Muerte en Honduras

El siguiente documento es de una respetable institución estadounidense, Human Rights Watch, sobre la situación en Honduras. En vísperas de la reunió tripartita del jueves en Costa Rica donde se encontrarán presidente depuesto con presidente golpista, el informe es un importante testimonio de que, después de solucionada momentáneamente la crisis de doble poder, se debe investigar a fondo el ataque del ejército hondureño contra su pueblo y castigar a los culpables.
Considérese ésto también un llamado a nuestros lectores para que opinen y contribuyan a un debate, que si decae y desaparece y muere, muere con él la esperanza de un Honduras mejor y de que golpes militares queden allí en el pasado.

Honduras: Pruebas sugieren que soldados dispararon contra personas indefensas
El gobierno de facto debería permitir que la Comisión Interamericana investigue

(Washington, DC, 8 de julio de 2009) — Human Rights Watch obtuvo evidencia que sugiere que soldados hondureños habrían usado fuerza excesiva contra manifestantes que apoyan al depuesto presidente Manuel Zelaya afuera del aeropuerto de Tegucigalpa el 5 de julio de 2009, señaló hoy Human Rights Watch. Al menos un adolescente murió y, según se ha informado, más de 10 personas habrían resultado heridas durante el enfrentamiento entre soldados y manifestantes. Aún no se ha confirmado información según la cual una segunda persona habría fallecido.

Funcionarios hondureños sostuvieron públicamente que el Ejército no era responsable por la muerte y los heridos. Sin embargo, de acuerdo con testigos, así como fotografías y videos tomados durante el enfrentamiento, los soldados habrían disparado con armas de fuego cargadas con municiones contra manifestantes que no habrían estado armados.

«La evidencia que hemos visto sugiere que los soldados dispararon a manifestantes que no llevaban armas», señaló José Miguel Vivanco, director para las Américas de Human Rights Watch. «Dado que hubo una víctima fatal, el gobierno de facto tiene la obligación de asegurar que se lleve a cabo una investigación independiente en vez de negar toda responsabilidad».

El 6 de julio, el canciller del gobierno de facto dijo que «no hay ninguna responsabilidad» por parte de las fuerzas de seguridad y expresó que las dos supuestas muertes fueron causadas por disparos de los manifestantes. El Comisionado Nacional de los Derechos Humanos sostuvo que el Ejército solo había utilizado balas de goma para dispersar a la multitud.

Claras evidencias

Human Rights Watch señaló que estas declaraciones son incompatibles con la evidencia que ha revisado. Dos periodistas extranjeros (un fotógrafo y un camarógrafo) informaron a Human Rights Watch que no vieron que los manifestantes llevaran armas mortales cuando se inició el enfrentamiento, aunque uno de los testigos dijo que algunos de los manifestantes habían comenzado a arrojar piedras a los soldados desde cierta distancia. Algunos de los soldados empezaron a disparar después de que los manifestantes comenzaran a desmantelar un cerco (uno de los testigos expresó que se trataba del segundo cerco exterior ubicado en el perímetro de la pista de aterrizaje del aeropuerto). Los testigos informaron que, durante todo el enfrentamiento, el sonido de los disparos provino, exclusivamente, del lado de los soldados.

Uno de los testigos expresó que vio que al menos dos soldados atravesaron el cerco y dispararon sus armas contra la multitud, hacia la gente que corría. El otro expresó que vio a un soldado que, deliberada y metódicamente, apuntaba su rifle y disparaba a los manifestantes.

Fotos y videos tomados en la escena de los hechos respaldan los relatos de los testigos. Las imágenes muestran a los manifestantes corriendo y arrojándose detrás de paredes y de otros objetos, aparentemente, para protegerse de los disparos. (Uno de los testigos dijo que después de los disparos observó que había orificios de bala en las paredes detrás de las cuales muchos de los manifestantes habían intentado escudarse). En las imágenes se ve a otros manifestantes arrojando piedras a los soldados. El sonido de los disparos se produce en forma intermitente durante alrededor de 10 minutos en el video. En algunas de las imágenes parece que los soldados dispararon a la multitud. También se ve el cuerpo de la víctima cuya muerte se ha confirmado, un adolescente que, según se informa, se llama Isy Obed Murillo.

De acuerdo con varios informes de prensa, el muchacho murió como consecuencia de una herida de bala en la cabeza. El padre de la víctima estaba en la manifestación y supuestamente habría dicho que vio cómo un soldado apuntaba y disparaba a los manifestantes.

