond Oil & Gas”. Es una iniciativa más radical. Se propone erradicar “por completo” a los combustibles fósiles -incluyendo petróleo, carbón y gas natural. Este programa ha sido parte de ratificación de acuerdos de noviembre de 2021, mediante las negociaciones que sobre el clima ha llevado a cabo el COP26.
A partir de esas consideraciones, los ambientalistas se muestran preocupados de los alcances de las nuevas medidas, más bien regresivas, respecto a combustibles fósiles, que pueda tomar en nuevo gobierno. El gabinete costarricense que deja el poder en los próximos días, intentó dar lo que sería ese salto hacia atrás. No lo consiguió debido a presión de la sociedad civil y al número de legisladores de oposición. Sin embargo, el nuevo gobierno podría lograr la utilización de energías más contaminantes.
Como se ha demostrado contundentemente, los problemas ecológicos, sociales y económicos deben tener soluciones sostenibles, perdurables e incluyentes. Deseamos sociedades competitivas y productivas en lo económico, inclusivas y equitativas en lo social y sostenibles en lo ecológico. Todos esperamos que los logros que ha alcanzado Costa Rica, se vean fortalecidos. Sin retrocesos excluyentes que en función del corto-plazo, comprometan metas exitosas que ha sido muy difícil haber conseguido.