Dianne Feinstein y los latinos 

No fue su primera prioridad, pero apoyó a los Dreamers y la reforma migratoria general

Anotche falleció en su casa en Washington DC Dianne Feinstein, la senadora más longeva en la historia de Estados Unidos. Esta representante de California obtuvo el puesto en noviembre de 1992, hace casi 31 años atrás. En total tenía tras si 50 años de servicio público.

Tenía 90 años al morir y en el último año tuvo serios problemas de salud que generaron llamadas a su dimisión por un lado y protestas por la discriminación contra las personas de edad por el otro. 

Ese debate tuvo como trasfondo el destino al que sometió al país la jueza Ruth Bader Ginsburg, que podía haber dimitido a tiempo para que el entonces presidente Barack Obama nombre un sucesor, pero que se negó a hacerlo y falleció en pleno ejercicio de Donald Trump, con los resultados que conocemos. 

Con el fallecimiento de Feinstein, le toca al gobernador de California Gavin Newsom nombrar un reemplazante que cumpla las tareas en el Senado hasta las elecciones de noviembre del año próximo. Se calcula que Newsom nombrará a la congresista Barbara Lee para el puesto. 

Es común al fallecer un personaje público con la trayectoria de Feinstein que se establezca un legado, que se señale cuáles fueron sus logros más importantes en tantos años de actividad en Washington y anteriormente como alcaldesa de San Francisco y como supervisora del mismo condado. 

¿Qué más? En su cuenta de Twitter hay un texto publicado el mismo día que da testimonio de su interés por temas de política exterior: “Durante nueve meses, Azerbaiyán ha atacado la región de Nagorno-Karabaj y ha privado a más de 120.000 armenios de recursos críticos, incluidos alimentos y medicinas. Nuestra carta bipartidista pide al Departamento de Estado que sancione a las personas asociadas con estos ataques militares”.

En este caso nos interesa la actividad de Dianne Feinstein y sus posiciones con respecto a la comunidad latina y los temas que le aquejan, empezando por el de la inmigración. 

Escribía en febrero de este año Rubén Navarrete para el grupo de noticias del Washington Post, bajo el sugestivo título de “La senadora saliente Dianne Feinstein ignoró a los latinos” que sus tres ámbitos de interés fueron “prohibir las armas de asalto, proteger los derechos reproductivos y tratar de asegurar una fuerza laboral inmigrante para la agroindustria”.

Como tal, fue una de los autores de la Ley de Seguridad, Beneficios y Oportunidades de Empleo Agrícola de 2007, que hubiera permitido la residencia permanente para indocumentados en la agricultura. La ley no pasó. 

Establece Navarrete que a Feinstein no le importaban los latinos, cuyo porcentaje en la población californiana subió de 26% a más de 40% en la actualidad. Y sin embargo, escribe, a pesar de que los votantes latinos la apoyaron en todas sus campañas, más que los votantes blancos, no se interesó por las cuestiones latinas. 

Cita Navarrete al politólogo Arnold Torres: (Feinstein) “venía de San Francisco que no tiene una gran cantidad de hispanos. No pasaba tiempo con los hispanos. No tenía mucho personal hispano. A medida que la población hispana crecía, a ella le correspondía tender la mano. Ella no lo hizo”.

Sin embargo, Feinstein apoyó consecuente y permanentemente la legalización de los Dreamers y la reforma migratoria general con vías a la ciudadanía para los 11 millones de indocumentados. 

Dianne Feinstein, lo dijo el presidente Biden, fue una defensora apasionada de los derechos civiles. Pero aunque no hubiera liderado en ese aspecto, apoyó consecuentemente las causas latinas. Por ejemplo, al cumplirse 10 años del programa DACA de los Dreamers, escribió: 

“Durante 10 años, DACA ha protegido a cientos de miles de Dreamers de la deportación. Estoy orgullosa de apoyar este programa, pero debemos hacer más para proteger a estos y otros jóvenes que solo han conocido a los Estados Unidos como su hogar… Si bien DACA ha eliminado temporalmente el temor a la deportación, no hay garantía de que una futura administración o los tribunales no reviertan su rumbo. Necesitamos una solución permanente. El Congreso necesita aprobar una reforma migratoria integral, que incluya un camino hacia la ciudadanía para los beneficiarios de DACA”.

Y si bien su labor parlamentaria tocante a los latinos se enfocó en los permisos para trabajadores del campo que beneficiaran a la industria californiana, apoyó todos los intentos – todos ellos fracasaron – en el Congreso de llegar a un acuerdo migratorio. 

Así, en 2013 escribió sobre el plan diseñado por “La pandilla de los ocho” (cuatro de cada partido) que “la legislación… es un gran avance en el esfuerzo por reformar nuestro fallido sistema de inmigración. El plan incluye concesiones de ambas partes e incluye tanto un camino hacia la ciudadanía como un aumento de la aplicación de la ley y la seguridad en la frontera”.

Las expresiones de solidaridad y dolor por parte del mundo político han sido múltiples. Alaban a la senadora desde el jefe de la bancada republicana en el Senado Mitch McConnell al concejal angelino Kevin de León. Algunos se enfocan en su labor con la comunidad latina. 

Hoy mismo escribió sobre ella su colega de Colorado Michael Bennet: 

“La senadora Feinstein fue una pionera… defendió apasionadamente los derechos civiles, fue una aliada de la comunidad LGBTQ y una defensora incansable de los niños. Me sentí agradecido de trabajar con ella en una reforma migratoria integral…”

¿Y ahora? La historia no se detiene. Es el momento de honrar la memoria de Dianne Feinstein y su apoyo a los derechos civiles.

Gabriel Lerner

Fundador y co-editor de HispanicLA. Editor en jefe del diario La Opinión en Los Ángeles hasta enero de 2021 y su actual Editor Emérito. Nació en Buenos Aires, Argentina, vivió en Israel y reside en Los Ángeles, California. Es periodista, bloguero, poeta, novelista y cuentista. Fue director editorial de Huffington Post Voces entre 2011 y 2014 y editor de noticias, también para La Opinión. Anteriormente, corresponsal de radio. -- Founder and co-editor of HispanicLA. Editor-in-chief of the newspaper La Opinión in Los Angeles until January 2021 and Editor Emeritus since then. Born in Buenos Aires, Argentina, lived in Israel and resides in Los Angeles, California. Journalist, blogger, poet, novelist and short story writer. He was editorial director of Huffington Post Voces between 2011 and 2014 and news editor, also for La Opinión. Previously, he was a radio correspondent. More »

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