Latinos y afroamericanos son víctimas preferidas de los estafadores
Los latinos - junto con los afroamericanos - sufren más que otras comunidades por estafas, enfaños y fraude , que explotan sus problemas económicos, falta de conocimientos y estado migratorio
Como parte de su serie semanal de conferencias de prensa con reporteros y editores de los medios étnicos Ethnic Media Services presentó el pasado 22 una sesión informativa con representantes de la Comisión Federal de Comercio (FTC), sobre el alcance de las estafas que tienen como blanco a las comunidades inmigrantes y minoritarias.
Mónica Vaca
La principal exponente fue Mónica Vaca, Directora Asociada de la División de Respuesta al Consumidor y Operaciones en la Oficina de Protección al Consumidor de la FTC, junto a Rosario Méndez, abogada de la División de Consumo y Educación empresarial en la FTC.
El evento se realizó tras la publicación de un nuevo informe de la FTC, «Sirviendo a las comunidades de color» según el cual existen marcadas diferencias en el tipo de fraude del que son víctimas latinos, afroamericanos y otras comunidades de color. Entre otros aspectos que tipifican el trato a estos grupos están la compra de automóviles, el acceso al servicio bancario, la dificultad en obtener préstamos, problemas de crédito y el cobro de deudas del que son objeto.
En todos estos ámbitos sufren más las consecuencias que los blancos no latinos.
Mónica Vaca detalló que a partir de 2016 su departamento ha iniciado al menos 25 acciones punitivas contra quienes apuntaron o impactaron a las comunidades de color. Entre ellos, escuelas superiores con fines de lucro, falsas oportunidades de hacer dinero y falsa ayuda para pagar la deuda estudiantil.
En un caso, investigaron una agencia de automóviles Honda que cargaban alegadamente intereses más altos en el préstamo de adquisición a afroamericanos y latinos. Además, publicaron precios atractivos de ciertos modelos, pero ante clientes miembros de estas comunidades no respetaron su propia publicidad, cambiaron los precios, agregaron costos adicionales sin consultar o avisar, en el rubro de automóviles usados certificados. El resultado del litigio fue que la concesionaria debió pagar 1.5 millones de dólares.
Un caso más conocido es el de los conductores de Amazon Flex, a quienes la empresa consideró sus propinas que en teoría les correspondía en un 100% a los choferes como parte de su salario. Centenares de quejas no cambiaron la situación hasta que la FTC se involucró, relató Vaca, resultando en el pago de 61 millones de dólares a los conductores por parte de Amazon.
Por último se refirió a una estafa de esquemas piramidales en el estado de Arkansas específicamente dirigidos a afroamericanos y familias que sufrían durante los peores días de la pandemia, logrando atraer a gente poco precavida con promesas de ganancias de hasta 800%. Hubo quienes invirtieron en ese esquema fraudulento hasta 62,000 dólares. La gran mayoría de los inversionistas perdieron todo su dinero.
Rosario Méndez
A su vez, la abogada Rosario Méndez mostró a los reporteros y editores presentes una serie de gráficas con números significativos sobre los problemas de fraude que aquejan a nuestras comunidades.
Así, en comunidades de mayoría latina el principal problema al respecto es la prevalencia de estafas por parte de imitadores, mientras que para los afroamericanos fueron oficinas de reparación de crédito. Los latinos se quejaron asimismo de engaños en la compra de automóviles, cuestiones con prestamistas, oficinas de crédito y recolectores de deudas. Uno de cada cinco, por ejemplo, denunció a las oficinas de crédito.
Una diferencia con los blancos es que mientras que éstos hacen más compras con tarjetas de crédito, que tienen más protección legal que otros medios de pago, para los latinos los pagos fueron en efectivo, donde es mucho más difícil recuperar lo perdido, o tarjetas de débito prepagadas.
Además, los latinos denuncian menos que otros cuando son engañados, quizás por miedo a las autoridades migratorias o por falta de conocimiento de sus derechos.
Como ejemplos, detalló que en la comunidad hispana es común que los farsantes llamen y pretendan pasar como que son del gobierno, especialmente del Servicio de Servicios Internos (IRS) – la autoridad tributaria – o de una compañía reconocida como Apple.
Por otra parte, una estafa conocida son las ofertas de trabajos para los cuales hay que pagar por información, por contacto o que directamente no existen.
Finalmente entre hispanos es común la denuncia de transferencias bancarias de dinero.
Nuevamente, en cuanto a la comunidad afroamericana hay quejas contra oficinas de crédito, agencias de autos usados, casos de deuda estudiantil no pagada. Y son víctimas frecuentes de promesas de falsos negocios para lo cual no tienen protecciones o garantías.
Para conocer sus derechos, Méndez recomendó consultar con oficinas de educación al consumidor en cada comunidad y con los sitios de internet consumer.fcc.gov y ftc.gov.
Para reportar un fraude en español, existe el sitio reportefraude.ftc.gov.
Difusión de la información
Cada una de estas investigaciones, dijeron las funcionarias, es difundida con 3,000 agencias de la ley en todo el país.
“Es difícil recuperar el dinero cuando uno ha sido defraudado”, dijo Vaca, “pero no imposible. Le decimos a la gente que lo trate”. Sin embargo, según sus estadísticas, en 2020 1.66 millón de personas recuperaron 106.8 millones de dólares.
También especificaron que “nosotros no encerramos a los culpables sino que recuperamos el dinero y luego los derivamos a las autoridades.
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