Human Rights Watch señaló que la evidencia visual sugiere que al menos algunos soldados usaron municiones y no balas de goma. En las imágenes parece que las armas que usaban los soldados eran una mezcla de diversos tipos de M-16, que necesitan adaptadores para usar balas de goma. En las imágenes no se ven tales adaptadores. Las imágenes de casquillos dorados que los soldados dejaron después de disparar también muestran que los casquillos no tenían las puntas en forma de estrella que son distintivas de los cartuchos de fogueo y que denotarían el uso de balas de goma.

Incluso si el Ejército sólo hubiera usado balas de goma, Human Rights Watch señaló que estas pueden ser mortales. Por ello, los estándares internacionales exigen que solo se usen en casos de defensa propia o para defender a otros contra amenazas inminentes de muerte o de sufrir heridas graves. En cualquier caso, las balas de goma no deben dispararse de cerca y, al usarlas, solo debe apuntarse hacia debajo de la cintura con el objeto de incapacitar, ya que disparos en la parte superior del cuerpo han provocado muertes. En este caso, a pesar de las piedras lanzadas, no parece haber existido una justificación adecuada para disparar balas de goma contra los manifestantes.

Medidas especiales

Human Rights Watch expresó que serían necesarias medidas especiales para asegurar una investigación seria de los hechos a fin de determinar si los soldados efectivamente dispararon a la multitud y las causas por las cuales hubo víctimas mortales. Instó al gobierno de facto a que autorice a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos a ingresar al país para que lleve a cabo una investigación independiente sobre este incidente y otros supuestos abusos que se habrían producido luego del golpe de Estado del 28 de junio. (La Comisión envió una solicitud formal para visitar al país el 30 de junio).

«La Comisión Interamericana brindaría a la investigación la independencia y la credibilidad necesarias. Como consecuencia del golpe, los funcionarios del gobierno de facto simplemente carecen de estas cualidades», expresó Vivanco.

Una presentación con las fotografías de Stephen Ferry de la manifestación afuera del aeropuerto, incluyendo fotografías del adolescente que murió por disparos, se puede ver aquí.

Con texto en inglés, aquí.

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Un comentario

  1. En mi trayectoria de más de 20 años como reportera, he trabajado en la cobertura de casos en los que tanto Human Rights Watch como con Amnistía Internacional han presentado querellas y ejercido presión contra autoridades y gobiernos, en casos de violaciones a los derechos humanos. En México hay bodegas repletas de expedientes con estos casos. Y lo que va a pasar en Honduras, es lo que pasa siempre: estos organismos hacen presencia, presentan su informe, reciben cierta atención del gobierno investigado -pero solo para calmar los ánimos y quitarse un poco de encima la atención de los reflectores internacionales y luego, si el gobierno sujeto a investigación no tiene voluntad o no le conviene resolver el caso, simplemente le dará “carpetazo”. En el caso particular de Honduras, si el movimiento opositor al gobierno golpista subsiste luego de que se logre la estabilización política del país; el exigir justicia podría llevar años, especialmente si se opta por elevar el asesinato del joven Isy Obed Murillo, a una corte internacional.

    Acabamos de ver el caso de “Neda”, la iraní que desarmada e indefensa fue masacrada en las calles de Terán, por protestar pacíficamente contra un gobierno al que no aceptaba; y aunque el sistema, las condiciones y el momento político de Honduras es abismalmente distinto, lo que sí es igual es el abuso de poder y el cruento asesinato de este joven hondureño indefenso. Y como siempre, la versión oficial reporta solo un deceso, pero podría haber más víctimas en esta revuelta.

    Ahora, de vuelta al tema del golpe militar: lo dicho, es reprobable y deplorable el secuestro y expatriación de Manuel Zelaya y me atrevo a decir que hasta inconstitucional, pues hasta el momento de todos los comentarios que he recibido, nadie ha encontrado en la Constitución de Honduras, ningún artículo que justifique lo que se ha hecho con el presidente destituido. La constitucionalidad debe ser restablecida y si hay que procesar a Zelaya por violar el fallo jurídico que le había prohibido realizar el referéndum en disputa, pues que así sea. Pero que sea sin arrebatarle la dignidad ni el derecho de ser procesado en su propio país. Y quienes detrás del fusil arrebataron vidas inocentes, que sean igualmente procesados, conforme a derecho.

    Los ojos estarán puestos sobre el presidente de Costa Rica, Oscar Arias, quien desde su país, será mediador en la crisis política en Honduras. Se ha adelantado que una de los requisitos para un posible retorno del depuesto Zelaya es que abandone sus intenciones reeleccionistas, aunque Micheletti ya advirtió que su apertura al dialogo no significa su aceptación de que Zelaya regrese al poder. Así las cosas al momento todo indica que si habrá un encuentro en Costa Rica entre Zelaya, y los golpistas. Faltan unas horas.

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